After - Anna Todd
partes. Supongo que la semana pasada estuve demasiado distraída y ni siquierame percaté de que estaban ahí.Sin apenas darme cuenta, estoy en clase de literatura y empiezo a otear elaula en busca de Hardin, a pesar de que mi conciencia me dice que no lo haga.Al no verlo, sus palabras resuenan en mi cabeza: « Acabaré con ella» .¿Qué podría hacerme que fuese peor que obligarme a confesarme con Noah?No lo sé, pero empiezo a imaginarme todo tipo de cosas hasta que Landon mesaca de mi ensimismamiento.—Creo que no ha venido. Lo oí hablando con ese tal Zed sobreintercambiarse las clases. Qué lástima. Me habría gustado que vieras su ojomorado. —Landon me sonríe y miro de inmediato hacia la parte delantera delaula.Quiero negar que estaba buscando a Hardin, pero sé que no puedo. ¿Éltambién tiene el ojo morado? Espero que esté bien. Bueno, no, en realidad esperoque le duela a rabiar.—Ah, vale —farfullo, y jugueteo con mi falda.Landon no vuelve a mencionar a Hardin durante el resto de la clase.El resto de la semana transcurre exactamente de la misma manera: y o no hablode Hardin con nadie, y nadie me lo menciona. Tristan se ha estado pasando pornuestra habitación todos los días, pero no me importa. La verdad es que me caegenial, y Steph se ríe mucho con él. Hasta y o me río, a veces, a pesar de queestoy viviendo lo que parece ser la peor semana de mi vida. Me he estadoponiendo cualquier cosa limpia que tenía a mano, y me he recogido el pelo en unmoño a diario. Mi corta relación con el lápiz de ojos ha terminado, y he vuelto ami rutina de siempre: dormir, ir a clase, estudiar, comer, dormir, ir a clase,estudiar, comer…Cuando llega el viernes, Steph hace todo lo posible por sacar de su encierro aesta solterona.—Vamos, Tessa, es viernes. Vente con nosotros y te traeremos de vuelta antesde ir a casa de Har…, a la fiesta —insiste, pero yo niego con la cabeza.No me apetece hacer nada. Necesito estudiar y llamar a mi madre. Heestado evitando sus llamadas toda la semana, y necesito hablar también conNoah y averiguar si y a ha tomado una decisión. Le he estado dando espacio estosdías, y sólo le he mandado unos cuantos mensajes amistosos con la esperanza deque venga. Me encantaría que viniera para la hoguera del próximo viernes.—Creo que paso… Mañana quiero mirarme un coche, así que necesitodescansar —digo, y es una verdad a medias.Es cierto que quiero mirar coches mañana, pero sé que no voy a descansarnada aquí sola con mis pensamientos sobre lo que va a pasar con Noah y sobre
cómo Hardin hablaba en serio cuando dijo que se alejaría de mí, cosa que mealegra, si bien no me lo puedo quitar de la cabeza. « Sólo necesito un poco más detiempo» , me repito sin cesar.No obstante, su manera de actuar la última vez que lo vi, como si quisieraalgo de mí, se me ha quedado grabada.Mi mente se traslada a un lugar imaginario en el que Hardin es agradable ydivertido; un lugar en el que nos llevamos bien; en el que salimos, comouna pareja, y en el que él me lleva al cine, o a cenar. Me rodea con losbrazos y se siente orgulloso de que sea suya. Me coloca la chaqueta sobre loshombros cuando tengo frío, me besa para darme las buenas noches y mepromete que nos veremos al día siguiente.—¿Tessa? —dice Steph.Y mis pensamientos se desvanecen como una nube de humo. Sólo eran unafantasía, y el chico con el que soñaba despierta jamás podría ser Hardin.—Venga, mujer. Llevas toda la semana con esos pantalones grises —bromeaTristan, y me río.Son mis pantalones de pijama favoritos, y me gusta llevarlos especialmentecuando estoy enferma o atravesando una ruptura, o dos. Sigo confundidarespecto al hecho de que Hardin y yo hay amos terminado algo que en realidadno era nada.—Vale, vale, pero quiero que me traigáis de vuelta justo después de cenar,porque mañana pienso madrugar —les advierto.Steph aplaude y empieza a dar saltos de alegría.—¡Bien! Pero deja que te haga un favor —dice con una inocente sonrisitamientras parpadea con aire suplicante.—¿Cuál? —pregunto con recelo sabiendo que no planea nada bueno.—Deja que te haga un pequeño cambio de look. ¡Por favooor…! —Alarga lapalabra con fines dramáticos.—Ni hablar. —Ya me estoy viendo con el pelo rosa y kilos de maquillaje yllevando sólo un sujetador a modo de camiseta.—Nada exagerado. Sólo quiero que no parezca… que has estado hibernandoen pijama durante toda la semana —sonríe, y Tristan intenta contener la risa.Cuando por fin cedo y digo « Vale» , empieza a aplaudir de nuevo.
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partes. Supongo que la semana pasada estuve demasiado distraída y ni siquiera
me percaté de que estaban ahí.
Sin apenas darme cuenta, estoy en clase de literatura y empiezo a otear el
aula en busca de Hardin, a pesar de que mi conciencia me dice que no lo haga.
Al no verlo, sus palabras resuenan en mi cabeza: « Acabaré con ella» .
¿Qué podría hacerme que fuese peor que obligarme a confesarme con Noah?
No lo sé, pero empiezo a imaginarme todo tipo de cosas hasta que Landon me
saca de mi ensimismamiento.
—Creo que no ha venido. Lo oí hablando con ese tal Zed sobre
intercambiarse las clases. Qué lástima. Me habría gustado que vieras su ojo
morado. —Landon me sonríe y miro de inmediato hacia la parte delantera del
aula.
Quiero negar que estaba buscando a Hardin, pero sé que no puedo. ¿Él
también tiene el ojo morado? Espero que esté bien. Bueno, no, en realidad espero
que le duela a rabiar.
—Ah, vale —farfullo, y jugueteo con mi falda.
Landon no vuelve a mencionar a Hardin durante el resto de la clase.
El resto de la semana transcurre exactamente de la misma manera: y o no hablo
de Hardin con nadie, y nadie me lo menciona. Tristan se ha estado pasando por
nuestra habitación todos los días, pero no me importa. La verdad es que me cae
genial, y Steph se ríe mucho con él. Hasta y o me río, a veces, a pesar de que
estoy viviendo lo que parece ser la peor semana de mi vida. Me he estado
poniendo cualquier cosa limpia que tenía a mano, y me he recogido el pelo en un
moño a diario. Mi corta relación con el lápiz de ojos ha terminado, y he vuelto a
mi rutina de siempre: dormir, ir a clase, estudiar, comer, dormir, ir a clase,
estudiar, comer…
Cuando llega el viernes, Steph hace todo lo posible por sacar de su encierro a
esta solterona.
—Vamos, Tessa, es viernes. Vente con nosotros y te traeremos de vuelta antes
de ir a casa de Har…, a la fiesta —insiste, pero yo niego con la cabeza.
No me apetece hacer nada. Necesito estudiar y llamar a mi madre. He
estado evitando sus llamadas toda la semana, y necesito hablar también con
Noah y averiguar si y a ha tomado una decisión. Le he estado dando espacio estos
días, y sólo le he mandado unos cuantos mensajes amistosos con la esperanza de
que venga. Me encantaría que viniera para la hoguera del próximo viernes.
—Creo que paso… Mañana quiero mirarme un coche, así que necesito
descansar —digo, y es una verdad a medias.
Es cierto que quiero mirar coches mañana, pero sé que no voy a descansar
nada aquí sola con mis pensamientos sobre lo que va a pasar con Noah y sobre