After - Anna Todd

02.05.2023 Views

estudiantes universitarios. Tras anotar las direcciones de unos cuantos, rebusco enla bolsa de Steph hasta que encuentro las toallitas para desmaquillarme. Tardouna eternidad, y este odioso proceso hace que no quiera volver a maquillarmenunca más, por muy guapa que estuviera.

CAPÍTULO 41Saco los apuntes y los libros de texto y me sumerjo en mis estudios. Estoytrabajando en los deberes de la próxima semana. Me gusta llevar al menos unasemana de adelanto para no correr el riesgo de quedarme rezagada. Pero mispensamientos se desvían hacia Hardin y sus cambios de humor, así que enrealidad no estoy prestando atención al ensay o que se supone que estoyescribiendo. No han pasado más que dos horas desde que colgué el teléfono conNoah, pero parecen cuatro.Decido buscar una película y tumbarme en la cama hasta quedarmedormida, y elijo Todos los días de mi vida, a pesar de que la he visto mil veces.Cuando la película lleva menos de diez minutos, oigo a alguien maldiciendo en elpasillo. Subo el volumen del portátil, pero no le hago caso; es viernes, lo quesignifica gente borracha por toda la residencia. Unos minutos después, vuelvo aoír los tacos. Es una voz masculina, y a ella se une una femenina. El chicoempieza a gritar más alto, y entonces reconozco el acento. Es Hardin.Salto de la cama y abro la puerta para encontrármelo sentado en el suelo conla espalda pegada a la pared exterior de mi habitación. Una chica con el pelorubio platino está delante de él con el ceño fruncido y los brazos en jarras.—¿Hardin? —digo, y él levanta la mirada. Una enorme sonrisa aparece en sucara.—Theresa… —dice, y comienza a levantarse.—¿Puedes, por favor, decirle a tu novio que se largue de mi puerta? ¡Haderramado vodka por todo el suelo! —grita la chica furiosa.Miro a Hardin.—No es mi… —comienzo a decir, pero él me coge de la mano y me arrastrahacia la puerta de mi habitación.—Siento haberlo derramado —dice, y le dedica una mirada en blanco a larubia.Ella resopla, se adentra echando humo en su habitación y cierra de unportazo.—¿Qué estás haciendo aquí, Hardin? —le pregunto.Él intenta pasar por mi lado para meterse en el cuarto, pero le bloqueo laentrada.—¿Por qué no puedo entrar, Tessa? Me portaré bien con tu abuelo. —Se ríe, yy o pongo los ojos en blanco. Sé que se está burlando de Noah.—No está.

estudiantes universitarios. Tras anotar las direcciones de unos cuantos, rebusco en

la bolsa de Steph hasta que encuentro las toallitas para desmaquillarme. Tardo

una eternidad, y este odioso proceso hace que no quiera volver a maquillarme

nunca más, por muy guapa que estuviera.

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