02.05.2023 Views

After - Anna Todd

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

CAPÍTULO 35

Tengo calor, demasiado calor. Intento destaparme pero no lo consigo. Cuando

abro los ojos me viene a la mente la noche anterior: Hardin gritándome en el

patio, el whisky en su aliento, el cristal roto en la cocina, Hardin besándome,

Hardin gimiendo mientras lo tocaba, su bóxer mojado. Intento levantarme, pero

pesa demasiado. Tiene la cabeza apoyada sobre mi pecho y el brazo alrededor

de mi cintura, cubriéndome por completo con su cuerpo. Me sorprende que

acabáramos así; debe de haberse movido durmiendo. Admito que no quiero salir

de la cama, ni separarme de Hardin, pero tengo que hacerlo. Tengo que volver a

mi habitación. Noah está ahí. Noah. Noah…

Empujo con suavidad el hombro de Hardin y lo coloco boca arriba. Se da la

vuelta y se pone boca abajo, gruñendo, pero no se despierta.

Me apresuro a levantarme y recojo mi ropa del suelo. Como la cobarde que

soy, quiero marcharme de aquí antes de que se despierte. No creo que le

importe, así no tendrá que malgastar energías hiriéndome a propósito si me

marcho por mi propia voluntad. Esto es lo mejor para los dos. A pesar de lo

mucho que nos reímos juntos ayer, nada es igual a la luz del día. Hardin

recordará que nos entendimos bastante bien anoche, y sentirá la necesidad de ser

aún más detestable para compensarlo. Es su manera de actuar, pero esta vez no

estaré ahí para aguantarlo. Ay er, por un instante, se me pasó por la mente que tal

vez nuestra noche juntos lo haría cambiar de opinión, haría que quisiera tener

algo más conmigo. Pero sé que no es así.

Doblo su camiseta, la coloco sobre la cómoda y me abrocho la cremallera de

la falda. Mi blusa está arrugada por haber estado tirada en el suelo, pero ésa es la

menor de mis preocupaciones en este momento. Me pongo los zapatos y,

mientras abro la puerta, pienso que una miradita más no me va a matar.

Hardin sigue durmiendo. Su pelo revuelto descansa sobre la almohada y su

brazo está ahora extendido hacia un costado. Está tan sereno, tan guapo a pesar

de los piercings de metal que salpican su rostro…

Me doy la vuelta y giro el pomo.

—¿Tess?

Se me cae el alma a los pies. Me vuelvo lentamente hacia Hardin, esperando

ver sus severos ojos verdes mirándome con furia, pero están cerrados; ahora está

frunciendo ligeramente el ceño, pero sigue dormido. No sé si me alivia que esté

dormido o si me entristece que haya pronunciado mi nombre en sueños. « Pero

¿lo ha hecho o estoy empezando a tener alucinaciones?»

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!