02.05.2023 Views

After - Anna Todd

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Fiel a su palabra, Hardin saca una camiseta negra lisa del maletero y termina de

vestirse en el aparcamiento.

—Deja de mirarme y sube al coche —bromea.

Intento negarlo, y le hago caso.

—Me gustas más con camiseta blanca —digo cuando ambos estamos dentro,

y las palabras se me escapan antes de que pueda procesarlas.

Ladeando la cabeza, me dedica una sonrisa engreída.

—¿Ah, sí? —Arquea una ceja—. Bueno, a mí me gustas con esos vaqueros.

Te hacen un culo irresistible —dice, y me deja pasmada. Hardin y sus

obscenidades.

Le doy un puñetazo, de broma, y se ríe, pero mentalmente me doy una

palmadita en la espalda por ponerme estos pantalones. Quiero que Hardin me

mire, aunque nunca lo admitiría, y me siento halagada por su extraña forma de

dedicarme un cumplido.

—¿Adónde? —pregunta, y saco el móvil. Le leo la lista de distribuidores de

coches de segunda mano en un radio de unos ocho kilómetros y le cuento un par

de opiniones de cada uno.

—Le das demasiadas vueltas a todo. No vamos a ir a ninguno de esos sitios.

—Sí que vamos a ir. Ya lo tenía previsto; hay un Prius que quiero ver en el

concesionario Bob’s Super Cars —le digo, y siento vergüenza ajena por un

nombre tan ridículo.

—¿Un Prius? —dice indignado.

—Sí, ¿por? Tienen un buen rendimiento y son seguros y …

—Aburridos. No sé por qué, pero sabía que querrías un Prius. Te falta gritar:

« ¡Señorita con agenda busca Prius!» —se burla adoptando una voz de mujer, y

empieza a partirse de risa.

—Búrlate de mí todo lo que quieras, pero me ahorraré una pasta en

gasolina todos los años —le recuerdo, riéndome a mi vez, cuando se

inclina y me toca la mejilla con un dedo.

Me quedo mirándolo, asombrada porque haya hecho algo tan simple pero

encantador. Hardin parece tan sorprendido por lo que acaba de hacer como y o.

—A veces eres adorable —me dice.

Vuelvo a mirar al frente.

—Hombre, gracias.

—Lo digo en el buen sentido, porque a veces haces cosas adorables —

masculla. Parece que lo incomoda pronunciar esas palabras, y sé que no está

acostumbrado a decir nada de ese estilo.

—Vale… —digo, y miro por la ventanilla del acompañante.

A cada segundo que paso con Hardin, mis sentimientos hacia él crecen, y sé

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!