02.05.2023 Views

After - Anna Todd

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Sí, seguro que sí. De todas formas, Noah va a venir dentro de poco —

miento, y veo cómo entrecierra los ojos.

—¿Ah, sí? —Juguetea con las uñas de sus dedos, un hábito nervioso, supongo.

—Sí. Nos vemos. —Sonrío y me alejo.

Oigo cómo se baja del coche y cierra la puerta.

—¡Espera! —llama, y me doy la vuelta—. Esto…, da igual, es que pensaba

que, eh…, que se te había caído algo, pero no. —Se sonroja.

Es evidente que está mintiendo, y quiero saber lo que iba a decir, pero tengo

que alejarme de él, así que eso es lo que me limito a hacer.

—Adiós, Hardin. —Esas palabras significan mucho más de lo que aparentan.

No miro atrás para ver si viene detrás de mí, porque sé que eso no va a pasar.

Me quito los tacones antes incluso de llegar al edificio y ando descalza el resto del

camino por el campus. En cuanto entro en la habitación vuelvo a ponerme el

pijama y llamo a Noah. Responde al segundo tono.

—Hola —digo con una voz demasiado chillona.

« Es Noah, ¿por qué estoy tan nerviosa entonces?»

—Hola, Tessa, ¿qué tal te ha ido el día? —pregunta con suavidad. No parece

el mismo Noah distante del resto de la semana. Suspiro de alivio.

—Bien, aunque esta noche mi plan es quedarme en casa. Y ¿tú qué haces? —

Omito a propósito la cena con Steph y los demás, incluido Hardin. Sé que no me

va a beneficiar en mi campaña titulada « Por favor, perdóname» .

—Acabo de salir del entrenamiento. Estoy pensando en estudiar esta noche

porque mañana voy a ay udar a los nuevos vecinos a cortar un árbol.

Siempre está ay udando a los demás. Es demasiado bueno para mí.

—Yo también voy a estudiar esta noche.

—Ojalá pudiéramos estudiar juntos —dice, y sonrío mientras arranco las

diminutas bolitas de pelusa de mis calcetines polares.

—¿De verdad?

—Sí, claro, Tessa. Sigo queriéndote, y te echo de menos. Pero tengo que

saber que nada de esto volverá a suceder. Estoy dispuesto a dejarlo atrás, pero

tienes que prometerme que te mantendrás alejada de él —dice. No le hace falta

decir su nombre.

—Por supuesto que sí, lo juro. ¡Te quiero! —Una parte de mí sabe que estoy

tan desesperada por que Noah me perdone porque no quiero quedarme sola e ir

detrás de Hardin, pero no le hago caso.

Después de intercambiar unos cuantos más « te quiero» con Noah, accede a

acompañarme a la hoguera el próximo fin de semana y colgamos el teléfono.

Busco en internet el concesionario de coches más cercano al campus, y por

suerte parece haber una gran cantidad de distribuidores dispuestos a desplumar a

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!