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<strong>Carga</strong><br />

<strong>Alostática</strong><br />

2


<strong>Carga</strong><br />

<strong>Alostática</strong><br />

2<br />

Luciana D’Alessio<br />

Delia Ostera<br />

Carlos Soria, Carolina Remedi, Daniel Núñez, Emilio J. A. Roldán


ÍNDICE - Parte 2<br />

Capítulo 4 7<br />

<strong>Carga</strong> alostática y medicina traslacional;<br />

cerebro, circuitos cerebrales y estrés psicosocial<br />

Capítulo 5 29<br />

El laboratorio en alostasis<br />

Capítulo 6 61<br />

El proyecto GEMA


Capítulo 4<br />

Medicina traslacional; estrés psicosocial,<br />

carga alostática y circuitos cerebrales<br />

Luciana D’Alessio*<br />

*Doctora en Medicina, UBA.<br />

Médica Psiquiatra. Investigadora del Centro de Epilepsia del Hospital Ramos Mejía,<br />

Instituto de Neurociencias E. de Robertis, CONICET.<br />

Jefa de Trabajos Prácticos, Primera Cátedra de Farmacología,<br />

Facultad de Medicina, UBA


4.1 Medicina traslacional<br />

El concepto de la medicina traslacional, surge con el objetivo de faci-<br />

litar la transición de la investigación biomédica básica, es decir la investiga-<br />

ción científica basada en experimentos animales e in vitro, en aplicaciones<br />

que redunden en beneficios concretos en la salud humana.<br />

En la actualidad existe una importante brecha que separa la investigación<br />

básica, de la aplicación clínica. Esta separación crece día a día, y a pesar de<br />

los avances en los conocimientos sobre los mecanismos biológicos, estos no<br />

se traducen en un aumento de nuevos tratamientos y/o mejores pronósticos<br />

para el paciente. Tal es el caso de los últimos descubrimientos adquiridos<br />

por la investigación básica (p. ej., la secuenciación del genoma humano o<br />

el desarrollo de los modelos animales modificados genéticamente para que<br />

no expresen determinado gen o knockout génico), que han tenido un relativo<br />

escaso impacto en la práctica médica. Ni los experimentos animales, ni los<br />

estudios realizados en tubos de ensayo, ni siquiera los ensayos clínicos de<br />

fase I, reflejan la situación real de los pacientes para poder predecir de una<br />

forma fiable, la eficacia y la seguridad de una nueva terapia farmacológica.<br />

Por otra parte existen diferencias filosóficas entre la investigación científica<br />

y la práctica clínica; mientras que la investigación pretende develar<br />

los secretos de la naturaleza, la práctica clínica aspira a mejorar la calidad<br />

de vida de los pacientes. Además, los niveles de abstracción de la ciencia y<br />

9


Luciana D’Alessio<br />

de la clínica son diferentes. La clínica se refiere al individuo o a un grupo<br />

limitado de ellos, mientras que la ciencia abarca diversos grados desde lo<br />

molecular, celular, tisular, orgánico etc. Los métodos además difieren; mientras<br />

la ciencia tiende a ser reduccionista, la clínica pretende ser holística.<br />

En forma similar, las neurociencias sufren las mismas dificultades que<br />

el resto de las ciencias biomédicas. Sin embargo, algunos descubrimientos<br />

recientes de la neurociencia moderna, parecen facilitar la traslación entre la<br />

ciencia básica y la aplicada.<br />

La neurociencia contemporánea ubica al cerebro como órgano central<br />

y primario en comandar las respuestas individuales frente al estrés. El cerebro<br />

percibe, procesa, y comanda la respuesta al estrés y es capaz de generar<br />

mayor o menor carga alostática amplificando o disminuyendo la respuesta<br />

frente a un estímulo determinado.<br />

En condiciones de sobrecarga alostática, el cerebro puede iniciar una<br />

cascada de eventos neurobiológicos potencialmente deletéreos tanto a nivel<br />

físico como mental. A su vez el cerebro, es el órgano capaz de generar respuestas<br />

resilientes frente al estrés y proteger al organismo de estos efectos<br />

deletéreos.<br />

La neurociencia moderna ha demostrado que el estrés psicosocial es la<br />

principal forma de estrés que afecta al individuo (tanto en la vida cotidiana<br />

como en el desarrollo), y que por lo tanto tiene ingerencias directas en la<br />

carga alostática y en la salud de un sujeto.<br />

Cuando hablamos de estrés psicosocial, hablamos también de la forma<br />

individual y subjetiva de percibir al estrés. Esta forma individual de percibir<br />

el estrés, constituye un factor clave de resiliencia y/o de vulnerabilidad<br />

de un individuo. El mal manejo del estrés psicosocial, afecta al individuo<br />

haciéndolo vulnerable, y provoca una disminución en los mecanismos de<br />

resiliencia.<br />

10


Medicina traslacional; estrés psicosocial, carga alostática y circuitos cerebrales<br />

Los cambios neuroplásticos funcionales y estructurales propios del ce-<br />

rebro sano, permiten la adaptación frente al estrés con la posibilidad de re-<br />

cuperar las funciones afectadas, lo que implica mayor resiliencia (plasticidad<br />

adaptativa). Por ejemplo, la recuperación de la neurogénesis (nacimiento<br />

de nuevas neuronas) en el giro dentado del hipocampo conjuntamente con<br />

la remodelación dendrítica hipocampal, constituyen los principales cambios<br />

estructurales cerebrales que han sido vinculados con las funciones de resiliencia.<br />

Estos cambios neuroplásticos vinculados a la resiliencia, disminuyen<br />

durante el estrés prolongado, pudiendo generar alteraciones cognitivas y<br />

conductuales, que afectan la salud del sujeto. (Ver Fascículo Información<br />

Científica Gador 2009; Resiliencia: Mecanismos Neurobiológicos: http: //<br />

www.gador.com.ar).<br />

Si bien la mayoría de los estudios han sido conducidos en animales (investigación<br />

básica), en los últimos años, gracias al advenimiento de los estudios<br />

de neuroimágenes cerebrales como la RMNf (resonancia magnética<br />

nuclear funcional), se han podido estudiar los circuitos cerebrales emocionales<br />

que acompañan la percepción del estrés en humanos (investigación<br />

clínica y/o aplicada).<br />

Siguiendo los objetivos de la medicina traslacional, es decir de una medicina<br />

dirigida hacia el paciente con el objetivo final de un beneficio social,<br />

nos proponemos de aquí en adelante estudiar los mecanismos biológicos<br />

y los circuitos utilizados por el cerebro para percibir, procesar y responder<br />

frente al estrés psicosocial. El objetivo final es entender los mecanismos que<br />

le permiten al individuo adaptarse al medio y a las circunstancias, de una<br />

manera resiliente.<br />

11


Luciana D’Alessio<br />

4.2 Estrés psicosocial, carga alostática y factores psico-<br />

sociales individuales<br />

Se considera que el estrés psicosocial constituye el principal tipo de<br />

estrés capaz de afectar y aumentar en forma significativa la carga alostática<br />

de un individuo.<br />

En un comienzo se pensó que los estresores endógenos, como ser los<br />

cambios en el funcionamiento del medio interno, eran los principales fac-<br />

tores estresantes que amenazaban al organismo físico. Sin embargo, hoy en<br />

día se conoce fehacientemente que los factores individuales psicológicos<br />

y sociales, incluidos los sucesos vitales y los eventos de la vida cotidiana,<br />

influyen significativamente en la carga alostática de un sujeto, a punto tal<br />

que determinan y condicionan la capacidad de resiliencia y/o vulnerabilidad<br />

frente al estrés.<br />

A comienzos de los años 90, ya se consideraba que toda la información<br />

sensorial proveniente de los diferentes tipos de estresores, ingresa a través<br />

del cerebro antes de afectar cualquier otro tipo de respuesta fisiológica<br />

regulatoria. A su vez esta respuesta, es modificada por la expectación, la<br />

anticipación, la novedad, y los esfuerzos para evitar estímulos nocivos. Es<br />

decir que la respuesta puede ser amplificada o reducida, de acuerdo al estado<br />

psicológico, a los rasgos de la personalidad, y en relación al contexto en el<br />

que se encuentra el individuo.<br />

Actualmente se considera que el cerebro ocupa un lugar primario en la<br />

mediación de la alostasis, y constituye el punto primario de interfase entre<br />

un estresor dado, el contexto físico y social, y la forma individual fisiológica<br />

y conductual de responder a dicho estresor. El cerebro es el órgano primario<br />

en mediar la respuesta alostática del organismo.<br />

La identificación de los circuitos y sistemas biológicos específicos que<br />

procesan estos mecanismos, ha permitido entender mejor las consecuencias<br />

12


Medicina traslacional; estrés psicosocial, carga alostática y circuitos cerebrales<br />

fisiológicas y conductuales de los estresores ambientales, a la vez que orienta<br />

en la elaboración de estrategias útiles en la prevención y en el tratamiento<br />

de las enfermedades derivadas de la sobrecarga alostática.<br />

La forma particular e individual de percibir, procesar, responder y extinguir<br />

una respuesta frente al estrés, son determinantes de la capacidad de<br />

adaptación al estrés (ajuste alostático) y de la capacidad de resiliencia del<br />

sistema, y por ende condiciona la salud física y mental de un sujeto.<br />

La forma de responder a los diferentes tipos de estrés psicosocial, depende<br />

de una extensa variedad de factores tanto genéticos como adquiridos<br />

(factores ambientales).<br />

Los factores adquiridos, tienen su correlato biológico en las llamadas<br />

modificaciones epigenéticas. Actualmente se postula que los cambios necesarios<br />

para adaptarse al entorno, no se producirían principalmente sobre<br />

la secuencia de los genes (mutaciones) como se pensaba antes, sino sobre la<br />

estructura de la cromatina.<br />

La cromatina es el empaquetamiento del ADN con proteínas llamadas<br />

histonas. La modificación química de las histonas por metilación, acetilación,<br />

etc., afecta la interacción ADN-histona, permitiendo la transcripción<br />

de determinado gen. Este mecanismo biológico parecería ser responsable<br />

en parte, de los fenómenos de plasticidad, memoria y cognición general a<br />

nivel del SNC.<br />

Dentro de los cambios epigenéticos, se distinguen por su importancia,<br />

aquellos que fueron adquiridos durante las etapas tempranas del desarrollo.<br />

Los experimentos realizados en modelos animales sometidos a alto y bajo<br />

cuidado materno, demostraron que los efectos del cuidado neonatal temprano,<br />

medido en conductas de aseo y cuidado de las crías, se traducen en<br />

efectos epigenéticos sobre el gen que codifica para el receptor de glucocorticoides,<br />

generando crías que poseen una menor respuesta a la hipercortiso-<br />

13


Luciana D’Alessio<br />

lemia y al estrés cuando son adultas. Estos trabajos pusieron de manifiesto<br />

la importancia de lo factores ambientales tempranos, y como éstos condi-<br />

cionan la forma individual de responder al estrés.<br />

Las teorías actuales distinguen dos componentes diferentes del estrés<br />

psicosocial; el estrés en sí mismo y el contexto en el que sucede el fenómeno<br />

estresante. El análisis de ambos en conjunto permite predecir una probabilidad<br />

de respuesta alostática, en un sujeto determinado.<br />

La respuesta individual o conductual ante el mismo estímulo, va a ser<br />

moderada o exacerbada, de acuerdo al contexto en el que se encuentra el<br />

sujeto. El apoyo y la contención psicosocial adecuada, constituyen factores<br />

de recurso contextual (recurso social), que permiten mejorar el manejo del<br />

estrés y reducir la carga alostática. Los trabajos de investigación clínica, han<br />

demostrado que variables relacionadas con un adecuado apoyo y contención<br />

social en lo referente a necesidades sociales básicas, tanto económicas, de<br />

salud, educación e inserción social, reducen la carga alostática de un sujeto,<br />

disminuyendo la percepción primaria de la situación de amenaza, con una<br />

menor respuesta general de estrés (menor reactividad frente al estrés).<br />

Eisenberg y col. en 2007 encontraron que los individuos con menor nivel<br />

psicosocial de acuerdo a parámetros socioeconómicos, presentaban mayores<br />

niveles de cortisol en respuesta al Trier Social Stress Test (test que mide<br />

la respuesta frente a la exposición social y al estrés social agudo).<br />

En otro trabajo Geronimus y col. en el año 2006, determinaron el puntaje<br />

de carga alostática (medido a través de marcadores biológicos como la<br />

tensión arterial, la glucemia, la hemoglobina glicosilada, el cortisol, etc.). El<br />

puntaje de carga alostática obtenido fue significativamente mayor en individuos<br />

adultos de raza negra, en comparación con individuos de raza blanca<br />

con similares recursos socioeconómicos, sugiriendo que el factor social y<br />

racial podría estar modificando la carga alostática de la población, más allá<br />

14


Medicina traslacional; estrés psicosocial, carga alostática y circuitos cerebrales<br />

del factor económico en sí. Un dato interesante de este estudio es que den-<br />

tro de la población negra de mayor riesgo, las mujeres tenían mayor carga<br />

alostática que los hombres.<br />

En el área de la salud mental, diferentes estudios han demostrado que<br />

un rango amplio de factores individuales biológicos y psicológicos (rasgos<br />

de la personalidad), podrían prevenir el desencadenamiento de enfermedades<br />

psiquiátricas como el TEPT (trastorno de estrés postraumático), y la<br />

depresión secundaria a eventos traumáticos y estresantes respectivamente.<br />

Los rasgos positivos de la personalidad como el optimismo, las emociones<br />

positivas, y la ausencia de conductas evitativas, asociados a factores<br />

socioculturales de contención (apoyo y contención psicosocial, laboral y familiar),<br />

demostraron funcionar como factores de resiliencia en relación a las<br />

complicaciones psiquiátricas mencionadas.<br />

Estas variables relacionadas con los rasgos de la personalidad, influyen<br />

directamente en la forma de percibir y procesar los eventos estresantes, favoreciendo<br />

el desarrollo de percepciones menos amenazantes, que se traducen<br />

en una menor repercusión en el sistema nervioso autónomo, y una<br />

menor producción de mediadores químicos del estrés (potencialmente dañinos<br />

para el organismo).<br />

Los mecanismos cerebrales fundamentales que moderan los efectos de<br />

la carga alostática a partir del adecuado apoyo psicosocial, no han sido aún<br />

exhaustivamente estudiados. Sin embargo, en los últimos años, los estudios<br />

de neuroimágenes cerebrales han permitido comenzar a definir las áreas<br />

cerebrales, los circuitos y las redes neuronales involucradas en mediar las<br />

respuestas emocionales frente a situaciones o formas de estrés psicosocial.<br />

15


Luciana D’Alessio<br />

4.3 Circuitos cerebrales involucrados en la percepción<br />

del estrés<br />

Para estudiar las formas de estrés psicosocial, y las áreas involucradas en<br />

su procesamiento, los investigadores analizaron pacientes que experimenta-<br />

ron trauma, y sujetos expuestos a realizar determinadas tareas bajo alguna<br />

condición de exposición social o de novedad, tal que provoque en el sujeto<br />

una vivencia similar a la ocurrida frente a una situación de estrés psicosocial<br />

real.<br />

Las áreas cerebrales involucradas en integrar y regular los estados emocionales<br />

vinculados al estrés psicosocial, forman parte del muy conocido<br />

sistema límbico, y de sus interconexiones y circuitos que funcionan en serie<br />

y en paralelo.<br />

El sistema límbico, fue inicialmente descripto en diferentes especies<br />

animales de mamíferos, y se lo consideró una estructura estrechamente ligada<br />

al bulbo olfatorio y a las funciones emocionales primitivas (Broca, 1878).<br />

Posteriormente, James Papez en 1937, describe el sistema límbico en el<br />

humano, y explica la génesis del proceso emocional a través de este circuito.<br />

De acuerdo a esta descripción inicial, el centro emotivo cortical tendría su<br />

origen en la formación hipocampal, y sería transferida mediante los cuerpos<br />

mamilares a los núcleos anteriores del tálamo, para luego llegar a la corteza<br />

prefrontal. La corteza cingulada, formaría parte de una región receptiva de<br />

la experiencia emocional (Figura 1 a y b).<br />

Actualmente se considera al sistema límbico como el centro emocional<br />

(core) del cerebro, que permite actuar como mediador primario de la respuesta<br />

fisiológica al estrés. A su vez, es la región cerebral mas afectada por<br />

el estrés, y podría encontrarse dañada luego de una exposición crónica a<br />

mediadores del estrés.<br />

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Medicina traslacional; estrés psicosocial, carga alostática y circuitos cerebrales<br />

FIGURA 1a: Sistema Límbico. Representación simbólica de la evolución del sistema límbico<br />

en las distintas especies.<br />

Modificado de Trimble M. The Temporal Lobes and Limbic System. Trimble M and Bolwig T<br />

editores, Wrightson Biomedical Publishing, Petersfield Hampshire 1992.<br />

FIGURA 1b: Diagrama del circuito de Papez.<br />

Modificado de Trimble M. The Temporal Lobes and Limbic System. Trimble M and Bolwig T<br />

editores, Wrightson Biomedical Publishing, Petersfield, Hampshire 1992.<br />

17


Luciana D’Alessio<br />

Ha sido demostrado que la hiperactividad del sistema HHA (hipotá-<br />

lamo-hipófiso-adrenal) conjuntamente con la hiperactividad del sistema<br />

excitatorio glutamatérgico, ambas características de las situaciones prolongadas<br />

de estrés, ejercen efectos potencialmente nocivos sobre el cerebro,<br />

siendo la estructura cerebral más afectada, el hipocampo.<br />

El hipocampo cumple importantes funciones como; el procesamiento<br />

de la memoria, episódica, declarativa, espacial y contextual; el control<br />

de las emociones (memoria emocional), memorias emocionales aversivas,<br />

memorias vinculadas a la adicción, en la conducta de búsqueda de droga<br />

(hipocampo-amígdala); y en el procesamiento nociceptivo (dolor).<br />

Durante el estrés prolongado los glucocorticoides adrenales conjuntamente<br />

con los aminoácidos excitatorios como el glutamato, inducen fenómenos<br />

reversibles en la remodelación dendrítica de las neuronas piramidales<br />

hipocampales del área CA3, e inducen una disminución del volumen del<br />

neuropilo (debido posiblemente a una reducción del volumen glial).<br />

Además del hipocampo, el estrés persistente y repetido, causa cambios<br />

en otras regiones del sistema límbico, como en la corteza prefrontal y en la<br />

amígdala. Se ha reportado un acortamiento de las dendritas de la corteza<br />

orbitofrontal asociado a un alargamiento dendrítico en las neuronas amigdalinas,<br />

en modelos de estrés crónico.<br />

Las diferentes regiones cerebrales que forman parte del sistema límbico,<br />

y que a su vez pueden ser modificadas (cambios neuroplásticos) por los<br />

mediadores neuroquímicos del estrés crónico, comandan una serie de respuestas<br />

que están intrínsecamente relacionadas con la percepción del estrés<br />

psicosocial y la elaboración de una respuesta del organismo frente a una<br />

percepción dada.<br />

El sistema límbico comanda las respuestas emocionales del organismo,<br />

esto involucra a las respuestas emocionales del medio interno, (funciones<br />

18


Medicina traslacional; estrés psicosocial, carga alostática y circuitos cerebrales<br />

endócrinas, autonómicas, etc.), y a las respuestas conductuales más comple-<br />

jas (conducta evitativa, de lucha, de huída, etc.).<br />

El sistema límbico regula el tipo de respuesta frente al estrés psicosocial,<br />

pudiendo comandar una respuesta resiliente o lo contrario; una respuesta<br />

que aumente la vulnerabilidad del sujeto (mayor riesgo de padecer enfermedades<br />

psiquiátricas como el TEPT, depresión, enfermedades cardiovasculares,<br />

metabólicas, etc.).<br />

4.4 Circuitos principales: miedo, recompensa y empatía<br />

A- Circuito neural del miedo<br />

Las estructuras cerebrales responsables de permitir que un individuo experimente<br />

vivencias de miedo en sus diferentes intensidades son; la amígdala,<br />

el hipocampo, y la corteza prefrontal ventromedial (CPFvm) (Figura 2).<br />

FIGURA 2: Circuito del miedo.<br />

Modificado de Feder A, Nestler E, Charney D. Psychobiology and molecular genetics of resilience.<br />

Nature reviews neuroscience 2009;10: 446- 457<br />

19


Luciana D’Alessio<br />

El proceso de adquisición de una memoria condicionada de miedo está<br />

centrado en la amígdala, mientras que los fenómenos de extinción activa<br />

de la memoria de miedo, requieren de ambas estructuras, la (CPFvm) y la<br />

amígdala, para llevarse a cabo.<br />

Estudios recientes realizados con RMNf (resonancia magnética nuclear<br />

funcional), permitieron examinar los mecanismos mediante los cuales el<br />

SNC es capaz de convertir un estímulo amenazante en seguro, y viceversa.<br />

Este fenómeno adaptativo implica una flexibilidad del sistema, que involucra<br />

una red neural en la que participan la amígdala, el cuerpo estriado y la<br />

CPFvm. En particular esta última estructura parecería mediar el intercambio<br />

reversible, de la vivencia de miedo y de amenaza, por una vivencia de<br />

seguridad, frente a los diferentes estímulos estresantes.<br />

El circuito neural que procesa el miedo, es muy importante en la mediación<br />

de funciones vinculadas a la resiliencia frente al estrés, en particular<br />

frente al estrés psicosocial. El adecuado funcionamiento del mismo, previene<br />

la sobre estimulación del sistema, a partir del correcto funcionamiento<br />

de la reconsolidación de la memoria y del proceso de extinción. Se produce<br />

de esta manera, una inhibición de la respuesta amigdalina por parte de la<br />

CPFvm frente a la situación estresante.<br />

Las terapias cognitivo conductuales, útiles en el tratamiento del TEPT,<br />

tendrían efectos beneficiosos sobre estos pacientes, al reducir la activación<br />

amigdalina e incrementar la actividad en la corteza cingulada anterior durante<br />

el procesamiento del miedo.<br />

De acuerdo a estudios realizados en animales, se ha demostrado que el<br />

hipocampo cumpliría la función de mediar los aspectos temporales y contextuales<br />

durante el condicionamiento a la memoria aversiva.<br />

La reactivación de las memorias aversivas, ya sea por la re-exposición<br />

simbólica o frente al contexto, permite generar una re-consolidación (intensificación<br />

adicional de la memoria). Puede ocurrir también frente a la<br />

20


Medicina traslacional; estrés psicosocial, carga alostática y circuitos cerebrales<br />

re-exposición, una extinción de la memoria aversiva, la cual requiere a su<br />

vez un mayor entrenamiento dado que el fenómeno de extinción es activo,<br />

y requiere de la formación de una nueva memoria.<br />

Es muy interesante observar que en los animales que han sido entrenados<br />

para inhibir el miedo y experimentar sentimientos de protección frente<br />

a determinados estímulos aversivos, se reproduce un estado neuroquímico<br />

similar al obtenido por un tratamiento con antidepresivos.<br />

Los mecanismos mediante los cuales se adquieren las memorias emocionales<br />

aversivas, y se inducen los mecanismos activos de extinción, estarían<br />

vinculados con fenómenos celulares y moleculares de potenciación a<br />

largo plazo (LTP - long term potentiation) y otras formas de plasticidad sináptica.<br />

Estas funciones estarían mediadas por receptores como el NMDA<br />

(n-metil-d-Aspartato) para glutamato, localizados en la amígdala y en el<br />

hipocampo.<br />

Por ejemplo, el antagonismo en forma experimental de los receptores<br />

NMDA hipocampales, bloquea el condicionamiento aversivo dependiente<br />

del contexto. Por otro lado, el uso de bloqueantes B adrenérgicos (BB) a<br />

nivel central, impide también el condicionamiento aversivo.<br />

Los BB han sido utilizados como preventivos en pacientes expuestos a<br />

trauma, con resultados diversos. En forma adicional, el condicionamiento<br />

aversivo y la extinción activa, estarían regulados por receptores para glucocorticoides<br />

(GC) localizados en hipocampo y amígdala. En base a estos<br />

hallazgos, se postula que los GC podrían jugar un rol en la fisiopatología y<br />

en el tratamiento del trauma.<br />

B- Circuito neural de la recompensa y de la regulación<br />

emocional<br />

El circuito neural de la recompensa mejor establecido es el sistema dopaminérgico<br />

mesolímbico y mesocortical, que involucra las neuronas do-<br />

21


Luciana D’Alessio<br />

paminérgicas del ATV (área tegmental ventral) y las inervaciones dopaminérgicas<br />

del núcleo accumbens y otras estructuras del cerebro límbico<br />

(Figura 3).<br />

FIGURA 3: Circuito de la recompensa.<br />

Modificado de Feder A, Nestler E, Charney D. Psychobiology and molecular genetics of resilience.<br />

Nature reviews neuroscience 2009; 10: 446- 457<br />

Las neuronas dopaminérgicas del ATV pueden ser consideradas como<br />

las neuronas de la recompensa; estas neuronas son activadas en respuesta<br />

a una conducta relacionada con una recompensa (por ejemplo alimento,<br />

conducta sexual, interacción social, etc.), o bien ante la expectación de una<br />

recompensa.<br />

Por el contrario, las neuronas dopaminérgicas del ATV son inhibidas<br />

por estímulos aversivos o por la ausencia de la recompensa esperada. Sin<br />

embargo, ciertas neuronas dopaminérgicas son activadas por otros estímu-<br />

22


Medicina traslacional; estrés psicosocial, carga alostática y circuitos cerebrales<br />

los, lo que sugiere que también podrían estar involucradas en otras funcio-<br />

nes, como en la regulación del estado de ánimo.<br />

Los estudios realizados en pacientes con trastornos de ansiedad y de-<br />

presión, han identificado a la amígdala, al hipocampo, a la corteza cingulada<br />

anterior (CCA), y a la corteza prefrontal, como las estructuras involucradas<br />

en la regulación de los estados de ánimo. A su vez, los rasgos de la personalidad<br />

vinculados con el optimismo, rasgo marcador de resiliencia y de<br />

adaptación frente al estrés psicosocial, se asociaron a una mayor activación<br />

de la CCA.<br />

La amígdala por un lado y el núcleo accumbens por el otro parecerían<br />

trabajar en conjunto para regular la respuesta individual frente al estrés psicosocial.<br />

Un estudio reciente realizado con RMNf, demostró que ambas<br />

estructuras tienen efectos opuestos en la respuesta conductual.<br />

En la llamada respuesta de revaloración de un suceso dado, mediante<br />

la cual el individuo vuelve a evaluar y valorar un determinado evento ocurrido,<br />

se observa que la activación de la amígdala reduce la respuesta de<br />

revaloración, mientras que el núcleo accumbens la aumenta.<br />

El mayor uso de esta función de revaloración de los sucesos en la vida<br />

cotidiana, parecería asociarse a una mayor actividad de la corteza prefrontal<br />

y del núcleo accumbens, y a una menor actividad de la amígdala frente a<br />

los estímulos negativos y estresantes. A la vez, esta capacidad individual de<br />

revaloración, promovería una conducta de afrontamiento exitosa, y ha sido<br />

asociada a un menor riesgo a desarrollar trastornos psiquiátricos, como los<br />

trastornos afectivos.<br />

La variabilidad individual en el funcionamiento de estas vías y circuitos<br />

nerviosos, depende tanto de factores genéticos como ambientales, y de<br />

alguna manera va a determinar las diferencias individuales en la forma de<br />

respuesta emocional, y en la regulación emocional frente a las diferentes<br />

situaciones y contextos de estrés psicosocial.<br />

23


Luciana D’Alessio<br />

4.5 Circuito de la empatía, clave en la percepción<br />

psicosocial del estrés<br />

La empatía es la función que permite las relaciones sociales, ya que<br />

facilita la generación de una respuesta emocional apropiada al contexto social.<br />

El desarrollo o capacidad empática de un individuo, lo posiciona en un<br />

lugar de resiliencia frente al manejo del estrés psicosocial.<br />

La capacidad empática se mide por la posibilidad de un individuo de<br />

leer o interpretar las emociones y las intenciones de los otros. En los humanos,<br />

la CPFvm es activada cuando el sujeto piensa sobre su propio estado<br />

mental, o los estados mentales de otros. Los pacientes con lesiones cerebrales<br />

en áreas como la CPFvm, presentan déficits en la sensopercepción y en<br />

el desarrollo de sentimientos como la culpa, la vergüenza y la empatía.<br />

En los últimos años, se describieron las llamadas neuronas en espejo,<br />

las cuales forman parte de un sistema neuronal cortical que se activa cuando<br />

el animal (primate) ejecuta una tarea, y se vuelve a activar cuando el animal<br />

observa la realización de la tarea, por otro animal de la misma especie.<br />

En humanos se encontraron neuronas en espejo en diferentes zonas<br />

corticales como la corteza prefrontal, la corteza premotora, el área suplementaria<br />

motora, el área primaria somatosensorial y la corteza parietal inferior.<br />

Las neuronas en espejo se desarrollan y producen a partir del aprendizaje<br />

asociativo, y también se cree que contribuyen a la capacidad de inferir<br />

sobre las acciones realizadas por otros individuos.<br />

Se postula que este sistema estaría estrechamente ligado, en conjunción<br />

con el sistema límbico, a la capacidad de un sujeto de entender las emociones<br />

e intenciones de los otros sujetos (teoría de la mente). La teoría de la<br />

mente, explica la habilidad de los seres humanos de entender e interpretar<br />

24


Medicina traslacional; estrés psicosocial, carga alostática y circuitos cerebrales<br />

los estados mentales de otros seres humanos, y constituye una función fun-<br />

damental para la comunicación y la actividad social (cognición social). La<br />

cognición social comienza a desarrollarse en la temprana infancia, alrededor<br />

de los 2,5 a los 5 años de edad, observándose alteraciones de la misma<br />

en los niños con trastornos del espectro autista y otros trastornos generales<br />

del desarrollo.<br />

Dentro de los diferentes factores neuroquímicos que podrían mediar las<br />

funciones de cognición social, se destaca el neuropéptido oxitocina, que ha<br />

demostrado que podría intensificar la habilidad personal de inferir los estados<br />

mentales de los otros. La administración intranasal de oxitocina genera<br />

un aumento del estado de confianza en los individuos tratados, por lo que<br />

ha sido involucrada en promover conductas de sociabilización en humanos.<br />

Se postula que la oxitocina reduciría la activación y la conectividad amigdalina<br />

frente a los estímulos aversivos.<br />

Queda mucho aún por investigar sobre este apasionante tema, que es de<br />

alguna manera, esencial para entender las relaciones humanas, y los mecanismos<br />

involucrados en la percepción del estrés psicosocial.<br />

4.6 Conclusiones<br />

Los llamados factores psicológicos y psicosociales, constituyen la forma<br />

particular e individual de percibir, procesar, responder y extinguir, de<br />

cada sujeto. Estos factores están superimpuestos sobre el funcionamiento<br />

del organismo físico, incluyendo el sistema neurohormonal que regula las<br />

funciones fisiológicas.<br />

El denominado estrés psicosocial y la forma individual que cada sujeto<br />

posee en un contexto dado, de responder frente al estrés, constituye el punto<br />

clave plausible de ser modificado a través del tratamiento, tal que las respuestas<br />

generadas sean en pos de la resiliencia del sistema.<br />

25


Luciana D’Alessio<br />

La medicina traslacional aplicada a las neurociencias tiene por objetivo<br />

facilitar la traslación de la investigación biomédica básica a una aplicación<br />

clínica y terapéutica, que mejore la calidad de vida del sujeto.<br />

La neurociencia moderna ha permitido detectar las regiones emocionales<br />

del cerebro (circuitos cerebrales del estrés), que son los responsables<br />

primarios en mediar el ajuste alostático, a partir de la percepción y del procesamiento<br />

de los estímulos que ingresan al sistema físico humano (inputs).<br />

Estas regiones son las implicadas en generar la amplificación o reducción<br />

de la respuesta alostática (outputs), frente a un estresor dado, en un contexto<br />

dado.<br />

En base a estos resultados, el objetivo final de todos los tratamientos<br />

psicofarmacológicos, psicoterapéuticos, psiquiátricos y de la medicina general<br />

preventiva, deberá estar orientado a que el paciente aprenda a percibir,<br />

procesar, responder y extinguir, las respuestas generadas por el estrés<br />

psicosocial, evitando el efecto acumulativo de la carga alostática a través del<br />

tiempo, y favoreciendo las respuestas resilientes y adapativas, para lograr<br />

una mejor calidad de vida.<br />

26


Medicina traslacional; estrés psicosocial, carga alostática y circuitos cerebrales<br />

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28


Capítulo 5<br />

El laboratorio en alostasis<br />

Delia Ostera*<br />

*Bioquímica. Magister en Psiconeuroinmunoendocrinología, Fundación Favaloro.<br />

Docente invitada de la cátedra “Psiquiatría Adultos “ de la carrera de postgrado<br />

“Especialidad en Psiquiatría” de la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario. UNR.<br />

Docente invitada de la Maestría en PNIE de la Fundación Favaloro.<br />

Directora del Dpto. de Investigación y Desarrollo del Laboratorio Central<br />

del Hospital Italiano de Rosario y del Instituto de Bioquímica Clínica de Rosario.


5.1 Introducción<br />

En la década de los 90 McEwen publica sus primeros trabajos sobre<br />

alostasis, definida como un proceso activo empleado por el organismo para<br />

mantener la homeostasis.<br />

Todo organismo se encuentra sometido constantemente a situaciones<br />

cambiantes (estresores ambientales, sucesos de vida mayores, situaciones laborales,<br />

hogareñas, y/o familiares estresantes) y debe adaptarse para sobrevivir<br />

a ellas, por lo que debe poner en marcha mecanismos que restauren el<br />

equilibrio y protejan al organismo a través del cambio.<br />

Si observamos el esquema planteado por McEwen en 1999 en NEJM<br />

(N Engl J Med 1998; 338 (3): 171-179) modificado luego en 2010, (Figura<br />

1) veremos que ante una situación de stress o de amenaza para la integridad<br />

física o emocional de un individuo, es el cerebro el que realiza una evaluación<br />

cognitiva de la misma y pone en marcha un conjunto de respuestas<br />

neuroinmunoendócrinas condicionadas por las diferencias individuales que<br />

tienden a preparar al organismo para producir alostasis a fin de conducir al<br />

mismo a la adaptación. Es por esto que ante una situación de estrés, se activan<br />

el sistema nervioso autónomo, el eje HHA (Hipotálamo-Hipófiso-<br />

Adrenal), el sistema cardiovascular, el sistema inmune y el metabolismo<br />

protegiendo a nuestro cuerpo, montando la respuesta adaptativa hasta que<br />

la amenaza cesa, y estos sistemas retornan a su actividad normal.<br />

31


Delia Ostera<br />

FIGURA 1.<br />

Modificada de McEwen. Ann NY Acad Sci 2010; 1186:190-222.<br />

Si por el contrario la situación de estrés se cronifica, estos sistemas<br />

son forzados a adaptarse permanentemente instalándose un estado de<br />

hiperactividad de los mismos, se pierde la regulación y se genera lo que lla-<br />

mamos CARGA alostática, que es el costo que paga el organismo por una<br />

hiperactividad desregulada de los efectores/mediadores alostáticos.<br />

Todos estos sistemas montan en conjunto una respuesta neuroinmu-<br />

noendócrina, comunicándose a través de moléculas químicas, llamados bio-<br />

mediadores alostáticos, que son señales de información multidireccional y<br />

multisistémicas, que operan en forma de red interactiva no lineal, en la que<br />

los mediadores se regulan a la alza o baja entre sí, dependiendo de factores<br />

tales como su concentración, ubicación en el cuerpo, y un conjunto de patrones<br />

temporales secuenciales.<br />

Resulta sumamente importante poder estudiar la carga alostática, y desde<br />

el laboratorio cuantificar los biomediadores a fin de instalar la terapéutica<br />

farmacológica adecuada en cada caso.<br />

32


El laboratorio en alostasis<br />

Analicemos cada uno de los sistemas involucrados en la respuesta al<br />

estrés y a los biomediadores involucrados, a modo de desplegar en forma<br />

de cascada química el proceso de enfermedad, consiguiendo un algoritmo<br />

final para el estudio de la alostasis.<br />

5.2 Etapas de percepción de estrés<br />

Los dos componentes principales de la respuesta al stress son el Eje<br />

Cortico Límbico Hipotálamo Hipófiso Adrenal (CLHHA) y el Sistema<br />

Nervioso Autónomo, actuando con la liberación de CRH y NA/A respectivamente,<br />

como mediadores primarios. (Figura 2 y 3)<br />

FIGURA 2: Síntesis de Catecolaminas<br />

Modificada de Arias P, Arzt E, Bonet J. Estrés y procesos de enfermedad. Tomo I, Ed Biblos,<br />

Buenos Aires, 1998.<br />

33


Delia Ostera<br />

FIGURA 3: Componentes centrales y periféricos del estrés<br />

Modificada de Chrousos G, Gold P. The concepts of stress and stress system disorders. JAMA<br />

1992; 267 (9): 1244-1252.<br />

Pero la percepción del estrés comienza mucho antes y está modulada<br />

inicialmente por mecanismos aminoacídicos de acción rápida, entre los que<br />

se destaca como transmisor sensorial primario excitatorio el glutamato, actuando<br />

a través de dos tipos de receptores: AMPA y NMDA. En el proceso<br />

de potenciación a largo plazo, se observa la coactivación de ambos receptores,<br />

modulando el aprendizaje y la memoria. Glue y col. en 1993 vieron<br />

que la interferencia de uno u otro receptor glutamatérgico podía producir<br />

amnesia, sugiriendo que el estado disociativo visto luego del estrés agudo<br />

(catástrofes, etc.) puede estar mediado por trastornos en los aminoácidos<br />

excitatorios (AAE).<br />

Otro de los neurotransmisores involucrados en la percepción del estrés<br />

es el ácido γ aminobutírico (GABA), neurotransmisor esencialmente<br />

inhibitorio, es uno de los sistemas de neurotransmisores que amplifican la<br />

34


El laboratorio en alostasis<br />

respuesta al estrés. Anormalidades en la inhibición del GABA, llevan al<br />

individuo a un estado de alerta sostenida, de sobreactivación, de vigilancia,<br />

de ansiedad anticipatoria, asociado a una reducción en la sensibilidad del<br />

receptor gabaérgico.<br />

Un aspecto importante de la alostasis y de la carga alostática es la noción<br />

de anticipación. Aunque en un principio se presentó en relación a explicar<br />

el reflejo que nos impide perder el conocimiento cuando nos levantamos<br />

de la cama en la mañana, la anticipación implica un estado psicológico<br />

caracterizado por aprehensión, preocupación y ansiedad.<br />

Debido a que la anticipación puede conducir a la salida de biomediadores<br />

alostáticos (adrenalina, ACTH, y posteriormente cortisol), es probable<br />

que los estados de ansiedad prolongada y de anticipación, puedan resultar<br />

en carga alostática.<br />

La modulación a corto plazo de la respuesta al estrés está dada por la liberación<br />

de noradrenalina, por estimulación del Locus Coeruleus, dada en<br />

parte por los aminoácidos excitatorios, mientras que los inputs gabaérgicos<br />

y opioides producen inhibición.<br />

Una vez liberada noradrenalina desde el Locus Coeruleus, ésta coordina<br />

la respuesta al estrés a través de la activación de neuronas que liberan CRF<br />

(Factor liberador de corticotrofina), estimulando así al eje CLHHA.<br />

Hay potencialmente varias interacciones entre estos dos sistemas. El<br />

sistema CRH-PVN (CRH-núcleo paraventricular hipotalámico) y el LC-<br />

NA-SNS (Locus Coeruleus-NA-Sistema nervioso simpático), presentan<br />

un feedback positivo. Recordemos también que ambos sistemas son estimulados<br />

por serotonina y por acetilcolina.<br />

La liberación de CRH estimula la hipófisis para liberar ACTH, quien<br />

será la encargada de estimular las suprarenales para liberar cortisol, el cual<br />

tendrá un efecto inhibitorio sobre ACTH y CRH a fin de regular el eje<br />

HHA.<br />

35


Delia Ostera<br />

Activados así ambos sistemas, encontramos en circulación a los biome-<br />

diadores primarios más ampliamente estudiados: noradrenalina, adre-<br />

nalina y cortisol.<br />

En el laboratorio se pueden cuantificar los niveles de los siguientes mediadores:<br />

CORTISOL<br />

La secreción de cortisol presenta un ritmo circadiano vinculado al ciclo<br />

vigilia / sueño, con un pico matinal entre las 8-9 h, luego una marcada<br />

disminución hacia medio día y un nadir vespertino entre las 17-18 h cuantitativamente<br />

menor que el incremento matinal.<br />

Es importante observar que en muchas patologías el ritmo circadiano<br />

se encuentra invertido o desaparece con hipocortisolemia, como sucede<br />

en pacientes con fibromialgia o con síndrome de fatiga crónica, o no hay<br />

ritmo con hipercortisolemia constante como sucede en depresión mayor.<br />

Podemos estudiar estas alteraciones midiendo:<br />

- Ritmo de cortisol: Cortisol basal (8 h) y cortisol vespertino (17 h).<br />

- Prueba de inhibición con dexametasona: la prueba consiste en la extracción<br />

de sangre a las 8 h; luego, a las 23 h de ese mismo día, se le administra<br />

al paciente 1 mg de dexametasona por vía oral , y al día siguiente, a las 16<br />

h, se le extrae sangre nuevamente; en ambas muestras se determina cortisol<br />

(basal y post-dexametasona). Si el paciente presenta un ritmo de cortisol<br />

normal, el cortisol basal debe medir entre 50-250 ng/ml, y el cortisol postdexametasona<br />

deberá ser menor a 5 ng/ml, concluyendo que la prueba es<br />

positiva.<br />

El 50% de los pacientes con depresión mayor presentan dicha prueba<br />

como: no supresora, debido a que la hipercortisolemia que poseen se encuentran<br />

en valores elevados aun después de administrar la dexametasona.<br />

- Cortisol salival: la cuantificación de cortisol en la saliva determina de<br />

36


El laboratorio en alostasis<br />

manera más exacta las concentraciones de cortisol libre que el cortisol plas-<br />

mático. En la saliva el cortisol no se encuentra unido a proteínas transpor-<br />

tadoras, es un fiel reflejo de lo que ocurre a nivel central y su concentración<br />

es independiente del flujo salivar. Las muestras de saliva se pueden obtener<br />

libre de estrés, y sin la necesidad de personal médico entrenado, ni tampoco<br />

presenta la incomodidad de tener que recolectar orina de 24 h, como<br />

requiere la determinación de cortisol en orina. Para obtener una muestra<br />

salival se recomienda recolectar la saliva a las 23 h distante de la cena.<br />

Los valores normales son:<br />

• Cortisol matutino salival (08 a 10 h): hasta 6,9 ng/ml<br />

• Cortisol vespertino salival (14.30 a 15.30 h): hasta 4,3 ng/ml<br />

• Cortisol nocturno salival (23 h): hasta 1,56 ng/ml.<br />

- Cortisol libre urinario: es una determinación útil ya que informa de la<br />

secreción de cortisol a lo largo de las 24 h, sin estar bajo presión horaria<br />

como sucede con las muestras de sangre, pero tiene el inconveniente de que<br />

la recolección de la orina de 24 h. es tediosa y muchos pacientes se niegan<br />

a realizarla. Los últimos trabajos en endocrinología, en especial para el estudio<br />

del Sindrome de Cushing recomiendan dosar cortisol libre urinario<br />

en una orina espontánea recolectada a las 23 h. Al paciente se le hace vaciar<br />

la vejiga a las 22 h y luego a las 23 h recolecta todo lo excretado, y en esa<br />

muestra se dosa cortisol y se informa por gramo de creatinina. Valores de<br />

referencia: 1,3 a 14 ng/mg de creatinina<br />

• Para completar el estudio del eje adrenal, especialmente en casos de<br />

hipercortisolemia como sucede en la depresión mayor o el estrés crónico,<br />

donde los altos niveles de cortisol no son registrados por los receptores y no<br />

logran inhibir la ACTH y el CRH, resulta de sumo interés evaluar estos<br />

dos parámetros, midiendo su concentración en sangre.<br />

• Otra de las hormonas a estudiar es la DHEA (dehidroepiandrostero-<br />

37


Delia Ostera<br />

na), ya que es una hormona con efecto antiglucocorticoideo, se metaboliza<br />

a DHEAs (sulfato) que presenta mayor actividad biológica que la DHEA<br />

sin sulfatar, cumple funciones antiapoptóticas pues incrementa la síntesis<br />

de IGF1 (factor de crecimiento insulínico) glial, ejerce incremento del flujo<br />

cerebral y efecto neuroprotector.<br />

NORADRENALINA Y ADRENALINA<br />

Toda la adrenalina circulante proviene de la médula adrenal, mientras<br />

que la mayor parte de la noradrenalina deriva de las terminaciones nerviosas<br />

simpáticas y del cerebro, sin embargo ambas son sintetizadas a partir de<br />

aminoácidos esenciales como la fenilalanina-tirosina, y convergen en los<br />

mismos metabolitos.<br />

El paso limitante en la síntesis de las catecolaminas es la actividad de<br />

la tirosina hidroxilasa (TH), dicha enzima es regulada por dos mecanismos<br />

diferentes: 1) El descenso de los niveles de catecolaminas en las células cromafines<br />

que disminuye la inhibición de la TH, lo cual aumenta la síntesis<br />

de las catecolaminas y 2) El aumento crónico de impulsos neurales que<br />

acrecientan la síntesis de TH, aumentando así la capacidad de la célula de<br />

sintetizar más catecolaminas. (Figura 2 y 4)<br />

Las catecolaminas presentan media vida corta, y por acción de la COMT<br />

y de la MAO, se convierten en sus metabolitos: Acido vainillín mandélico<br />

(AVM) y 3-metoxi-4-hidroxifenilglicol (MOPEG).<br />

En condiciones normales la mayor parte del MOPEG es aportado por<br />

la noradrenalina, de manera que es un buen reflejo de actividad del sistema<br />

nervioso central.<br />

Resulta importante dejar claro que las mediciones de NA y MOPEG a<br />

nivel periférico, son reflejo de actividad central, mientras que la medición<br />

de A y AVM a nivel periférico son un fiel reflejo de actividad suprarrenal.<br />

38


El laboratorio en alostasis<br />

FIGURA 4: Metabolismo de Catecolaminas<br />

Modificada de Arias P, Arzt E, Bonet J. Estrés y procesos de enfermedad. Tomo I, Ed Biblos,<br />

Buenos Aires, 1998.<br />

Las catecolaminas y el MOPEG se pueden medir en orina de 24 h pre-<br />

via indicación de la dieta a seguir durante la recolección, que el laboratorio<br />

proporciona con la finalidad de evitar interferencias ya sea alimenticias o<br />

bien farmacológicas.<br />

Se ha demostrado ampliamente que hay un incremento plasmático, urinario<br />

y también en el líquido cefalorraquídeo de catecolaminas y MOPEG<br />

en individuos bajo estados de ansiedad, mientras que en pacientes con depresión<br />

mayor y en bipolares, los niveles de MOPEG urinario estarían<br />

disminuidos. Al igual que se han estudiado los niveles circulantes de las<br />

catecolaminas y sus metabolitos en pacientes con desorden de pánico.<br />

La descarga catecolaminérgica tiene efectos sobre el aparato cardiovascular<br />

y sobre el metabolismo.<br />

Sobre el sistema cardiovascular, el aumento de actividad simpática y<br />

niveles elevados de cortisol, generan vasoconstricción periférica con aumento<br />

de la resistencia vascular, aumentando la predisposición a desarrollar<br />

39


Delia Ostera<br />

hipertensión arterial, aumento de la frecuencia cardíaca y disminución del<br />

umbral de fibrilación incrementando las arritmias y muerte súbita. Además<br />

se produce activación plaquetaria, aumentan los niveles de sustancias proinflamatorias,<br />

hay alteración del mecanismo de hemostasia, y recordemos<br />

que la adrenalina es un fuerte inductor de la agregación plaquetaria, lo cual<br />

favorece la formación de trombos y esto aumenta el riesgo de infarto.<br />

Sobre el metabolismo: hay un aumento de la lipólisis, con aumento de<br />

ácidos grasos, aparece obesidad central, insulinoresistencia con o sin hiperinsulinemia<br />

y dislipidemia.<br />

Un gran número de trabajos de investigación epidemiológicos demostraron<br />

en individuos no diabéticos, una fuerte correlación positiva entre la<br />

presencia de resistencia a la insulina y niveles elevados de marcadores inflamatorios:<br />

Proteína C reactiva ultra sensible (PCR-us), recuento leucocitario,<br />

interleukina 6 (IL 6), factor de necrosis tumoral alfa (TNF α), sustancia<br />

amiloide A, moléculas de adhesión intercelular 1 soluble (ICAM-1) y CD<br />

40 L (proteína integral de membrana 40L).<br />

Yudkin y col. demostraron que los niveles de PCR-us se asocian fuertemente<br />

con resistencia a la insulina, presión arterial, lipoproteínas de alta<br />

densidad, triglicéridos y citoquinas proinflamatorias, IL 6 y TNF alfa, elevados.<br />

La adiposidad central (índice de masa corporal) y la resistencia a la<br />

insulina fueron los determinantes mas fuertes del estado proinflamatorio,<br />

indicando que sería la IL 6 el estímulo necesario pro-inflamatorio de desarrollo<br />

de aterosclerosis, disfunción endotelial, dislipemia y desarrollo de<br />

diabetes tipo 2.<br />

En una revisión reciente, se monitorearon 2.557 casos con seguimiento<br />

a 8 años, donde se estudio el nivel basal de PCR-us, y se correlacionó con<br />

la presentación de evento cardiovascular, concluyendo que aquellos individuos<br />

con niveles basales mas elevados de PCR-us, incrementaron 2 veces el<br />

40


El laboratorio en alostasis<br />

riesgo de presentación de evento cardiovascular y una mayor incidencia de<br />

diabetes tipo 2 luego de ajustar los otros factores de riesgo cardiovascular.<br />

Sabemos que la aterosclerosis se asocia a factores de riesgo tradicionales<br />

como la obesidad, hipercolesterolemia, la hipertensión arterial, tabaquismo,<br />

diabetes y sedentarismo, pero nuevos factores llamados emergentes, como<br />

el dímero D hiperhomocisteinemia, la lipoproteína A, la proteína amiloide<br />

sérica A, la PAI-1 , la microalbuminuria y la resistencia a la insulina,<br />

cobran importancia a la hora de estudiar al paciente.<br />

Concluimos entonces que la aterosclerosis es una enfermedad inflamatoria,<br />

inmunológica, poligénica y multifactorial y que en la actualidad<br />

se acepta que el síndrome metabólico resulta de la interacción de diversos<br />

mecanismos fisiopatológicos tales como resistencia a la insulina, disfunción<br />

endotelial, estrés oxidativo, proceso inflamatorio de bajo grado y obesidad<br />

visceral, sin precisar cual de ellos es el iniciador.<br />

El sistema cardiovascular esta íntimamente relacionado con el metabolismo<br />

y con el sistema inmune y la presencia de carga alostática en uno de<br />

ellos, y sí o sí impacta en los demás.<br />

Resulta de interés abordar al paciente en situación de riesgo, estudiando<br />

a través del laboratorio los biomediadores secundarios con el objetivo de<br />

cuantificar la carga alostática instalada en el sistema cardiovascular, en el<br />

metabolismo, en el sistema endocrino y en el sistema inmune.<br />

El estudio de McEwen incluyó como biomediadores secundarios a: Hb<br />

glicosilada, como índice del metabolismo de la glucosa en los 120 días previos,<br />

colesterol total y HDL: como índice de riesgo aterogénico y empleó<br />

la medición de la tensión sistólica y diastólica, como índice de actividad<br />

cardiovascular, y el índice cintura/cadera como índice de deposito adiposo<br />

abdominal.<br />

41


Delia Ostera<br />

Para completar el estudio del paciente podemos:<br />

A. Estudiar en el sistema cardiovascular - sistema inmune la presencia de: Disfun-<br />

ción endotelial –proceso inflamatorio:<br />

- PCR-us (Proteína C reactiva ultrasensible): La proteína C reactiva<br />

es una β-globulina de fase aguda, cuyos niveles en sangre o en plasma se<br />

elevan durante la respuesta no específica a una infección o bien en condi-<br />

ciones inflamatorias no infecciosas como: artritis reumatoidea, enfermedad<br />

cardiovascular y enfermedad vascular periférica.<br />

Producida como respuesta a fenómenos inflamatorios, inicialmente se pensó<br />

que cumplía solamente funciones como marcador de inflamación, pero los<br />

datos recientes sugieren que tiene un papel activo en la aterogénesis.<br />

Estudios realizados en células endoteliales de cordón umbilical, sometidas<br />

in vitro a concentraciones altas de PCR, mostraron una producción significativamente<br />

más alta en producción de moléculas de adhesión tipo ICAM-<br />

1, VCAM-1 e IL-6, que los grupos celulares no sometidos a PCR.<br />

El hígado no es el único sitio de producción de PCR, en las células de músculo<br />

liso de arterias enfermas se ha encontrado una producción de PCR de<br />

hasta 7 y 10 veces niveles más altos que en el hígado.<br />

Más de 20 estudios epidemiológicos prospectivos demuestran que la PCRus<br />

predice de forma independiente el riesgo cardiovascular.<br />

El estudio MRFIT (Multiples Risk Factor Intervention Trial) encontró correlación<br />

positiva entre los niveles elevados de PCR-us y muerte por cardiopatía<br />

isquemia.<br />

El estudio PHS (Physicians Health Study) demostró que las concentraciones<br />

elevadas de PCR-us son un predictor de riesgo de enfermedad vascular<br />

cerebral e infarto agudo de miocardio.<br />

El Womens Health Study, estudio prospectivo, multicéntrico, aleatorizado<br />

en el que se estudiaron 39.876 mujeres sanas, demostró que el riesgo abso-<br />

42


El laboratorio en alostasis<br />

luto para enfermedad cardiovascular es bajo para aquellos con PCR menor<br />

a 0.5 mg/l, y el riesgo continúa incrementándose proporcional a la elevación<br />

de la PCR, siendo de alto riesgo en pacientes con PCR mayor a 10 mg/l.<br />

Para la utilidad de PCR como pronóstico de enfermedad cardiovascular, se<br />

requiere de métodos “ultrasensibles”, capaces de detectar concentraciones<br />

entre 0,15 mg/l hasta 20 mg/l.<br />

La proteína C reactiva medida por estas técnicas de laboratorio se conoce<br />

como hsPCR (high sensitive Protein C reactive).<br />

- IL 6: citoquina producida por linfocitos T, ejerce cambios en la matriz<br />

extracelular, induce el aumento de las especies reactivas del oxigeno, con la<br />

consecuente aparición de fibrosis reparativa, depósito anormal de colágeno,<br />

favoreciendo el remodelado y la disfunción ventricular.<br />

- TNFα - IL 1 b: son citoquinas secretadas por los macrófagos espumosos<br />

activados, que incrementan la expresión de moléculas de adhesión y<br />

favorecen la migración de monocitos dentro de la íntima así como la expresión<br />

de factor tisular, amplifican fenómenos inflamatorios locales, activando<br />

otras células, estimulando a los linfocitos T a secretar IL 6 aumentando<br />

así los niveles circulantes de otra citoquinas pro-inflamatorias. De esta forma<br />

se instala una activa síntesis y liberación de citoquinas proinflamatorias,<br />

con el consecuente aumento a nivel plasmático. Los niveles circulantes de<br />

citoquinas pro-inflamatorias (IL 1b – TNFα – IL 6) son reflejo de el estado<br />

pro-inflamatorio actual.<br />

- ICAM-1: el endotelio disfuncionante induce la aparición de moléculas<br />

de adhesión en su superficie, favoreciendo la adhesión de monocitos y<br />

las integrinas (VCAM-1, ICAM-1, LFA-3) median el proceso de adhesión<br />

firme, consolidando el proceso inflamatorio. Pueden ser detectadas en plasma,<br />

se emplea como marcador del proceso inflamatorio vascular.<br />

43


Delia Ostera<br />

B. Estado pro-coagulatorio a nivel vascular-alteración de agregación plaque-<br />

taria:<br />

- Fibrinógeno: es considerado un marcador de trombosis e inflamación<br />

y desde hace varios años los niveles elevados de esta proteína en plasma<br />

constituyen un factor de riesgo primario en enfermedad cardiovascular aun<br />

en pacientes sanos. Es el principal cofactor en la agregación plaquetaria<br />

mediante la unión a su receptor en la superficie de las plaquetas, la glicoproteína<br />

IIb/IIIa, favoreciendo la formación del trombo.<br />

- PAI–1 (inhibidor del activador del plasminógeno): Las lesiones del<br />

endotelio vascular activan el sistema de coagulación, el coágulo formado<br />

principalmente por fibrina deberá ser degradado por la plasmina, como<br />

mecanismo fisiológico. La plasmina deriva de la proteólisis del plasminógeno,<br />

proteína que se activa por la presencia de activadores especiales,<br />

entre los que se destaca el tPA (activador del plasminógeno de tipo celular).<br />

Este paso es fundamental para la formación de plasmina activa y se encuentra<br />

regulado por proteínas específicas llamadas: Inhibidores específicos del<br />

plasminógeno, siendo el más importante el PAI-1. (Figura 5)<br />

El PAI-1 es una glicoproteína perteneciente a la superfamilias de las serpinas,<br />

cuya principal función es la inhibición, y su expresión se encuentra<br />

regulada no solo por las proteínas involucradas en la remodelación de la<br />

matriz extracelular , sino que juegan un papel fundamental: el TGF-β 1<br />

(factor de crecimiento transformante), el TNF (factor de necrosis tumoral),<br />

la relación insulina/proinsulina, la angiotensina II, los ácidos grasos libres<br />

y los triglicéridos.<br />

La sobre-expresión de PAI-1 se ha visto relacionada con gran número de<br />

patologías como el asma, la obesidad y el síndrome metabólico, enfermedades<br />

cardiovasculares como aterosclerosis, IAM y trombosis venosa, angiogénesis<br />

y cáncer.<br />

44


El laboratorio en alostasis<br />

FIGURA 5: Mecanismos involucrados en la degradación del trombo.<br />

Modificado de Nolasco M, Salcedo M. Activación del sistema Plasminógeno. Plasmina y el<br />

papel del PAI-1 en patologías humanas. Cancerología 2007; 2: 171-183<br />

tPA: (activador del plasminógeno de tipo celular)<br />

PAI-1: (inhibidor del activador del plasminógeno)<br />

Los elevados niveles de PAI-1 resultan en una inhibición excesiva de tPA,<br />

impidiendo o disminuyendo los procesos de degradación de trombos, generando<br />

un riesgo potencial de desarrollar IAM o padecer un evento trombótico<br />

venoso.<br />

El dosaje de PAI-1 es un buen marcador de potencial fibrinolítico y de<br />

función endotelial.<br />

Además es importante recordar que el tejido adiposo es capaz de sintetizar<br />

PAI-1, por lo que es frecuente encontrar en pacientes obesos altos niveles<br />

de esta proteína en circulación.<br />

En el síndrome metabólico se encuentra además de obesidad central, incre-<br />

45


Delia Ostera<br />

mento en los niveles de ácidos grasos libres (AGL) y de triglicéridos, que<br />

como dijimos son factores que estimulan la expresión de PAI-1, causando<br />

hipofibrinólisis y favoreciendo el estado pro-coagulatorio.<br />

Cobra importancia el monitoreo de los niveles de PAI-1 en tejidos tumorales<br />

(carcinoma de colon, pulmón, ovario, próstata), por el papel que PAI-1<br />

juega en la angiogénesis normal y patológica.<br />

- Hiperhomocisteinemia: la homocisteína (HMC) es un aminoácido<br />

intermediario en el metabolismo de la metionina, aminoácido esencial<br />

aportado por proteínas de la dieta.<br />

La HMC al ser un aminoácido sulfurado es tóxico para la célula por lo<br />

que debe ser eliminado, o bien exportándolo fuera de la célula o bien<br />

metabolizándolo.<br />

La homocisteína (HMC) se metaboliza por dos vías: transulfuración o<br />

remetilación (Figura 6).<br />

FIGURA 6: Síntesis y metabolismo de la Homocisteína.<br />

46


El laboratorio en alostasis<br />

La vía de transulfuración es irreversible, la HMC es convertida a cista-<br />

tionina, empleando además Vitamina B6, y se excreta como sulfato y agua<br />

en orina.<br />

La otra vía de metabolización es la vía de remetilación, que ocurre en la<br />

mayoría de las células, donde la HMC es convertida en metionina, empleando<br />

como cofactor enzimático la vitamina B12 y un dador de grupos<br />

metilos: el 5-metiltetrahidro folato (5-MTHF).<br />

Para que el 5-MTHF pueda actuar se necesitan niveles normales de su<br />

precursor el tetrahidro folato (THF) y la actividad normal de la enzima<br />

metilentetrahidrofolato reductasa (MTHFR), que utiliza acido fólico como<br />

cofactor.<br />

También el hígado emplea una vía de remetilación para metabolizar HMC,<br />

pero utiliza como dador de grupos metilo la betaína.<br />

Estas vías son imprescindibles para mantener las concentraciones de HMC<br />

en valores fisiológicos. Si alguno de ellos falla, se produce aumento de la<br />

HMC, que conduce a la aparición de un intermediario de su metabolismo:<br />

homocisteína tiolactona que se oxida, favoreciendo la formación especies<br />

reactivas del oxigeno, los que provocan peroxidación lipídica (LDL oxidada),<br />

daño en la matriz vascular, con proliferación de células del músculo<br />

liso, favoreciendo la aterogénesis.<br />

Además, la HMC disminuye el factor de relajación endotelial, estimula la<br />

agregación plaquetaria, produce anormalidades en la cascada coagulatoria<br />

(expresión del factor tisular y activación de factores de la coagulación V, X<br />

y XII), e inhibición de anticoagulantes naturales, favoreciendo la aparición<br />

de trombos.<br />

Entre las causas de hiperhomocisteinemia se citan:<br />

• Ingesta elevada de proteínas<br />

• Déficit de ácido fólico y/o vitamina B6 y/o vitamina B12.<br />

47


Delia Ostera<br />

• Causas genéticas: Como la deficiencia congénita de cistationina-β-<br />

sintetasa, o la deficiencia de metiltetrahidrofolato reductasa.<br />

Wang y col. estudiaron 3209 participantes, con seguimiento a 7,9 años, a los<br />

cuales les midieron, entre otros biomarcadores, los niveles de homocisteína<br />

en sangre, encontrando que los mismos son un fuerte predictor de evento<br />

cardiovascular mayor y muerte.<br />

Shemin y col. concluyeron que los niveles elevados de HMC en plasma son<br />

un factor de riesgo independiente de enfermedad aterosclerótica y trombosis<br />

vasculares.<br />

Trimarchi y col. estudiaron pacientes dializados, concluyendo que casi el<br />

90% de los mismos están bajo los efectos tóxicos de la hiperhomocisteinemia,<br />

e implementaron con muy buenos resultados, el suplemento de acido<br />

fólico y metilcobalamina como tratamiento eficaz para disminuir los niveles<br />

de la misma.<br />

La hiperhomocisteinemia es un marcador de estrés oxidativo y función endotelial.<br />

- Lp(a): La lipoproteína (a) es un tipo específico de lipoproteína originada<br />

de una única copia de la apolipoproteína (Apo) B-100 unida a un<br />

componente de Apo (a) que se encuentra en el plasma de los seres humanos.<br />

Difiere del colesterol asociado a lipoproteínas de baja densidad (LDLc,<br />

low-density lipoprotein cholesterol) por su componente de Apo (a), una proteína<br />

con una marcada heterogeneidad en cuanto al tamaño. La homología<br />

estructural de la lipoproteína (a) con el plasminógeno puede llevar a<br />

la inhibición de la fibrinólisis y a una diátesis trombogénica. Además, la<br />

lipoproteína (a) puede inducir la quimiotaxis de los monocitos y afectar al<br />

inhibidor 1 del activador del plasminógeno y la expresión del factor tisular.<br />

Los niveles elevados de lipoproteína (a) se correlacionaron con mayor<br />

grado de aterosclerosis coronaria y engrosamiento de la pared de la arteria<br />

48


El laboratorio en alostasis<br />

carótida. Los niveles plasmáticos son estables con el tiempo y más del 90%<br />

de la variación en las concentraciones plasmáticas de lipoproteína pueden<br />

atribuirse al gen de la Apo (a).<br />

En una gran cohorte de mujeres inicialmente sanas seguidas en forma prospectivamente<br />

durante 10 años, los niveles extremadamente altos de lipoproteína<br />

(a) se asociaron con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, en<br />

particular en aquellas mujeres que presentaban concentraciones elevadas de<br />

colesterol asociado a lipoproteínas de baja densidad (LDL).<br />

- Dímero D: el dímero-D es una molécula que resulta de la degradación<br />

de las redes de fibrina, y la determinación plasmática de éste resulta útil ya<br />

que su normalidad indica ausencia de proceso trombótico y posterior fibrinólisis.<br />

El dímero D resulta elevado en sangre en neoplasias, IAM, trombosis<br />

arterial, insuficiencia cardíaca, coagulación intravascular diseminada,<br />

neumonía, embarazo, cirugía, hepatopatías o traumatismo reciente. Es empleado<br />

como marcador de trombosis.<br />

- Microalbuminuria: en la década de los 80, los niveles de microalbuminuria<br />

eran considerados un marcador biológico precoz de nefropatía<br />

diabética y de mortalidad asociada. Fueron los trabajos de investigación<br />

posteriores los que revelaron la estrecha relación entre hipertensión arterial<br />

y microalbuminuria, entendiendo que no sólo representa un signo claro de<br />

daño renal, sino que es un marcador importante de daño endotelial general,<br />

fuertemente asociado a aterosclerosis y un importante predictor de enfermedad<br />

cardiovascular.<br />

El aumento de la concentración de proteínas en la orina por incremento en<br />

la permeabilidad de las células endoteliales, demuestra disfunción general<br />

de la pared vascular e indica una función renal disminuida.<br />

En pacientes hipertensos no diabéticos, la microalbuminuria se asoció a<br />

49


Delia Ostera<br />

hipercolesterolemia, e hiperhomocisteinemia como factores de riesgo ate-<br />

rogénico.<br />

La microalbuminuria se mide en orina de 3 h: a las 7 de la mañana el<br />

paciente debe orinar para vaciar vejiga, y descartar esa micción, a partir de<br />

ese momento recolectar toda la orina hasta las 10 h. inclusive sin descartar<br />

nada. Los valores de referencia para este análisis: no detectable a 18 µg/min.<br />

- NT-Pro-BNP: la fracción amino terminal del péptido natriurético<br />

cerebral (NT-proBNP) es una proteína, que se libera a la circulación como<br />

subproducto de la generación de la molécula de BNP activa. Ambas son<br />

sintetizadas por las células miocárdicas localizadas en los ventrículos, por<br />

lo que el incremento anómalo del NT-proBNP se encuentra asociado a<br />

disfunción cardíaca.<br />

La determinación de NT-proBNP se emplea:<br />

• Como marcador de disfunción ventricular en población de riesgo.<br />

• Diagnóstico de emergencia en la disnea aguda de origen cardíaco.<br />

• Como indicador de disfunción cardíaca en síndrome coronario agudo.<br />

• En pacientes con diabetes mellitus tipo II, empleándose como marcador<br />

de screening de disfunción ventricular asintomático asociada a<br />

ésta. Además de emplearse como predictor de efectos cardiovasculares<br />

dentro de este grupo de pacientes.<br />

• Como screening en pacientes obesos de disfunción e hipertrofia ventricular<br />

asociada a la obesidad<br />

• Enfermedad valvular cardíaca: marcador bioquímico útil para la evaluación<br />

y monitoreo de la progresión de la estenosis aórtica asintomática<br />

severa.<br />

La medida de NT-proBNP es un biomarcador de riesgo de eventos cardiovasculares<br />

(infarto agudo de miocardio no fatal, angina inestable, falla car-<br />

50


El laboratorio en alostasis<br />

diaca) y muerte (enfermedad coronaria fatal, stroke), siendo mas sensible<br />

que la determinación de proteína C reactiva o el cociente albúmina/creatinina,<br />

en adultos entre 50 y 89 años.<br />

Wang y col, midieron en 3209 personas, 10 biomarcadores, encontrando<br />

que: los biomarcadores que más fuertemente se asociaron con riesgo de<br />

muerte fueron: el péptido natriurético B, proteína C reactiva, la relación<br />

albúmina/creatinina (como marcador de función endotelial glomerular),<br />

los niveles de homocisteína, y los niveles de renina (como marcadores de<br />

actividad neurohormonal). Mientras que los biomarcadores fuertemente<br />

predictores de eventos cardiovasculares mayores son solamente: el nivel de<br />

péptido natriurético B y la relación albúmina/creatinina.<br />

- LDL ox (lipoproteína de baja densidad oxidadas): es quien induce<br />

la disfunción endotelial, comenzando por el reclutamiento de macrófagos,<br />

la producción de citoquinas locales y reactantes de fase aguda sistémicos.<br />

En el metabolismo podemos medir:<br />

A. Alteración del metabolismo de los glúcidos y los lípidos :<br />

- Prueba de tolerancia glúcida: glucosa basal – glucosa post ingesta<br />

– Hb glicosilada – colesterol total – HDL – LDL –VLDL<br />

Ante situaciones de stress los elevados niveles de cortisol son los responsables<br />

del aumento de glucosa en sangre para ser empleada por los órganos<br />

vitales. Si el aumento de cortisol es agudo, los niveles de glucosa se<br />

normalizan y se restablece el equilibrio, pero si el aumento de cortisol es<br />

persistente, este efecto hiperglucemiante crónico induce cambios a nivel del<br />

receptor de insulina en los tejidos insulinosensibles, como el músculo y el<br />

tejido adiposo, que determinan la aparición de un estado de insulinoresistencia<br />

en los mismos.<br />

51


Delia Ostera<br />

Sabemos que los factores ambientales y los psicosociales (stress psicoso-<br />

cial, frustración, depresión, trastornos de adaptación, etc.), son capaces de<br />

movilizar los niveles de cortisol, juegan un rol fundamental en el aumento<br />

de grasa visceral intrabdominal, y están asociados a un incremento del<br />

apetito y de la ingesta calórico, favoreciendo el sedentarismo y la obesidad.<br />

Además, los elevados niveles de catecolaminas liberados en situaciones<br />

de stress (adrenalina principalmente), se oponen a la acción de la insulina<br />

porque favorecen la lipólisis, con hiperproducción de ácidos grasos libres<br />

(AGL), disminuyen el grado de utilización de la glucosa a nivel muscular y<br />

reducen la unión de la insulina a sus receptores en hígado.<br />

En condiciones de resistencia a la insulina, la habilidad de la insulina<br />

para aumentar la utilización de la glucosa e inhibir la producción hepática<br />

de glucosa esta alterada con el consecuente desarrollo de hiperglucemia inicialmente<br />

postprandial, esta glucosa es empleada para glicosilar los ácidos<br />

grasos liberados generando la aparición de productos finales de glicosilación<br />

(AGEs), los que reaccionan con el oxígeno y conducen a la formación<br />

de radicales libres, desencadenando estrés oxidativo y disfunción endotelial,<br />

como los macrófagos presentan receptores para AGEs, que al ser atrapados<br />

desencadenan la respuesta inflamatoria .<br />

Con el fin de compensar esta hiperglucemia posprandial, las células beta<br />

secretan grandes cantidades de insulina, desarrollando una hiperinsulinemia<br />

compensatoria posterior a la ingesta de alimentos.<br />

Con la finalidad de estudiar la disfunción metabólica y definir si el paciente<br />

se encuentra en un estado de pre-diabetes, se suele solicitar: La prueba<br />

de tolerancia glúcida que consiste en medir el nivel en sangre de glucosa<br />

antes y post ingesta de 75 gramos de glucosa, repitiendo la medición a los<br />

120 minutos posteriores. Algunos autores recomiendan también medir la<br />

insulina antes y post ingesta, para revelar o no un estado de hiperinsulinemia<br />

posprandial.<br />

52


El laboratorio en alostasis<br />

Según la Asociación Americana de Diabetes (ADA), aquellos pacien-<br />

tes que presentaron una Glucemia basal: 100-125 mg/dl y una Glucemia<br />

post-ingesta a los 120 min: 140-199 mg/dl , son considerados pacientes en<br />

estado de prediabetes, situación fundamental para instalar un tratamiento<br />

preventivo antes del disparo de la enfermedad y sus consecuencias (Figura 7).<br />

FIGURA 7.<br />

ADA: Asociación Americana de Diabetes.<br />

SAD: Sociedad Argentina de Diabetes.<br />

La medición de Hemoglobina glicosilada (Hb gl), es de suma utilidad,<br />

pero en caso en que los aumentos de glucemia sean esporádicos o cercanos<br />

al límite superior (125 mg/dl) o la diabetes sea incipiente, pueden no verse<br />

reflejados en valores anormalmente altos de Hb gl.<br />

Detectar un potencial estado de pre-diabetes es fundamental en el estudio<br />

del paciente sometido a estrés.<br />

A nivel hepático, el aumento de AGL induce un incremento en la síntesis<br />

de VLDL.<br />

53


Delia Ostera<br />

A nivel periférico hay una reducción de la formación de HDL y un<br />

incremento en la formación de LDL, esto resulta en un patrón dislipidé-<br />

mico, con hipertrigliceridemia, aumento de VLDL, disminución de HDL/<br />

colesterol, aumento de LDL, todos elementos que favorecen el estado aterogénico.<br />

Desde el laboratorio resulta útil medir los niveles de colesterol total,<br />

HDL, VLDL, LDL y el índice de riesgo: colesterol total/HDL.<br />

Estudios epidemiológicos demostraron una correlación positiva entre<br />

hiperinsulinemia e hipertensión en sujetos con familiares diabéticos, pero<br />

con tolerancia normal a la glucosa.<br />

Es importante destacar que la desregulación metabólica, en mayor o<br />

menor medida se asocia a desregulación cardiovascular, la presencia de<br />

hiperinsulinemia con insulinoresistencia e intolerancia a los hidratos de<br />

carbono pueden contribuir a la formación de placas ateroscleróticas, por<br />

muchos de los mecanismos antes desarrollados (aumento de agregación<br />

plaquetaria, PAI-1, etc.).<br />

En el sistema endócrino podemos estudiar:<br />

A. Desregulación de los ejes por alteración del H-H-A<br />

Los sistemas responsables de la reproducción, crecimiento e inmunidad<br />

están profundamente afectados en situaciones de estrés. (Figura 8)<br />

- Sobre el Eje Gonadal: los niveles aumentados de CRH ejercen una<br />

acción inhibitoria en hipotálamo sobre la liberación del factor liberador de<br />

hormona luteinizante (LH-RH), potenciando además la acción de los elevados<br />

niveles de cortisol que también suprimen la liberación de LH-RH, e<br />

inhiben la liberación de FSH (hormona folículo estimulante) y LH (hormona<br />

luteinizante).<br />

En un paciente sometido a estrés, que presente clínicamente alteraciones<br />

de las funciones reproductivas, es útil monitorear LH, FSH, progesterona,<br />

estradiol y testosterona.<br />

54


El laboratorio en alostasis<br />

FIGURA 8: Interacciones de los Glucocorticoides con los Ejes Endócrinos.<br />

Modificado de Arias P, Arzt E, Bonet J. Estrés y procesos de enfermedad. Tomo I, Ed Biblos,<br />

Buenos Aires, 1998.<br />

- Sobre el eje somatotrófico: en situaciones de estrés crónico, los eleva-<br />

dos niveles de glucocorticoides son capaces de inhibir la hormona de creci-<br />

miento (GH) y la somatomedina C.<br />

Los elevados niveles de CRH estimulan a la somatostatina quien a su vez<br />

refuerza la inhibición de la GH.<br />

En niños sometidos a estrés se ha visto baja talla. Resulta de interés el estudio<br />

de este eje con la prueba de estímulo de HGH con infusión de arginina.<br />

- Sobre el eje tiroideo: el estrés también esta asociado a una disminución<br />

de la producción de hormona liberadora de tiroxina (TSH), disminución<br />

de la conversión de T4 en T3 en tejidos periféricos , como consecuencia<br />

de los niveles elevados de glucocorticoides, con el fin de conservar la<br />

energía durante el estrés. Recordemos que también la somatostatina ejerce<br />

un efecto inhibitorio sobre TSH, potenciando aun más la desregulación de<br />

este eje.<br />

Para estudiar el eje tiroideo se solicita: medida en sangre de TSH, T4L, T3,<br />

prueba de TSH post TRH.<br />

55


5.4 Conclusiones<br />

Delia Ostera<br />

Los análisis de laboratorio resultan una herramienta útil a la hora de<br />

objetivar la desregulación de los sistemas biológicos involucrados en la respuesta<br />

al estrés.<br />

La intención de este capítulo es hacer un recorrido amplio sobre los<br />

biomediadores secundarios, capaces de ser medidos en el laboratorio con el<br />

advenimiento de tecnologías alta sensibilidad.<br />

Quedara a consideración del médico y en función de la clínica de cada<br />

paciente, cuál de ellos solicitar para evidenciar la presencia de carga alostática<br />

instalada y aplicar el tratamiento adecuado.<br />

La idea de cómo el hombre enferma, porqué enferma, como su historia<br />

y sus conductas inciden en el proceso de enfermedad, se presenta desde<br />

siempre como una polémica fascinante.<br />

En esa búsqueda nos encontramos nosotros, intentamos lograr una mayor<br />

comprensión del proceso de enfermar, de la relación entre el ambiente<br />

cotidiano y las enfermedades, y de cómo las diferencias individuales le<br />

otorgarán distintos matices a este proceso de enfermedad.<br />

La intención última es más ambiciosa, al conocer cómo enfermar sabremos<br />

como no hacerlo, o bien una vez presente la enfermedad hallar rápidamente<br />

un camino de regreso a la salud, implementando nuevas estrategias<br />

de intervención terapéutica.<br />

56


El laboratorio en alostasis<br />

El siguiente esquema resume brevemente el recorrido molecular planteado.<br />

57


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Delia Ostera<br />

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58


El laboratorio en alostasis<br />

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60


Capítulo 6<br />

El proyecto GEMA<br />

Carlos Soria*, Carolina Remedi**,<br />

Daniel Núñez***, Emilio J. A. Roldán****<br />

* Médico psicoanalista, Especialista en Farmacología,<br />

Especialista en Psiquiatría, Director del Instituto Henri Laborit,<br />

Presidente de la Asociación Argentina de Psicofarmacología<br />

** Médica psiquiatra, subdirectora del Instituto Henri Laborit<br />

*** Asesor Médico, Laboratorio Gador<br />

**** Director Científico, Laboratorio Gador


6.1 Historia y fundamentación. La psiquiatría postge-<br />

nómica<br />

La dilucidación del genoma humano re-jerarquizó a su opuesto con-<br />

ceptual el ambioma y, particularmente, al puente existente entre ambos, el<br />

epigenoma.<br />

En la década reciente (2000-2010) comprendimos que somos organismos<br />

influenciados por determinantes genéticos y ambientales y que, en lo<br />

particular, estamos determinados por la interacción, fenómeno que se inscribe<br />

en lo epigenético y en la traducción biológica de este encuentro, los<br />

endofenotipos, el ámbito carnal en dónde las influencias hereditarias y ambientales<br />

se anudan para tejer la delicada trama de nuestra individualidad.<br />

6.2 El proyecto Gema<br />

A los fines de facilitar la difusión y profundizar la investigación de los<br />

nuevos hallazgos se gestó un acuerdo entre los Laboratorios GADOR y el<br />

Instituto Henri Laborit, plasmado en el Proyecto GEMA que incluyó un<br />

conjunto de acciones:<br />

1. Simposios.<br />

2. Generación y difusión de material informativo.<br />

3. Estudios específicos.<br />

63


Carlos Soria, Carolina Remedi, Daniel Núñez, Emilio,J. A. Roldán<br />

A través de ellos investigadores nacionales y extranjeros han dado cuenta<br />

de los nuevos conocimientos, sus logros y potencialidades y, esencialmente,<br />

de las nuevas sendas que extendían las fronteras actuales de las Neurociencias<br />

hacia amplios espacios de integración, estilización terapéutica e incorporación<br />

de nuevas soluciones para viejos enigmas encaminándonos con<br />

fundada esperanza hacia formas más racionales y eficientes de asistencia.<br />

6.3 El “Big Bang” genómico<br />

La culminación del (PGH) (Proyecto Genoma Humano), el conocimiento<br />

del número total de genes y de su ubicación en el genoma, dio impulso<br />

a la genómica funcional aplicada a la comprensión de la función de<br />

todos los genes en el genoma. Tras ella aparecieron un número creciente de<br />

disciplinas que con métodos y hallazgos propios incrementaron exponencialmente<br />

nuestros conocimientos, así surgieron la proteómica, la transcriptómica,<br />

la metabolómica, etc., y el término operómica reseña al conjunto<br />

de abordajes de estudio a realizar en el trayecto que va desde el ADN, pasando<br />

por el ARN, hasta las proteínas y el análisis molecular y celular de<br />

sus funciones. A pesar del enorme valor y la extrema cuantía de los datos<br />

obtenidos, muy pocos de ellos se han convertido en medios de auxilio para<br />

la práctica médica habitual y el hiato existente entre la investigación básica<br />

y la clínica no ha cesado de crecer. A fin de establecer puentes y convertir<br />

en herramientas de utilidad clínica a la nueva información ha surgido la<br />

Medicina Traslacional.<br />

6.4 La medicina traslacional<br />

En el año 2007, los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. (National<br />

Institutes of Health, NIH) han lanzado un programa-guía cuyos objetivos<br />

64


Proyecto GEMA<br />

señalan que: “Para mejorar la salud humana, los descubrimientos científicos<br />

deberían ser transformados en aplicaciones prácticas. Tales descubrimientos<br />

típicamente comienzan “at the bench” (en la silla, en el banco) de la investigación<br />

básica –en el cual los científicos estudian la enfermedad a nivel<br />

molecular o celular- y progresan hacia el nivel clínico o “the bedside” (la<br />

silla junto a la cama del enfermo). Los investigadores tienen cada día más<br />

conciencia de que esta aproximación “bench-to-bedside” los conduce hacia<br />

una investigación traslacional, un camino de dos vías: los investigadores<br />

básicos proveen a los clínicos con nuevas herramientas para utilizar en sus<br />

pacientes y para evaluar su impacto, y los investigadores clínicos realizan<br />

nuevas observaciones acerca de la naturaleza y progresión de la enfermedad<br />

que ha menudo estimulan las investigaciones básicas. La investigación traslacional<br />

ha probado ser un poderoso proceso que direcciona la maquinaria<br />

de investigación. Este “mapa del camino” intenta canalizar la investigación<br />

traslacional en diversos sentidos. El desafío propuesto es cómo podemos<br />

lidiar con la masiva cantidad de información que proviene de la secuenciación<br />

genética, la expresión génica, los datos del proteoma y metaboloma,<br />

por un lado, y por otro cómo conectar esos datos con un paciente en particular.<br />

Por esto, los desafíos de la investigación traslacional son evidentes –no<br />

sólo por la creciente complejidad de la información- sino también por la<br />

necesidad de ampliar sus aplicaciones prácticas.”<br />

En la misma línea y vinculadas a las “Enfermedades Relacionadas al Estrés”<br />

(ERE), los NIH han anunciado recientemente una iniciativa denominada<br />

“MUSIC” (The Medically Unexplained Syndrome Institutional Collaborative),<br />

el Estudio Colaborativo Institucional de Síndromes no Explicados.<br />

Los MUS, “Síndromes médicos no explicados” (Medically Unexplained<br />

Syndromes) representan los problemas más comunes en medicina. Muchas<br />

especialidades médicas tratan MUS (al menos uno), por ejemplo, los uró-<br />

65


Carlos Soria, Carolina Remedi, Daniel Núñez, Emilio,J. A. Roldán<br />

logos tratan la cistitis intersticial, los gastroenterólogos el síndrome del in-<br />

testino irritable, los ginecólogos el dolor pelviano crónico, los reumatólogos<br />

el síndrome de fatiga crónica y la fibromialgia, los psiquiatras el trastorno<br />

mixto ansioso-depresivo y clusters (agrupamientos) diversos que involucran<br />

crisis de angustia atípicas que no conforman un trastorno por angustia acorde<br />

a los criterios del DSM-IV-TR (Manual diagnóstico y estadístico de los<br />

trastornos mentales, American Psychiatric Association, 2002). Los especialistas,<br />

generalmente, abordan a estos pacientes en relativo aislamiento, sin la<br />

debida consideración de las influencias que la superposición de trastornos<br />

comórbidos tiene sobre la clínica y evolución de sus pacientes. Los NIH<br />

esperan que esta iniciativa tenga el potencial de “afectar dramáticamente<br />

cómo es conducida la investigación biomédica y conductual a través de la<br />

próxima década en beneficio de la salud pública”. En el primer número<br />

del Journal of Traslational Medicine, Marincola (2003) establece que: “El<br />

propósito de la investigación traslacional es probar, en humanos, nuevas<br />

estrategias terapéuticas desarrolladas a través de la experimentación. La<br />

investigación traslacional debería ser considerada como un camino de<br />

dos vías: de la investigación básica a la clínica y de la clínica a la investigación<br />

básica (“the bench-to-bedside and the bedside-to-bench”). No obstante,<br />

los esfuerzos dirigidos desde lo básico a lo clínico han sido hasta<br />

aquí limitados por la acotada comprensión de los mismos por los clínicos<br />

de tiempo completo y por la simétrica renuencia de los investigadores<br />

básicos para emprender estudios en seres humanos”.<br />

La medicina traslacional ha establecido requisitos básicos para las pruebas<br />

que se realicen bajos sus postulados, estas deben ser:<br />

a. Éticamente aceptables.<br />

b. Relativamente económicas.<br />

c. Prácticamente accesibles.<br />

d. Aplicables a marcos interdisciplinarios.<br />

66


Proyecto GEMA<br />

Y, en el caso específico de los marcadores biológicos de carga alostática<br />

deberían:<br />

e.Fluctuar lentamente.<br />

f.Reflejar cambios somáticos en el largo plazo.<br />

Sobre estas bases y como parte del Proyecto GEMA se realizó el diseño del<br />

Estudio GEMA-20811.<br />

6.5 Un diseño “postgenómico”<br />

El diseño de un protocolo postgenómico debería centrarse en –al menos-<br />

el estudio de un endofenotipo, esto es, de una característica subclínica<br />

de tipo bioquímico, neurofisiológica, endocrinológica, neuroanatómica o<br />

neuropsicológica que se hereda y representa el sustrato genético de la vulnerabilidad<br />

en pacientes no afectados.<br />

Este endofenotipo debería dar cuenta de las características clínicas (los<br />

clusters o agrupamientos) que constituyen los fenómenos clínicos emergentes<br />

del cuadro en estudio.<br />

Y, en segundo lugar, el diseño postgenómico ha de basarse en una estrategia<br />

de investigación bottom-up (de abajo hacia arriba), esto es que no partiríamos<br />

desde la clínica hacia la presunta etiología, sino que perseguiríamos<br />

los senderos por los que una variación genética heredada podría abrirse paso<br />

hacia la clínica, con su proteiforme expresividad, causa habitual de la desmesurada<br />

presencia de “comorbilidad”, “áreas de asociación” e “intersección”<br />

que reflejan los sistemas nosográficos vigentes. (Figura 1)<br />

6.6 Criterios para endofenotipos<br />

La sistematización realizada por Tsuang (1993) ha sido adoptada como<br />

criterio oficial para el reconocimiento de un endofenotipo como tal; acorde<br />

a ésta deben darse una serie de condiciones sine que son:<br />

67


Carlos Soria, Carolina Remedi, Daniel Núñez, Emilio,J. A. Roldán<br />

- Especificidad: El endofenotipo está más ampliamente asociado con la<br />

enfermedad de interés que con cualquier otra condición psiquiátrica.<br />

- Independencia de estado: El endofenotipo es estable a través del tiempo<br />

y no resulta un epifenómeno de la enfermedad o de su tratamiento.<br />

- Heredabilidad: La variancia del endofenotipo está asociada con variación<br />

genética.<br />

- Asociación familiar: El endofenotipo es más prevalente entre familiares<br />

de probandos enfermos comparado con un adecuado grupo control.<br />

- Plausibilidad clínica y biológica: El endofenotipo contiene una relación<br />

conceptual con la enfermedad.<br />

FIGURA 1.<br />

68


6.7 El neuroticismo<br />

Proyecto GEMA<br />

Entre los endofenotipos conocidos, el neuroticismo o “incremento en<br />

la sensibilidad al estrés” se ofrece como el modelo mejor establecido de<br />

predisposición genéticamente determinada al desarrollo de carga alostática,<br />

dado que en esencia representa una vulnerabilidad general a padecer síntomas<br />

de ansiedad y síntomas depresivos bajo estrés. Cumple cabalmente<br />

con los criterios de Tsuang en razón de que muestra una permanencia relativamente<br />

invariable durante la adultez, independencia de estado, evidencia<br />

consistente de heredabilidad, asociación familiar y co-segregación y, si bien<br />

la depresión impacta sus scores de mensura, no resulta un fenómeno residual<br />

de la depresión mayor y, lo más importante, la ansiedad no los modifica.<br />

El neuroticismo, permite además disipar el enigma epidemiológico de la<br />

repetida preeminencia (en términos de 3 a 1) de los trastornos de ansiedad<br />

y las ERE en el sexo femenino. En términos generales hombres y mujeres<br />

resultan igualmente sensibles a la presencia de estresores y coinciden en la<br />

intensidad de la respuesta ergotrófica inicial. Las diferencias aparecen en la<br />

respuesta post-estresor, en donde las mujeres suelen mostrar una recuperación<br />

trofotrófica más prolongada y con más frecuencia anómala. En suma,<br />

el neuroticismo resulta un constructo diagnóstico consistente, de clara utilidad<br />

para estudios genéticos y uno de los terrenos más promisorios para el<br />

futuro esclarecimiento de los genes que influencian la vulnerabilidad. Y el<br />

neuroticismo es fácilmente mensurable.<br />

La escala NEO-FFI (Neo Five-Factory Inventory) o Inventario Reducido<br />

de Cinco Factores (Costa y McCrae, 1992), posibilita una adecuada<br />

pesquisa de los big five, los cinco grandes factores o dimensiones de la<br />

personalidad discriminando, además, los rasgos o facetas que definen cada<br />

dimensión. De utilidad en personalidades sin afectación patológica delimita<br />

con precisión los 5 factores prominentes de la personalidad: neuroticismo,<br />

69


Carlos Soria, Carolina Remedi, Daniel Núñez, Emilio,J. A. Roldán<br />

extroversión, apertura, amabilidad y responsabilidad. Autoadministrado en<br />

15 minutos promedio, permite aseverar que la presencia de 18 o más pun-<br />

tos en la dimensión neuroticismo da cuenta de una personalidad con alta<br />

vulnerabilidad para padecer síntomas de ansiedad, síntomas depresivos y<br />

ERE bajo estrés, convirtiéndose en un factor de screening de la presencia de<br />

diátesis genética de gran utilidad en estrategias bottom-up de investigación.<br />

Su complementación con la Escala STAI-X (State-Trait Anxiety Inventory),<br />

Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo, añade precisión por ser<br />

esta escala autoaaplicada a un eficiente discriminador de la ansiedad-estado<br />

(sintomática y eventual) de la ansiedad-rasgo (basamental y ligada a la estructura<br />

genéticamente determinada de la personalidad).<br />

6.8 Benzodiacepinas: más allá del efecto ansioléptico<br />

Evidencias convergentes han señalado a la adversidad social como un<br />

sólido determinante de carga alostática, distintos investigadores comprobaron<br />

de manera coincidente la concurrencia de una constelación bioquímica<br />

en la que confluían una regulación descendente de los receptores 5-HT1A<br />

de serotonina, un incremento del MOPEG (3-metoxi-4-hidroxifeniletilenlglicol),<br />

el catabolito final de noradrenalina y una elevación del cortisol.<br />

Por otra parte, otros investigadores (entre ellos nuestro grupo) comprobaron<br />

que cuando estos pacientes recibían alprazolam en las dosis corrientes,<br />

tras 7 días de tratamiento se observaba un descenso del MOPEG y del<br />

cortisol. En un estudio piloto inicial de 30 pacientes pudimos replicar otros<br />

hallazgos que Santagostino et al., habían obtenido en el año 1998: tras 7<br />

días de tratamiento con alprazolam comprobamos un descenso del cortisol<br />

plasmático, urinario y salival, un decremento del ligamen plaquetario de<br />

serotonina y una baja en los niveles del MOPEG plasmático, urinario y<br />

70


Proyecto GEMA<br />

salival, lo que nos llevó a hipotetizar que los niveles centrales de la res-<br />

puesta de estrés aparecían involucrados en la respuesta al uso prolonga-<br />

do de alprazolam, en particular los sistemas catecolaminérgicos que se<br />

mostraban más rápidamente responsivos, lo que podría indicar una acción<br />

moduladora del alprazolam (posiblemente a través de los receptores<br />

serotoninérgicos 5-HT1A) sobre las vías catecolaminérgicas centrales.<br />

Esta acción tardía se mostraba concordante con los efectos desinhibidores<br />

y tibiamente antidepresivos que se describieron en las etapas iniciales de<br />

estudio del alprazolam. Lo que quedaba claro y reiterado es que más allá de<br />

las acciones iniciales ansiolépticas y mediadas por el GABA, era verificable<br />

un efecto posterior sobre endofenotipos vinculados a la respuesta de estrés<br />

inicial y, más aún, el sostenimiento de esta acción en el tiempo concedía<br />

la posibilidad de modificar los parámetros de carga alostática resultantes<br />

del estrés crónico. Se abría entonces la posibilidad de extender la conocida<br />

actividad ansiolítica del alprazolam en el corto plazo, reconociéndole la<br />

posibilidad de operar como un modulador epigenético en el largo plazo<br />

al moderar el impacto somático de la carga alostática. De verificarse esto<br />

habríamos alcanzado la vieja aspiración de que “si no podemos cambiar el<br />

mundo, podemos, al menos, disminuir el precio que pagamos por afrontarlo.”<br />

6.9 El estudio GEMA-20811<br />

Centrados en estas hipótesis se diseñó un protocolo que permitiera una<br />

evaluación holística de riesgo sobre los efectos deletéreos de la carga alostática<br />

en los distintos sistemas reguladores del organismo y al mismo tiempo<br />

evaluar la potencialidad del alprazolam como modulador epigenético. El<br />

acrónimo GEMA (Modulador epigenético GADOR) y la numeración 20<br />

(por los 20 años que alcanzaba la molécula en el mercado) y 811 ( por el<br />

71


Carlos Soria, Carolina Remedi, Daniel Núñez, Emilio,J. A. Roldán<br />

espacio temporal 2008-2011 de realización del estudio) dieron nombre a la<br />

aventura exploratoria que incluyó un estudio piloto a fin de determinar los<br />

instrumentos traslacionales de mayor utilidad y a dos estudios posteriores<br />

cuyos datos se han dado a conocer en los Congresos de la WPA (Praga,<br />

2008), WFBPS (París, 2009), CINP (Hong-Kong, 2011) y se completarán<br />

en el próximo WFBPS (Praga, 2011).<br />

6.10 Las medidas de carga alostática<br />

La medición de la carga alostática incorpora información de mediadores<br />

alostáticos (en reposo y actividad) y permite la evaluación de sistemas dinámicos<br />

(que operan dentro de un “rango de respuesta a estímulos”). Incluye<br />

información de múltiples parámetros fisiológicos de actividad que integran<br />

y coaligan a los mayores sistemas regulatorios e integradores del organismo<br />

(sistema nervioso central, endocrino, inmunológico, sistema nervioso vegetativo<br />

y cardiovascular).<br />

Los estudios iniciales de validación del concepto, el MacArthur Succesful<br />

Aging Study (Seeman et al., 1997) abarcaron la evaluación de un amplio<br />

rango de niveles fisiológicos de actividad a través de distintos sistemas regulatorios.<br />

La depuración estadística de los estudios posteriores condujo a la observación<br />

de que, el máximo riesgo de enfermedad asociado a carga alostática<br />

se presentaba cuando se producía la concurrencia relativamente elevada de<br />

varios factores antes que, la elevación extrema de alguno de ellos, enfatizando<br />

el valor de evaluación holística de riesgo que compone el concepto de<br />

carga alostática.<br />

Esta jerarquización de medidas integradoras sobre medidas aisladas<br />

permite mensurar el alcance a través del tiempo y sobre sistemas multidi-<br />

72


Proyecto GEMA<br />

mensionales de alteraciones de subsistemas que, aisladamente, no reflejan<br />

el impacto secuencial, multietápico y policausal del proceso de enfermar.<br />

La traducción procedimental de estos hallazgos decantó en la confección<br />

de algoritmos de evaluación de parámetros con capacidad predictiva<br />

de riesgo significativamente incrementado para enfermedades cardiovasculares<br />

(ECV), declinación cognitiva, envejecimiento y mortalidad.<br />

El paso siguiente a la jerarquización de los parámetros de evaluación fue<br />

la organización y categorización de cada medida en función de su participación<br />

en la cascada de eventos que conducen desde la alostasis a la carga alostática,<br />

en razón de que ambos conceptos se encuentran mecanísticamente<br />

enlazados con los procesos que conducen a la enfermedad. La clasificación<br />

de las medidas procura delimitar las sendas fisiopatológicas que subyacen<br />

a la enfermedad, con la plasticidad suficiente de permitir la incorporación<br />

de nuevos parámetros que enriquezcan el plano original. La nueva formulación<br />

se basa en la noción de que mediadores primarios conducen a efectos<br />

primarios y estos a resultados secundarios los que, finalmente, se traducen<br />

en resultados terciarios que representan la actual enfermedad.<br />

6.11 Actualidad de las medidas de carga alostática<br />

Cuatro parámetros se consideran mediadores primarios: adrenalina,<br />

noradrenalina, cortisol y dehidro-epiandrosterona (DHEA).<br />

Un algoritmo que combina parámetros clínicos y bioquímicos se constituyó<br />

como el esquema nodal de las medidas de evaluación de carga alostática.<br />

Medidas de carga alostática. Algoritmo<br />

a. Presión arterial diastólica y sistólica: Indicadores de actividad cardiovascular.<br />

73


Carlos Soria, Carolina Remedi, Daniel Núñez, Emilio,J. A. Roldán<br />

b. Indice cintura-cadera: Indicador de niveles crónicos de actividad gluco-<br />

corticoidea incrementada, que conducen a cambios metabólicos y a una<br />

disposición adiposa tisular particular.<br />

c. Niveles séricos de colesterol, HDL y LDL colesterol: Vinculados con<br />

el riesgo de desarrollar ateroesclerosis, que se incrementa aún más en el<br />

caso de coexistir con bajos niveles de colesterol HDL.<br />

d. Niveles plasmáticos de hemoglobina glicosilada: Medida integrada del<br />

metabolismo de la glucosa a través de tiempos prolongados (30 a 120<br />

días previos).<br />

e. Sulfato de DHEA sérica: Como medida de un antagonista funcional del<br />

eje hipotálamo-hipofiso-adrenal (HHA).<br />

f. Cortisol urinario nocturno: Como medida de la actividad de las 12 horas<br />

previas del eje HHA.<br />

g. Excreción de adrenalina y noradrenalina nocturnas: Como índice integrado<br />

de la actividad en las 12 horas previas del sistema nervioso simpático.<br />

Con posterioridad Crimmins y Seeman en 2001 desglosaron y sistematizaron<br />

las medidas de carga alostática en 10 ítems evaluables:<br />

- Cardiovasculares: (3) Tensión arterial diastólica y sistólica, pulso.<br />

- Riesgo metabólico: (4) colesterol total, colesterol HDL, hemoglobina<br />

glicosilada, índice de masa corporal<br />

- Inflamatorios: (3) Fibrinógeno, albúmina, proteína C reactiva.<br />

En la práctica, carga alostática se ha asimilado a “medida de vulnerabilidad<br />

al estrés” y se procura ligarla a fenotipos vulnerables al estrés.<br />

El desafío actual es ligar esos fenotipos a endofenotipos y a factores<br />

epigéneticos.<br />

Tradicionalmente se han realizado estudios de asociación restringida<br />

(una variable un fenotipo), una opción superadora podría alcanzarse a través<br />

de la utilización de fenotipos compuestos, integrados por medidas concep-<br />

74


Proyecto GEMA<br />

tualmente vinculadas a fin de reducir los problemas asociados con múltiples<br />

testeos. Sistemas que integran variables como el Cloninger’s Tridimensional<br />

Personality Questionnaire o el NEO Personality Inventory pueden agrupar<br />

rasgos o agrupamientos (clusters) (por ejemplo, altos niveles de rasgos de<br />

evitación o neuroticismo, conocidos por estar asociados a ansiedad y depresión)<br />

lo que facilitaría una preselección de la muestra sobre la base de un<br />

número de índices fenotípicos, simplificando y permitiendo su correlación<br />

con mediadores primarios y secundarios y, más aún, ampliar la posibilidad<br />

de un ligamen con endofenotipos y genes o variables alélicas de interés. La<br />

posibilidad final podría ser la vinculación de un sustrato neurobiológico con<br />

un rasgo o grupo de rasgos determinados.<br />

La implementación terapéutica de alprazolam se inscribe aquí en diversos<br />

registros: que se despliegan desde sus niveles probados y conocidos<br />

como ansioléptico, hacia una eventual implementación como sonda<br />

psiconeuroendocrina en su posibilidad de modificar índices fenotípicos<br />

de carga alostática y, a través de estos, contribuir a la elucidación de su<br />

potencial actividad sobre vías gabaérgicas, serotoninérgicas 5-HT1A,<br />

catecolaminérgicas y cortisol.<br />

6.12 Aportes Complementarios. Las sistematizaciones<br />

de Hess y Hellhammer<br />

Desde ámbitos diversos estamos avanzando en la comprensión de cómo<br />

un estresor genera una respuesta de estrés (RE), y cómo lo que es inicialmente<br />

–en el corto plazo- adaptativo y benéfico se convierte –en el largo<br />

plazo- en lesivo, carga alostática y enfermedades relacionadas al estrés. Su<br />

afrontamiento supone organizar los niveles que participan en esta secuencia<br />

de enfermar. La sistematización iniciada por Hess (1924) y completada por<br />

Hellhammer (2008) ofrece un esquema orientador. La reacción inicial, la<br />

75


Carlos Soria, Carolina Remedi, Daniel Núñez, Emilio,J. A. Roldán<br />

RE, integra una fase ergotrófica de la que participan el locus coeruleus y<br />

el sistema nervioso simpático; le sigue una fase trofotrófica ejercida por el<br />

sistema nervioso parasimpático y el sistema serotoninérgico y –mediando<br />

entre ambas- participa la fase glandulotrófica compuesta por el núcleo paraventricular<br />

del hipotálamo, la hipófisis anterior, las glándulas adrenales y<br />

los receptores glucocorticoideos. En esto se distinguen dos situaciones que<br />

cimentan la dualidad mente-cuerpo, el locus coeruleus es el representante<br />

central del sistema nervioso simpático y el sistema serotoninérgico es la versión<br />

encefálica del parasimpático. A su vez, cada uno de estos nodos de actividad<br />

está sujeto a variantes alélicas de determinación genética que definen<br />

su posibilidad de expresarse en hipo o hiperactividad y, como son sistemas<br />

que se regulan recíprocamente pueden responder con hipo o hiperactividad.<br />

Resumiendo: tenemos tres fases, con 8 integrantes, que pueden interactuar<br />

con 4 patrones diferentes, lo que multiplica (4 X 8 X 4) hasta el número de<br />

96 los puntos de posible disfunción (Figura 2).<br />

FIGURA 2.<br />

76


Proyecto GEMA<br />

La carta de navegación para surcar este mar de interacción ha sido el<br />

establecimiento de neuropatrones (endofenotipos) que van jalonando los<br />

puntos de alteración. Los neuropatrones representan a la vez un concepto y<br />

un conjunto de métodos que otorgan al clínico herramientas para la delimitación<br />

de diagnósticos y la selección de tratamientos.<br />

6.13 La dimensión cognitiva de la carga alostática<br />

La revisión previa al diseño del Protocolo GEMA-20811 reveló una<br />

notoria carencia de estudios específicos que examinen el funcionamiento<br />

cognitivo en pacientes con ansiedad y carga alostática, los pocos estudios<br />

existentes evaluaron variables aisladas sin criterios de integración entre las<br />

mismas. La literatura existente vincula elevados índices de estrés y trastornos<br />

de ansiedad con alteraciones en las funciones atencionales, mnémicas y<br />

psicomotoras. Los datos disponibles señalan alteraciones en los procesos de<br />

aprendizaje y en la organización de la vida cotidiana con su impacto consiguiente<br />

en la asertividad y en el funcionalismo del paciente.<br />

Por otra parte, los antecedentes de estudios científicos sobre efectos<br />

cognitivos del alprazolam, en su mayoría, aducen a efectos negativos y de<br />

empeoramiento de funciones cognitivas, particularmente memoria visual,<br />

tiempo de reacción y atención sostenida. La mayoría de ellos se realizaron<br />

sobre población sana, con medición única e inmediata a la ingesta de la dosis.<br />

Estos estudios establecen claras diferencias interdosis y muestran que, a<br />

mayor dosis, mayor es el menoscabo cognitivo eventual.<br />

En el sentido opuesto, los estudios longitudinales disponibles evidencian<br />

que los déficits que aparentemente produciría el alprazolam no se<br />

sostienen en el largo plazo. Estudios muy recientes asocian el alprazolam<br />

con modificaciones marcadas en el MOPEG (medido en saliva). En este<br />

estudio se presume que la ansiedad aumenta los niveles de MOPEG en<br />

77


Carlos Soria, Carolina Remedi, Daniel Núñez, Emilio,J. A. Roldán<br />

saliva, mientras que el alprazolam los decrementa. Por otra parte se cita una<br />

hipótesis teórica indicando que si el MOPEG en saliva es bajo, se observan<br />

déficit cognitivos en atención sostenida (CPT) de modo primario.<br />

Considerando que el tratamiento con alprazolam podría reducir los índices<br />

de carga alostática, puede presumirse que obtendría mejoras en las<br />

funciones cognitivas afectadas por la ansiedad y es posible esperar que el<br />

funcionamiento cognitivo presentara variaciones en el largo plazo, principalmente<br />

en las funciones interferidas por la ansiedad.<br />

En relación al objetivo general en el cual se pretende evaluar la acción de<br />

alprazolam sobre el impacto cognitivo en pacientes con carga alostática, se<br />

seleccionaron las siguientes variables neurocognitivas principales: atención<br />

sostenida, memoria operativa, funciones ejecutivas, impulsividad, fluidez<br />

verbal y fluidez no verbal.<br />

6.14 Diseño del Proyecto GEMA<br />

Este protocolo de estudio ha sido aprobado por un comité de ética independiente<br />

y notificado a las autoridades regulatorias de Argentina (AN-<br />

MAT, expediente n 1-47-6134-09-8 de fecha Junio 10 de 2009), cumpliendo<br />

con las leyes de Habeas Data y de fiscalización de consumo de psicofármacos.<br />

Actualmente se encuentra activo.<br />

Todos los pacientes incluidos son extensamente evaluados por un equipo<br />

de médicos, psiquiatras y psicometristas, quienes deciden el abordaje<br />

terapéutico más conveniente para cada caso y los pacientes serán atendidos<br />

regularmente 1 ó 2 veces por semana para el control y trabajo de las variables<br />

cognitivas.<br />

Se estudian variables clínicas de ansiedad, neuroticismo y carga alostática,<br />

estudios neuro-cognitivos y neuro-bioquímicos. En la Tabla 1 se<br />

resumen las características principales del ensayo clínico estudio GEMA-<br />

20811.<br />

78


Proyecto GEMA<br />

Los pacientes son informados y supervisados sobre los eventuales efec-<br />

tos depresores del alprazolam y los riesgos en actividades que requieren<br />

alerta, recomendándose el no consumo de bebidas con alcohol. Asimismo<br />

se los supervisa para detectar un riesgo potencial de suicidio o riesgo de<br />

sobre-dosis. Todos los eventos adversos se monitorean clasifican y comunican<br />

siguiendo las normas GCP de la autoridad regulatoria local (ANMAT<br />

y Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba). Ver tabla 1<br />

6.15 Consideraciones estadísticas<br />

Se trata de un estudio observacional prospectivo, controlado con designación<br />

a demanda de dosis de alprazolam en un amplio rango. Los tests<br />

congnitivos y las pruebas de laboratorio se hacen en ciego para el analista,<br />

las restantes pruebas son en estudio abierto.<br />

- Tamaño de la muestra: Se estiman detectar cambios en las variables superiores<br />

al 25% (pre-tratamiento versus post-tratamiento o de correlaciones<br />

significativas) con un poder 1-ß del 0-80. Para la primera fase se estiman<br />

suficiente un n = 55 casos; para la segunda fase un n = 120 y para la tercera<br />

ampliar la muestra hasta 225 pacientes evaluables.<br />

Título<br />

TABLA 1<br />

Objetivos<br />

El estudio clínico GEMA<br />

se desarrolla en tres niveles<br />

complementarios<br />

de evaluación.<br />

Impacto del alprazolam en la cognición y la calidad de vida en pacientes con carga alostática<br />

y trastornos de ansiedad<br />

Primer nivel:<br />

- exploración bioquímica y clínica de una muestra de pacientes<br />

- seguimiento a corto plazo<br />

- verificación de si las variables de laboratorio y clínicas que se hallan alteradas por cargas<br />

alostáticas, tienden a normalizarse con la intervención terapéutica.<br />

Segundo nivel: Observación de cambios en las escalas de valoración cognitiva, y si estos<br />

cambios se relacionan con los niveles de intervención terapéutica ensayados.<br />

Tercer nivel: luego de un tiempo de observación no menor al año, evalúa las variables de<br />

QOL y la posible asociación con los cambios cognitivos atribuibles a la intervención terapéutica.<br />

79


Carlos Soria, Carolina Remedi, Daniel Núñez, Emilio,J. A. Roldán<br />

Criterios para el<br />

reclutamiento de<br />

pacientes.<br />

Todos los participantes<br />

acceden voluntariamente,<br />

con consentimiento<br />

informado y firmado en<br />

presencia de testigos.<br />

Luego de las evaluaciones<br />

iniciales se plantea<br />

al paciente las alternativas<br />

de atención médica.<br />

Si el esquema terapéutico<br />

cumple con los<br />

criterios de admisión al<br />

protocolo el paciente es<br />

informado e invitado a<br />

participar en una observación<br />

reglada.<br />

Esquema<br />

terapéutico<br />

y asignación de<br />

dosis.<br />

Métodos de evaluación<br />

Ansiedad<br />

TABLA 1.<br />

Criterios de Inclusión: Para poder ingresar los candidatos deben ser mayores de 21 años y<br />

presentar en el momento de ingreso los siguientes criterios;<br />

- síntomas de ansiedad (mas de 6 puntos de la escala de Hamilton-A).<br />

- neuroticismo (mas de 18 puntos en la escala NEO-FFI), alteraciones cognitivas (mas de 25<br />

puntos en el mini-examen cognitivo) y carga alostática expresada por al menos 3 items clínicos<br />

o bioquímicos positivos (Criterios de Crimmins y Seeman).<br />

Criterios de Exclusión:<br />

- Pacientes con patología descripta en el eje I del DSM-IV aparte de la ansiedad, o estado<br />

mixto ansioso-depresivo (criterios del CIE-10).<br />

- Pacientes que requieran psicotrópicos adicionales al alprazolam, simpaticomiméticos, corticoides,<br />

o que pueda cinética o dinámicamente interferir con el alprazolam.<br />

- Pacientes que hubiesen recibido fluoxetina en las últimas 4 semanas o IMAO en las últimas<br />

2 semanas o que manifiesten antecedentes de hipersensibilidad al alprazolam.<br />

- Embarazadas o sospecha de embarazo, con afecciones concomitantes, graves o inestables,<br />

en el sistema cardiovascular, gastrointestinales, hepáticas, renales, neurológicas y en otros<br />

sistemas a efectos de excluir condiciones que puedan interferir con la apreciación de los resultados.<br />

El investigador principal determinará la dosis inicial de alprazolam, usualmente desde<br />

0,25mg/día hasta 3mg/día, de acuerdo con la expresión de síntomas de ansiedad y con flexibilidad<br />

para adaptarla a necesidad y tolerancia.<br />

El esquema con alprazolam se mantiene durante 3 meses.<br />

Luego el investigador puede decidir en proseguir o discontinuar el producto, en forma graduada<br />

a razón de disminución en 0,5mg cada 3 días.<br />

Se utilizan 3 escalas: 1- la Hamilton Anxiety Rating Scale (HARS) de 14 items, tomando como<br />

referencia la percepción del sujeto en sus últimos 3 días, excepto el item último que se toma<br />

en cuenta la percepción del día de consulta.<br />

El puntaje o-5 indica ausencia de ansiedad, de 6-14 ansiedad leve y mayor de 15 ansiedad<br />

moderada a grave. 2- el State-Trait Anxiety Inventory (STAI) de 40 items, que evalúa el estado<br />

actual y el rasgo de ansiedad como propensión estable.<br />

La escala como máximo suma 60 puntos y se describen en percentilos para sexo y edad. 3- El<br />

NEO five factor Inventory (NEO FFI) que es una medida abreviada de la personalidad en los<br />

factores de neuroticismo, extraversión, apertura, amabilidad y responsabilidad.<br />

80


<strong>Carga</strong> alostática<br />

Estado general y<br />

seguridad<br />

Variables cognitivas<br />

Variables de calidad<br />

de vida (QOL)<br />

TABLA 1.<br />

Proyecto GEMA<br />

Se practicarán evaluaciones clínicas y bioquímicas.<br />

Evaluaciones clínicas:<br />

- Tensión arterial sistólica y sistólica en posición supina y de pié, con 2-3 minutos de reposo<br />

previo. Se considera aumento a una presión sistólica > de 140mmHg y/o diastólica < de<br />

90mmHg (criterios de la WHO).<br />

- Pulso positivo es aquel cuya frecuencia supera los 90 latidos por minuto en posición supina<br />

o de pié con 2-3 minutos previos de reposo.<br />

- Indice de masa corporal y el índice cintura-cadera tomado con el paciente de pié y respirando<br />

normalmente, a nivel horizontal sobre el borde de las crestas ilíacas, con una cinta<br />

ajustada sin comprimir la piel.<br />

Las pruebas bioquímicas: colesterol total, HDL y LDL, hemoglobina glicosilada, fibrinógeno,<br />

albúmina y proteína C reactiva, noradrenalina y cortisol en plasma y en saliva MOPEG<br />

y cortisol.<br />

Otras mediciones adicionales se obtendrán mediante el uso de la escala de Clinical Global<br />

Impression (CGI), que incluye dos subescalas, 1- la de gravedad del cuadro clínico (CGI-S) y la<br />

de mejoría del cuadro clínico (CGI-MJ), de 8 gados cada una.<br />

Los efectos secundarios de evaluan por la escala UKU (Udvalg fur klinische undersogelser),<br />

de 56 items, siendo los primeros 9 para eventos psíquicos, 8 para neurológicos, 11 para autonómicos<br />

y 25 para otros. Los dos últimos valoran la interferencia de los eventos secundarios<br />

con la performace diaria del paciente y sus consecuencias sobre la toma de medicación (ninguna,<br />

reducción de dosis, retirada o cambio).<br />

El minimental state (MEC) cuantifica el deterioro cognitivo en orientación temporo-espacial,<br />

memoria inmediata, concentración y cálculo, memoria diferida, lenguaje y praxis.<br />

-Evaluaciones adicionales de seguridad incluyen la frecuencia respiratoria y pruebas de laboratorio:<br />

hemograma completo, creatinina, BUN, bilirrubina total, fosfatasa alcalina, enzimas<br />

hepáticas (AST, ALT, GGT). Cuando corresponde se determina la gonadotrofina coriónica<br />

humana (GCH-B).<br />

Se cuantificarán las siguientes variables cognitivas; atención sostenida, memoria operativa,<br />

funciones ejecutivas, impulsividad, fluidez verbal y no verbal.<br />

La batería neurocognitiva estará compuesta por los siguientes 7 tests. 1- QPSS continuous<br />

performance test (CPT); 2- Digit Symbol test (DST); 3- Digit span (DST); verbal fluency test<br />

(VFT), five point test (FPT); revised Taylor complexe test (RTCT) y el Stoop test (ST). Las primeras<br />

5 son pruebas computarizadas. Todas se aplican luego de 6 horas de la última toma de<br />

alprazolam (niveles plasmáticos nadir)<br />

Se aplicarán en las fases más extendidas de reclutamiento de pacientes.<br />

81


Carlos Soria, Carolina Remedi, Daniel Núñez, Emilio,J. A. Roldán<br />

- Diseño estadístico: El hecho de operar con dosis variables permite cuan-<br />

tificar los resultados de un modo continuo aunque discreto. Se planifica<br />

evaluar cada variable mediante los datos descriptivos de posición y rangos,<br />

visto que resulta de mayor interés considerar la evolución desde el caso mejor<br />

al peor que una cifra promedio de representación escasa para la práctica<br />

diaria. Cada variable luego será analizada por técnicas de regresión en<br />

función de las dosis de alprazolam administradas y asociada a otras por<br />

correlaciones múltiples. Aquellas variables que se encuentran fuertemente<br />

asociadas (r>0.85, p0.85, p


FIGURA 3.<br />

Proyecto GEMA<br />

83


Carlos Soria, Carolina Remedi, Daniel Núñez, Emilio,J. A. Roldán<br />

FIGURA 4.<br />

84


Proyecto GEMA<br />

verificados en el ámbito de la bioética, un terreno que creció paralelo al<br />

desarrollo científico- tecnológico. El movimiento de ética global o bioética<br />

introdujo el diálogo moral en las ciencias de la vida, generando un intercambio<br />

entre expertos y profanos que condujo a horizontalizar los discursos<br />

técnicos; con esto, el médico abandonó su lugar central en el ámbito de<br />

decisión y el sentido común y los parámetros de humanidad ocuparon su<br />

lugar, adoptando al diálogo como instrumento de consenso.<br />

Su aporte más reciente es EPOR, la Investigación Orientada por Pacientes<br />

que sugiere que “La investigación orientada por la necesidades reconocidas<br />

y expresadas por los pacientes ha de ser el centro de la disciplina<br />

médica”, desde allí Comités de Pacientes afectados por una determinada<br />

condición se proponen dirimir y direccionar qué debemos investigar. Se<br />

cede a los pacientes la decisión de qué interés debe propulsar la investigación.<br />

Remarcando el imperativo ético de que el investigador no investiga<br />

para sí por que la investigación es un encargo social. A resultas de los<br />

primeros aportes efectuados por este Comité, se adicionó una Visita más<br />

(Visita 8) en la que, tras el procesamiento estadístico de los datos se efectúa<br />

la devolución al paciente de los datos obtenidos (en forma de dossier ad hoc)<br />

a tenor de que el GEMA es antes que nada una evaluación holística de<br />

riesgo de la que surgen recomendaciones y estrategias de tratamiento personalizadas,<br />

con particular acento en la promoción de más eficientes recursos<br />

de afrontamiento del estrés y medidas higiénico-dietéticas supervisadas<br />

tendientes a morigerar y/o eliminar los factores de riesgo detectados.<br />

85


Carlos Soria, Carolina Remedi, Daniel Núñez, Emilio,J. A. Roldán<br />

6.18 El crecimiento de las enfermedades relacionadas<br />

al estrés<br />

Los países industrializados enfrentan un creciente costo de sus gastos en<br />

salud debido a las enfermedades relacionadas al estrés (ERE). Un metaa-<br />

nálisis de los reportes de las compañías de seguros de Alemania, demuestra<br />

un rápido incremento de las ERE en la última década, basado en la pérdida<br />

de días de trabajo. (Lademann et al., 2006). Idénticamente, Andlin-Sobocki<br />

et al. En el año 2005 han documentado el dramático incremento del costo<br />

económico resultante de las ERE. Tales datos coinciden con los reportes<br />

del American Institute of Stress (AIS) que estiman que el estrés en los<br />

ámbitos laborales resulta en accidentes, ausentismo, rotación de personal,<br />

disminución de la productividad, costos médicos directos, costos legales, de<br />

aseguramiento e indemnizaciones, los cuales suman, en los EE. UU., más de<br />

300 billones de dólares cada año.<br />

En la misma línea, la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) ha<br />

documentado una creciente prevalencia de trastornos psiquiátricos en Europa.<br />

Este reporte señala que el 30% de la consulta médica general europea<br />

es debida a problemas mentales destacando que, en países del norte de Europa,<br />

las ERE representan la mitad de todas las discapacidades, al tiempo<br />

que, en una década la expectativa de vida ha decrecido en 10 años en algunos<br />

estados miembros, principalmente debido al estrés y a condiciones<br />

vinculadas a la enfermedad mental.<br />

6.19 El Estudio Global burden of disease (costo global<br />

de la enfermedad)<br />

El estudio Global Burden of Disease fue llevado a cabo por la Organización<br />

Mundial de la Salud, con financiamiento del Banco Mundial y con<br />

86


Proyecto GEMA<br />

el fin de proporcionar un conjunto de medidas sanitarias que facilitaran<br />

información, incluso de los casos no mortales, para las políticas de salud<br />

internacionales. A fin de obtener valoraciones epidemiológicas no sesgadas<br />

y desconectadas de cuestiones legales, el estudio GBD desarrolló estimaciones<br />

con coherencia interna sobre incidencia, prevalencia, duración y letalidad<br />

de 107 enfermedades y sus 483 consecuencias incapacitantes. Estas<br />

estimaciones de costos servirían también para los análisis de coste-eficacia<br />

y para determinar el porcentaje atribuible a los factores de riesgo. Singularmente,<br />

el estudio GBD creó un efecto “cenicienta” para los trastornos<br />

mentales: las medidas tradicionales de salud pública solían centrarse en la<br />

mortalidad y nunca habían situado a las enfermedades mentales entre los<br />

diez trastornos más letales. Pero, cuando se introdujo el concepto de incapacidad<br />

en la ecuación, como en el caso de la incapacidad ajustada por<br />

años de vida (disability-adjusted life years, DALY), los trastornos mentales<br />

obtuvieron una valoración tan alta como la de las enfermedades cardiovasculares<br />

y las respiratorias, superando a la combinación de enfermedades<br />

oncológicas y al síndrome de inmunodeficiencia adquirida (HIV-SIDA).<br />

Teniendo en cuenta únicamente los años vividos en incapacidad (AVI), los<br />

trastornos depresivos, como categoría diagnóstica, constituyeron por sí mismos<br />

la principal causa de incapacidad en todo el mundo.<br />

6.20 El genoma lag<br />

Un dato más acentúa la trascendencia de las enfermedades relacionadas<br />

al estrés: desde el punto de vista epidemiológico no cesan de crecer y las proyecciones<br />

a futuro señalan que su presencia se incrementará. En tanto que<br />

las enfermedades psiquiátricas “mayores” (esquizofrenia, trastorno bipolar,<br />

etc.) muestran -desde que disponemos de estadísticas fiables- una prevalen-<br />

87


Carlos Soria, Carolina Remedi, Daniel Núñez, Emilio,J. A. Roldán<br />

cia relativamente estable, los trastornos vinculados a nuestra capacidad de<br />

adaptación – depresión unipolar, trastornos de ansiedad y ERE- muestran<br />

una presencia progresivamente mayor. La psiquiatría evolucionaria aporta<br />

una explicación: sabemos que hay vida en el planeta desde hace unos 4.000<br />

millones de años y que desde entonces los organismos vivientes han realizado<br />

una saludable adaptación evolutiva al ambiente a través de una adecuada<br />

selección de respuestas emocionales, las más adaptativas se preservaron en<br />

nuestro genoma por que resultaban útiles al imperativo de sobrevivir. Nuestro<br />

género homo surge en la espiral evolutiva unos 3 millones de años atrás<br />

y la especie sapiens se habría desarrollado hace 150.000 años a partir del<br />

salto evolutivo que supuso el desarrollo de nuestra capacidad de hablar. Las<br />

evidencias señalan que unos 10 ó 12.000 años atrás nuestros antepasados<br />

desarrollaron una aptitud particular: la agricultura y comenzó lo que conocemos<br />

como civilización. En este punto dejamos de ser carroñeros, cazadores<br />

y recolectores y adoptamos nuevas formas de interrelación, comenzamos<br />

cada vez más a vivir en “sociedad”. Y por esta senda arribamos al momento<br />

actual con un problema a cuestas, el genoma lag, el atraso del genoma, la<br />

persistencia de respuestas ancestrales útiles en su momento pero nocivas<br />

hoy. Mientras transitábamos la sabana en procura de cobijo y alimentación<br />

la aparición del tigre dientes de sable era confrontada con una simple opción:<br />

huir o luchar, la alternativa era ser presa o predador. En la moderna<br />

constelación que habitamos prevalece una nueva posibilidad: la inhibición<br />

de la acción, quedamos cotidianamente atrapados en la alternativa de la<br />

inacción. La amenaza-tigre comparte con nosotros la oficina, la vida social o<br />

duerme en la misma habitación, sin que podamos suprimirla o confrontarla<br />

hasta su extinción y empedramos de carga alostática nuestro camino hacia<br />

la enfermedad (Figura 5).<br />

88


FIGURA 5.<br />

Proyecto GEMA<br />

6.21 Conclusiones preliminares<br />

- El término “estrés” –al igual que el de neurastenia en el siglo pasado- ha<br />

perdido precisión diagnóstica por su extensiva aplicación a muy disími-<br />

les condiciones, resultando más cercano a una adjetivación propia del<br />

lenguaje coloquial que a un definido integrante del léxico médico.<br />

- El concepto de “alostasis” en su acepción de “adaptación a través del cambio”<br />

refleja más cabalmente los dinamismos implícitos en los procesos<br />

de adecuación a la sucesión cambiante de entornos en que discurre<br />

nuestra existencia que el tradicional de “homeostasis” aplicable a procesos<br />

elementales para la conservación de la vida y que tienen por regla<br />

la estabilidad.<br />

- La noción de “carga alostática” incorpora la dimensión temporal y el costo<br />

que pagan nuestros sistemas integradores por la adaptación forzada y<br />

sostenida.<br />

89


Carlos Soria, Carolina Remedi, Daniel Núñez, Emilio,J. A. Roldán<br />

- Por su complejidad su comprensión y abordaje sólo es posible y pensable<br />

desde el esfuerzo interdisciplinario.<br />

- Recordando a Sherrington cuando planteaba que él éxito funcional del<br />

cerebro “no dependía de una única célula pontificial, sino de millones de<br />

millones que humilde y laboriosamente trabajan a la par”<br />

- La era postgenómica y el siglo de la biotecnología que empezamos a transitar<br />

podrían encuadrarse en el marco epistemológico de la consiliencia<br />

por el cual Edward Wilson propone reunir “Las metáforas del arte y<br />

los datos duros de la ciencia en un terreno común de explicación”. Vale<br />

recordar que ciencia y arte es el núcleo de nuestra profesión.<br />

- La sinergia (en su etimología “trabajando juntos”) con la casa GADOR<br />

nos mostró que la confianza delegada, el estímulo aún en la adversidad<br />

y la cordialidad perenne, al hilvanarse en el tiempo hacen de virtudes<br />

aisladas un estilo de cooperación.<br />

90


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Proyecto GEMA<br />

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ALPLAX® 0,25-0,50-1-2. Comprimidos. ALPLAX® XR 0,50-1-2. Comprimidos de liberación controlada. Venta<br />

bajo receta archivada.<br />

COMPOSICIÓN: ALPLAX®: Cada comprimido de ALPLAX® 0,25-0,50-1-2 contiene: alprazolam 0,25-0,50-<br />

1-2 mg, respectivamente. Excipientes: c.s. ALPLAX® XR: Cada comprimido de liberación controlada de<br />

ALPLAX® XR 0,50-1-2 contiene: alprazolam 0,50-1-2 mg, respectivamente. Excipientes: c.s. ACCIÓN<br />

TERAPÉUTICA: Ansiolítico. INDICACIONES: Trastorno de ansiedad generalizada (DSM-IV). Ansiedad asociada<br />

con depresión. Trastorno de angustia (Ataque de pánico) con o sin agorafobia. POSOLOGÍA: La dosis óptima<br />

se ajusta a la sintomatología del paciente y a la respuesta obtenida. Si fuere necesario, se puede aumentar<br />

gradualmente la dosis inicial con relación a la tolerabilidad. ALPLAX®: Trastorno de ansiedad generalizada:<br />

La dosis usual inicial es de 0,25 a 0,5 mg tres veces por día, dosis que puede ser aumentada/reducida hasta<br />

alcanzar el efecto terapéutico máximo, incrementando 0,5 mg por día, con intervalos de 3 a 4 días. La dosis<br />

máxima diaria es de 4 mg por día. Trastorno de angustia: Comenzar con dosis de 0,5 mg tres veces por día,<br />

pudiendo incrementarse a razón de 1 mg por día cada 3 ó 4 días. La dosis media habitual es de 5 a 6 mg por<br />

día, distribuidos en tres tomas iguales. Ocasional-mente, algunos pacientes necesitan 10 mg diarios.<br />

Poblaciones especiales: En pacientes ancianos, en pacientes con enfermedad hepática avanzada y en<br />

pacientes con enfermedades debilitantes, la dosis usual inicial es de 0,25 mg, de 2 a 3 veces por día. Esta<br />

dosis puede incrementarse gradualmente si es necesario y si es bien tolerada. Los pacientes ancianos son más<br />

sensibles a los efectos de las benzodiazepinas. Si ocurren efectos adversos durante la dosis inicial, ésta debe<br />

ser disminuida. ALPLAX® XR: Los comprimidos de ALPLAX® XR deben administrarse enteros, sin dividir,<br />

triturar, masticar o disolver. Trastorno de ansiedad generalizada: La dosis usual inicial de ALPLAX® XR es de<br />

0,5 a 1 mg/día, dosis que puede ser aumentada hasta alcanzar el efecto terapéutico deseado, incrementando<br />

0,5 mg/día, cada 3 ó 4 días. La dosis máxima diaria es de 4 mg, administrados en 1 ó 2 tomas. Trastorno de<br />

angustia: Comenzar el tratamiento con dosis de 0,5 ó 1 mg antes de acostarse, o si se prefiere administrando<br />

0,5 mg dos veces por día, pudiendo incrementarse la toma diaria a razón de 1 mg/día cada 3 ó 4 días. La<br />

dosis media habitual es de 5 a 6 mg/día, ocasionalmente algunos pacientes necesitan dosis mayores a 6 mg/<br />

día, en dichos casos la dosis debería ser aumentada lentamente para evitar eventos adversos. Poblaciones<br />

especiales: En los ancianos y pacientes con enfermedades debilitantes, insuficiencia hepática, renal o<br />

respiratoria debe iniciarse el tratamiento con 0,5 mg/día, aumentando gradualmente la dosis según la<br />

respuesta individual y la tolerabilidad. Reducción de la dosis o discontinuación: Las reducciones de la<br />

medicación o la interrupción del tratamiento deben hacerse gradualmente, reduciendo la dosis diaria en no<br />

más de 0,5 mg cada 3 días. En algunos pacientes puede ser necesario hacerlo más lentamente aún. Pasaje<br />

de ALPLAX® a ALPLAX® XR: Los pacientes que actualmente están siendo tratados con dosis diarias divididas<br />

de ALPLAX® (por ejemplo 3 ó 4 veces al día), pueden pasar a ALPLAX® XR a la misma dosis diaria total,<br />

administrada una vez al día. CONTRAINDICACIONES: Hipersensibilidad conocida a ALPLAX® u otras<br />

benzodiazepinas o a cualquiera de los componentes de la formulación. Glaucoma de ángulo cerrado. Puede<br />

usarse en los pacientes con glaucoma de ángulo abierto que reciben el tratamiento adecuado. Tratamiento<br />

concomitante con itraconazol y ketoconazol. Miastenia gravis. ADVERTENCIAS: Evaluar la ecuación riesgobeneficio<br />

del tratamiento en los casos de: hipoalbuminemia, enfermedades orgánico-cerebrales, enfermedad<br />

pulmonar obstructiva crónica, apnea del sueño, antecedentes de abuso de sustancias que actúan sobre el<br />

SNC. Pacientes con antecedente de convulsiones o epilepsia, no deben discontinuar el tratamiento<br />

abruptamente. Debido a sus efectos depresores sobre el SNC, los pacientes tratados con alprazolam deben<br />

ser prevenidos de participar en áreas de riesgo o actividades que requieren un alerta mental completa, como<br />

operar maquinarias o manejar vehículos, e ingerir alcohol. Las personas adictas al alcohol u otras drogas<br />

deben ser observadas cuidadosamente cuando reciben alprazolam u otros psicotrópicos. El alprazolam no es<br />

efectivo como sustituto de los neurolépticos. Dependencia psicológica y física: La dependencia psicológica es<br />

un riesgo potencial de las benzodiazepinas, incluido el alprazolam. Este riesgo puede incrementarse si las<br />

dosis superan los 4 mg/día y con el uso prolongado, y se incrementa aún más en individuos con antecedentes<br />

de abuso de drogas y/o alcohol. El riesgo de dependencia física al alprazolam, es más severo en pacientes<br />

tratados con dosis altas (más de 4 mg diarios) y por períodos de tiempo prolongados (8 a 12 semanas) que<br />

después de tratamientos de corta duración. Síntomas de abstinencia: Los síntomas observados luego de la<br />

discontinuación del tratamiento con alprazolam en monoterapia fueron: dificultad de la concentración,<br />

parestesias, movimientos anormales, embotamiento, calambres y sacudidas musculares, diarrea, náuseas,<br />

vómitos, trastornos de la visión, irritabilidad, disminución del apetito, pérdida de peso, incremento de la<br />

percepción sensorial y trastornos del olfato. Otros síntomas como ansiedad e insomnio, registrados con<br />

frecuencia, se pueden atribuir a la reaparición de la enfermedad, a un fenómeno de rebote o a la abstinencia.<br />

El riesgo de padecer crisis convulsivas puede ser incrementado con dosis superiores a los 4 mg/día. Ansiedad<br />

interdosis: En los pacientes con trastorno de pánico que reciben dosis de mantenimiento, puede desarrollarse<br />

ansiedad interdosis y ansiedad matutina, circunstancias que indican el desarrollo de tolerancia o la existencia<br />

de un intervalo prolongado entre las dosis. Ambos casos se atribuyen a que la dosis prescripta no es suficiente<br />

para mantener niveles plasmáticos por encima del rango necesario para prevenir síntomas de abstinencia,<br />

recaídas o rebote. En estas situaciones se recomienda acortar el intervalo interdosis o administrar alprazolam


de liberación controlada. PRECAUCIONES: Como con cualquier otro psicofármaco, se deben tener las mismas<br />

precauciones con el alprazolam cuando se lo administra a pacientes severamente deprimidos o en aquellos<br />

en los cuales pueden existir ideas o planes de suicidio. En los pacientes ancianos y debilitados, utilizar la<br />

menor dosis efectiva para evitar el desarrollo de ataxia o sedación excesiva. Precaución en los pacientes con<br />

compromiso de las funciones renal, hepática o pulmonar. Se informaron episodios de hipomanía y manía<br />

asociados con el uso de alprazolam en pacientes con depresión. El alprazolam tiene un débil efecto<br />

uricosúrico. Interacciones con otras drogas: Las benzodiazepinas potencian los efectos depresores sobre el<br />

SNC cuando se administran junto con psicotrópicos, anticonvulsivantes, antihistamínicos, alcohol y<br />

analgésicos opioides. Otras interacciones son con: imipramina, fluoxetina, propoxifeno, anticonceptivos<br />

orales, carbamazepina, nefazodona, fluvoxamina, cimetidina, diltiazem, disulfiram, isoniazida, antibióticos<br />

macrólidos como eritromicina y claritromicina y asimismo, el jugo de pomelo. Posible interacción con<br />

sertralina, paroxetina, ergotamina, amiodarona, nicardipina, nifedipina y ciclosporina. Interacciones con<br />

pruebas de laboratorio: Las benzodiazepinas pueden interferir con las pruebas de captación tiroidea,<br />

disminuyendo la captación de iodo radiactivo. Embarazo: Debe considerarse que los niños nacidos de madres<br />

que están recibiendo benzodiazepinas pueden sufrir riesgo de síndrome de abstinencia durante el periodo<br />

post-natal, flaccidez neonatal y trastornos respiratorios. Existe un aumento en el riesgo de malformaciones<br />

congénitas durante el primer trimestre del embarazo. Lactancia: Las mujeres que deben usar alprazolam no<br />

deben amamantar. Uso en pediatría: No han sido establecidas la seguridad y efectividad del uso de<br />

alprazolam en niños menores de 18 años. REACCIONES ADVERSAS: Los efectos colaterales de alprazolam<br />

suelen observarse generalmente al comienzo del tratamiento y habitualmente desaparecen durante el<br />

transcurso del mismo. Los más comunes fueron: somnolencia y embotamiento. Las reacciones adversas<br />

ocasionales (observadas entre un 1 y 10% de los casos) son: Trastornos cardiovasculares: palpitaciones/<br />

taquicardia. Trastornos del oído y laberínticos: vértigo. Órganos de los sentidos: visión borrosa. Trastornos<br />

gastrointestinales: diarrea, vómitos, dispepsia, dolor abdominal, boca seca, constipación, náuseas, dolor<br />

laringofaríngeo. Trastornos generales: malestar, debilidad, dolor toráxico. Trastornos músculo-esqueléticos y<br />

del tejido conectivo: dolor lumbar, calambres musculares, sacudidas musculares, artralgia, mialgia, dolor en<br />

los miembros. Trastornos del sistema nervioso: cefaleas, mareos, temblores, falta de atención, parestesias,<br />

diskinesias, hipoestesias, hipersomnia. Trastornos psiquiátricos: irritabilidad, insomnio, nerviosismo,<br />

sensación de irrealidad, aumento de la libido, agitación, despersonalización, pesadillas, depresión,<br />

desorientación, confusión, ansiedad. Trastornos renales y urinarios: dificultades en la micción. Trastornos<br />

respiratorios, toráxicos y mediastinales: congestión nasal, hiperventilación, disnea, rinitis alérgica. Trastornos<br />

de la piel y tejido subcutáneo: aumento de la sudoración, prurito. PRESENTACIONES: ALPLAX® 0,25-0,50-1:<br />

envases con 30 y 60 comprimidos ranurados. ALPLAX® 2: envases con 30 y 60 comprimidos multirranurados.<br />

ALPLAX® XR 0,50-1-2: envases con 20 comprimidos de liberación controlada. GADOR S.A. Darwin 429 -<br />

C1414CUI - Buenos Aires - Tel: (011) 4858-9000. Para mayor información, leer el prospecto interior del<br />

envase o consultar en www.gador.com.ar. Fecha de última revisión: Ago-2007.

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