Almacigo
Compilado de poemas inéditos de Gabriela Mistral editado por la Corporación Patrimonio Cultural de Chile
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180 Almácigo ✸ Po e m a s In é d i t o s d e Ga b r i e l a Mi s t ra l ✸ Nocturnos 181
Noc t u r n o
Cit a no c t u r n a II
Dime tú si me amaste en el mundo
un momento en la tierra y la luz.
Un momento. Abraham el injusto
amó a Agar en la noche de Ur,
cuando el cuerpo sombrío se hizo
de la tierra, la oscura virtud.
Un momento la lengua del tigre
lamió a la hembra de su juventud.
No hay temblor en la noche de estrellas.
Paladea su beatitud.
Se escucha de Cristo la sangre
gota a gota caer de la Cruz.
El resuello del mundo se calla
como el siervo de su gratitud
yo oigo más que la fija serpiente
más que el Árbol y el Ángel aun.
Vivo ahora entre los gentiles,
donde albean Sidón y Tiro.
Muertos míos, bosque copioso:
que ya es la hora de estar conmigo.
También hoy entrad por mi casa:
caed a las puertas y al pecho mío
y allegaos y abrigadme
y llegad sin noche y sin calofrío.
Otra vez por ladrillo y leño
circulareis tan sorprendidos
de volver a oír el viento
y la noche desaprendidos.
No lleguéis los que venís
como venados furtivos
con tientos, pudores y miedos
de azorar puertas y lirios.
Ni os deslicéis por el muro
en peces asustadizos
con el contorno resbalado
y estos colores blanquecinos:
mi casa está más vacía
que cisterna y que odre de vino.
Todos estamos y parecemos
amontonamiento de olivos,
vosotros olivos suspensos,
yo olivo a piedra sometido.
Me miráis con el asombro
del arribado para el cautivo
y yo tengo vergüenza viendo
mi piedra dura, mi oscuro limo.
No tengo frío, no tengo,
olivos juntos y mecidos,
olivar denso y cerrado.
Ya no tirito, ya no me abrigan
los mil ramos entretejidos
para decir: ¡Aleluya!
y llamar a Cristo y tener a Cristo...
Ya puedo adorar y cantar,
ver a Emanuel y palpar al huído
como si esto fuese Sión
y no fuese el país de Egipto.