02.05.2023 Views

After - Anna Todd

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

zapatos miden al menos diez centímetros de altura. Se recoge el pelo rojo como

el fuego en un moño desenfadado con algunos mechones sueltos que caen sobre

sus hombros y se pinta una gruesa ray a en los ojos con lápiz azul y negro. No

creía que fuera posible ponerse más eyeliner del que y a luce habitualmente.

—¿Te dolieron los tatuajes? —pregunto mientras saco mi vestido granate

favorito.

—El primero que me hicieron sí, pero no tanto como la gente cree. Es como

un montón de picaduras de abeja —dice quitándole importancia.

—Eso suena horrible —contesto, y se echa a reír.

Entonces pienso que probablemente y o le resulte tan rara como ella a mí. Y

el hecho de que ambas seamos extrañas para la otra se me antoja curiosamente

reconfortante.

Se queda boquiabierta al ver mi vestido.

—No irás a ponerte eso, ¿verdad?

Deslizo la mano por la tela. Es el vestido más bonito que tengo, es mi

preferido, y la verdad es que no tengo muchos.

—¿Por qué? ¿Qué tiene de malo? —pregunto, intentando ocultar lo ofendida

que me siento.

El tejido granate es suave pero resistente, como el de los trajes de negocios,

con el cuello alto y cerrado y las mangas de tres cuartos que me llegan justo

hasta debajo de los codos.

—Nada…, sólo que… es muy largo —dice.

—Sólo me cubre hasta debajo de la rodilla. —No sé si es consciente de que

me ha ofendido o no, pero por alguna razón no quiero que lo sepa.

—Es bonito —añade—. Es sólo que me parece demasiado formal para una

fiesta. Si quieres, te presto algo mío —dice con toda la sinceridad del mundo.

Me encojo ante la idea de intentar embutirme en uno de sus minúsculos

vestidos.

—Gracias, Steph, pero prefiero llevar éste —digo, y enchufo las tenacillas.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!