02.05.2023 Views

After - Anna Todd

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Va en serio, Hardin. Déjalo en paz —le digo, y luego añado—: Por favor

—para no parecer tan severa.

—Vive con mi padre —replica—. Tengo derecho a burlarme de él.

Me sonríe y me echo a reír. Salimos del edificio y decido que es ahora o

nunca.

—Hablando de tu padre… —Alzo la vista y veo que Hardin y a se ha

puesto tenso. Me mira con recelo, a la espera de que acabe la frase—.

Por eso he llegado tarde: estaba en su despacho. Me ha conseguido una entrevista

en Vance mañana. ¿No es genial?

—¿Que ha hecho qué? —resopla.

« Ya estamos otra vez.»

—Me ha conseguido una entrevista. Es una gran oportunidad, Hardin —digo

intentando que me comprenda.

—Bien —suspira.

—Hay más.

—Cómo no…

—Me ha invitado a la boda la semana que viene… Bueno, a los dos. Nos ha

invitado a los dos. —Me ha costado un mundo decirlo porque me está desollando

con la mirada.

—Yo no voy. Punto.

Da media vuelta y echa a andar sin mí.

—Espera, ¿quieres escucharme, por favor? —Lo cojo de la muñeca pero me

aparta.

—No. No te metas en esto, de verdad, Tessa. No es broma. Métete en tus

asuntos por una vez —me espeta.

—Hardin… —repito, pero me ignora y desaparece en el aparcamiento.

Tengo los pies de plomo y no puedo seguirlo. Su coche blanco abandona el

parking. Está exagerando y no voy a echar leña al fuego. Necesita tiempo para

calmarse antes de que volvamos a hablar. Sabía que no quería ir, pero esperaba

que al menos estuviera dispuesto a hablarlo.

« ¿A quién quiero engañar?» Sólo hace dos días que hemos pasado a más. No

sé por qué sigo esperando que las cosas sean distintas. En algunos aspectos lo son:

en general, Hardin es más amable conmigo y me besa en público, lo cual es

sorprendente. No obstante, sigue siendo Hardin, y es muy cabezota y tiene un

problema de actitud. Suspiro, me cuelgo la bolsa del hombro y echo a andar

hacia mi cuarto.

Steph está sentada con las piernas cruzadas en el suelo, viendo la televisión.

—¿Dónde te metiste anoche? No es propio de ti salir entre semana, jovencita.

—Estaba… por ahí —le digo. No sé si debería decirle que me quedé a dormir

con Hardin.

—Con Hardin —añade por mí, y miro hacia otra parte—. Sé que estabas con

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!