02.05.2023 Views

After - Anna Todd

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

CAPÍTULO 33

Hardin fija su mirada ardiente en mis ojos mientras me acerco a él. Apoy o la

rodilla sobre el colchón y me doy impulso para subirme. Al mismo tiempo, él se

incorpora de manera que su espalda queda apoy ada contra la cabecera y me

ofrece la mano. En el mismo instante en el que poso mi mano pequeña en la

suy a, la envuelve con los dedos y tira de mí hacia él. Coloco las rodillas a ambos

lados de su cuerpo de manera que quedo a horcajadas sobre su regazo. Ya he

hecho esto antes con él, pero nunca llevando tan poca ropa. Mantengo la espalda

erguida apoy ándome en las rodillas para que nuestros cuerpos no se toquen, pero

Hardin no piensa permitirlo. Coloca las manos en mis caderas y me empuja

hacia abajo suavemente. Su camiseta se arruga a mis costados, dejando mis

muslos completamente al descubierto, y entonces me alegro de haberme

afeitado las piernas esta mañana. En cuanto nuestros cuerpos se tocan siento

mariposas en el estómago. Sé que esta felicidad no durará, y me siento como

Cenicienta, esperando a que el reloj dé la hora y mi noche de dicha llegue a su

fin.

—Mucho mejor —dice, y me sonríe con malicia.

Sé que está ebrio y que por eso está siendo tan agradable, bueno, agradable

tratándose de él, pero ahora mismo no me importa. « Si de verdad ésta es la

última vez que voy a estar con él, así es como quiero pasarla» , me digo, y no

paro de repetírmelo. Esta noche puedo comportarme como quiera con Hardin,

porque cuando llegue la luz del día, voy a decirle que no vuelva a acercarse a mí

jamás, y él lo aceptará. Es lo mejor, y sé que es lo que querrá él también cuando

se le pase la borrachera. En mi defensa, he de decir que Hardin me embriaga

tanto como a él la botella de whisky que ha ingerido. También me repito esto a mí

misma constantemente.

Él sigue mirándome directamente a los ojos, y empiezo a ponerme nerviosa.

¿Qué he de hacer ahora? No tengo ni idea de hasta adónde quiere llevar esto, y

no quiero quedar como una idiota intentando tomar la iniciativa.

Parece darse cuenta de mi expresión de apuro.

—¿Qué pasa? —pregunta, y acerca la mano a mi cara. Su dedo recorre mi

pómulo y y o cierro los ojos de manera involuntaria ante su caricia

sorprendentemente suave.

—Nada…, es que no sé qué hacer —admito, y bajo la mirada.

—Haz lo que quieras, Tess. No te comas la cabeza.

Me inclino un poco hacia atrás para dejar al menos treinta centímetros de

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!