02.05.2023 Views

After - Anna Todd

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Me agarra del brazo y me obliga a volverme de nuevo de un tirón.

—¡No me des la espalda! —grita todavía más alto que y o.

—¡Debería habértela dado hace mucho tiempo! —le espeto, y lo golpeo en el

pecho—. ¡Ni siquiera sé qué estoy haciendo aquí! ¡He venido corriendo en

cuanto Landon me ha llamado! ¡He dejado a mi novio, que, como tú mismo has

dicho, es el único que soporta estar conmigo, porque estaba preocupada por ti!

¿Sabes qué? Tienes razón, Hardin: soy patética. Soy patética por venir aquí, y soy

patética por intentar siquiera…

Pero, entonces, pega los labios a los míos e interrumpe mi discurso. Lo golpeo

en el pecho para detenerlo, pero no cede. Cada milímetro de mi ser quiere

devolverle el beso, pero me contengo. Siento su lengua intentando abrirse paso

entre mis labios, y me envuelve con sus fuertes brazos, estrechándome más

contra sí a pesar de mis intentos por evitarlo. No sirve de nada; es más fuerte que

y o.

—Bésame, Tessa —dice contra mis labios.

Sacudo la cabeza y él gruñe con frustración.

—Por favor, bésame. Te necesito.

Sus palabras me detienen. Este hombre horrible, ebrio y grosero

acaba de decir que me necesita, y por alguna razón ha sonado como

poesía para mis oídos. Hardin es como una droga. Cada vez que consumo la dosis

más mínima de él, ansío más y más. Absorbe mis pensamientos e invade mis

sueños.

En el momento en que mis labios se separan, él pega la boca a la mía de

nuevo, pero esta vez no me resisto. No puedo. Sé que ésta no es la respuesta a mis

problemas, y que lo único que hago así es cavarme un agujero más hondo, pero

ahora mismo todo me da igual. Lo único que importa son sus palabras, y cómo

las ha pronunciado: « Te necesito» .

¿Es posible que Hardin me necesite con la misma desesperación que yo a él?

Lo dudo, pero por ahora quiero pensar que sí. Eleva una de sus manos hasta mi

mejilla y me acaricia el labio inferior con la lengua. Me estremezco, y él sonríe.

El piercing de su labio me hace cosquillas en la comisura de la boca. Oigo un

crujido y me aparto. Él permite que interrumpa nuestro beso, pero sigue

envolviéndome fuertemente con los brazos, con el cuerpo pegado al mío. Miro

hacia la puerta y rezo para que Landon no hay a presenciado mi terrible lapsus.

Afortunadamente, no lo veo.

—Hardin, de verdad, tengo que irme —digo a continuación bajando la

mirada—. No podemos seguir haciendo esto; no nos hace ningún bien.

—Sí que podemos —responde él, y me levanta la barbilla para obligarme a

mirarlo a sus ojos verdes.

—No, no podemos. Tú me detestas, y yo no quiero seguir siendo tu saco de

boxeo. Me confundes. Me dices que no me soportas o me humillas después de

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!