Almacigo
Compilado de poemas inéditos de Gabriela Mistral editado por la Corporación Patrimonio Cultural de Chile
Compilado de poemas inéditos de Gabriela Mistral editado por la Corporación Patrimonio Cultural de Chile
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90 Almácigo G Po e m a s In é d i t o s d e Ga b r i e l a Mi s t ra l G Jugarretas 91
Niñ a nu e v a
Nom b r e az t e c a
Un ri t m o
Novedad verdadera
y albricia brava,
hay una niña viva
que ayer no estaba.
Enrollada estaría
o encuclillada.
Pero en faldas ni brazo
se columpiaba.
No estaba en el granero
con la harinada
ni saltó de las cajas
claveteadas.
Estaban las Antonias
y las Preciadas
y las Marías.
Ella no estaba.
Háganse guiños
y digan bufonada.
Ayer ninguna
niña aquí lloraba.
Nombre de pueblo, iba a decirte
y se me fue por filo de aire.
La historia queda avergonzada
si no me vuelve su nombre,
truco de lengua y duende de aire.
Me cosquillea como un agua,
niño jugando de pillarme.
Es nombre lindo como espejo
y es nombre azteca que yo reía.
Trae y se lleva lo que trae,
si me lo creo escurridizo
yo me lo cojo como un jade.
Me cosquillea por la boca,
y me resbala su donaire.
Casi lo tengo; tapa mi boca
y me lo tomas como el aire.
Pichón cogido, albricias mías:
¡Tlequepaque, Tlequepaque!
Un ritmo puro me persigue
esté dormida, esté despierta.
Un ritmo grave que es ligero
como el metal de la saeta.
Cuando converso me perturba,
cuando camino me gobierna
y cuando duermo toma tierno
estas potencias de mis venas.
En luz rasgada o en la pulpa
de toda noche de caverna
hermanos míos nunca tocan
así mi flanco y mi cabeza.
Un ritmo grave que es ligero
de mi espíritu coge presa
y afila terco como daga
o como un aire me aligera.
Entre las gentes me separa
y en soledades se me estrecha
tanto como mi madre al pecho
que si me falta me muriera.
Si como un préstamo lo dieron,
del donador su cara vea.
Y si mi sangre lo tenía,
era mi sangre mina ciega.
Nadie lo ve que va conmigo
que me converse y que me tenga
y nadie sabe de los míos
que me posea y que me envuelva.
Voy a morirme con su mando
y su dulzura que gobierna
y yo sabré si me acompaña
o se rezaga por la Tierra.
Un ritmo casi criatura
casi demiurgo y potencia,
me purifica y me devasta,
me da la paz y me da guerra.
En el silencio de los pinos
o sobre dunas de mi siesta,
maja mi cuerpo como torno,
y me desgarra como fiera.
A esta aparecida,
a esta mandada
no ha visto entrar ninguno
por la majada.
Saltó de un agua que triscaba
o de las cifras de la Tierra
y ahora incansable me camina
por los hondones de las venas.
No es un Arcángel ni un demonio,
nunca su forma contornea.
Pero sin cara me domina.
Disparate de niña
descoyuntada
que en los brazos se dobla
de desgonzada.
Que en la luz viva corra viva
o que en tristeza me disuelva.
Niña nuevita,
así estrenada.
Niña “suelta de talle,”
niña arribada.