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After - Anna Todd

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Asiento y trago saliva, y obtengo una sonrisa de su parte. Se incorpora y me

invita a hacer lo mismo. Tanto los nervios como el deseo inundan mi cuerpo. El

ruidoso tono de su móvil comienza a sonar, y él gruñe antes de cogerlo de la

mesilla de noche. Cuando ve la pantalla, suspira.

—Vuelvo enseguida —me informa, y sale de la habitación.

Cuando regresa minutos después, su estado de ánimo vuelve a ser diferente.

—Karen está haciendo el desayuno —dice—. Ya casi está listo.

Abre la cómoda y coge una camiseta, que se pone sin siquiera mirar en mi

dirección.

—Vale. —Me levanto y me dirijo a la puerta para ir a ponerme el sujetador

antes de bajar a ver a su familia.

—Nos vemos abajo. —Su tono no muestra ninguna emoción.

Me trago el nudo que se me ha formado en la garganta. El Hardin a la

defensiva es el Hardin que menos me gusta, incluso menos que el Hardin

enfadado. « ¿Quién lo ha llamado y por qué está tan distante? ¿Por qué no puede

seguir de buen humor?»

Asiento, y cuando cruzo el pasillo noto el olor del beicon, que hace que me

ruja el estómago.

Me pongo el sujetador y me ajusto el cordón de los pantalones tanto como

puedo. Sopeso la opción de ponerme el vestido de nuevo, pero no me apetece

estar incómoda a estas horas de la mañana. Después de mirarme en el espejo de

la pared, me peino con las manos el rebelde pelo y me froto los ojos para

quitarme el sueño.

Cuando cierro la puerta del dormitorio, Hardin abre la del suy o. En lugar de

mirarlo, me concentro en el papel pintado de la pared y avanzo por el pasillo.

Oigo sus pasos detrás de mí, y cuando llego a la escalera me agarra por el codo

y tira ligeramente de mí.

—¿Qué pasa? —pregunta con expresión preocupada.

—Nada, Hardin —le respondo tajante. Estoy muy susceptible, y ni siquiera

he desayunado todavía.

—Dímelo —me exige bajando la cabeza en mi dirección.

Cedo.

—¿Quién te ha llamado?

—Nadie.

« Miente.»

—¿Era Molly ? —inquiero, aunque en realidad no quiero saberlo.

No dice nada, pero la expresión lo delata y sé que tengo razón. Ha salido de la

habitación justo cuando iba a… hacerle eso…, ¿para responder a una llamada de

Molly? Me sorprende menos de lo que debería.

—Tessa, no es… —empieza a decir.

Me quito su mano de encima de un tirón, y él aprieta la mandíbula.

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