02.05.2023 Views

After - Anna Todd

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Porque siempre haces lo mismo: dices unas cuantas cosas bonitas y luego

cambias el chip y termino llorando.

—¿Te hago llorar?

« ¿Acaso no lo sabe?» Me ha visto llorar más que cualquier otra persona que

conozca.

—Sí, bastante —contesto apretando la manta de Steph con fuerza.

Oigo cómo su cama cruje un poco y cierro los ojos por miedo, y por algo

más también. Los dedos de Hardin me rozan el brazo cuando se sienta al borde

de la cama de Steph, y me digo a mí misma que son las cuatro de la madrugada

y que es demasiado tarde, bueno…, pronto, para esto.

—No es mi intención hacerte llorar.

Abro los ojos y lo miro.

—Sí. Sí que es tu intención. Es justo lo que pretendes cada vez que me dices

cosas hirientes. Y también era tu intención cuando me obligaste a contarle lo

nuestro a Noah. Y cuando me humillaste en tu cama la semana pasada porque no

era capaz de decir justo lo que tú querías. Hoy me dices que duermes mejor

cuando estás conmigo pero, si me tumbara contigo, en cuanto nos despertáramos

me dirías lo fea que soy, o que no me soportas. Después del día del arroyo, pensé

que… Da igual. Podríamos tener esta conversación una y otra vez. —Respiro

hondo un par de veces, alterada por haberme desahogado con él.

—Esta vez te escucho.

No sé descifrar su mirada, pero me invita a continuar.

—Es que no entiendo por qué te gusta tanto jugar al gato y al ratón conmigo.

Ahora eres bueno, ahora cruel. Le dices a Steph que vas a « acabar conmigo» si

me acerco a ti, y después quieres traerme a la residencia. Parece que no te

aclaras.

—No lo dije en serio…, lo de que acabaría contigo. Es que…, no sé, a veces

digo cosas así —replica pasándose las manos por el pelo.

—¿Por qué dejaste la clase de literatura? —pregunto por fin.

—Porque quieres que me mantenga alejado de ti, y yo necesito apartarme

de ti.

—Y entonces ¿por qué no lo haces?

Empiezo a ser consciente del cambio de energía entre nosotros. De alguna

forma, nos hemos acercado y nuestros cuerpos están a pocos centímetros de

distancia.

—No lo sé —resopla. Entrelaza las manos y las apoya sobre las rodillas.

Quiero decir algo, lo que sea, pero no puedo sin contarle que no quiero que se

aleje de mí, que pienso en él cada segundo de cada día.

Al final, él rompe el silencio.

—Si te hago una pregunta, ¿serás totalmente sincera?

Asiento.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!