Emilio Jéquier, la construcción de un patrimonio
En el marco de las celebraciones de su 140° aniversario, el Museo Nacional de Bellas Artes, con el auspicio de LarrainVial y el patrocinio de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, se impulsó la edición del libro Emilio Jéquier: la construcción de un patrimonio, que rescata por primera vez la obra, la figura y el pensamiento del autor del edificio en el cual se emplaza este Museo, el Palacio de Bellas Artes, inaugurado en 1880.
En el marco de las celebraciones de su 140° aniversario, el Museo Nacional de Bellas Artes, con el auspicio de LarrainVial y el patrocinio de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, se impulsó la edición del libro Emilio Jéquier: la construcción de un patrimonio, que rescata por primera vez la obra, la figura y el pensamiento del autor del edificio en el cual se emplaza este Museo, el Palacio de Bellas Artes, inaugurado en 1880.
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«Me parece que no somos felices» es la frase que,
a modo de diagnóstico, articula el largo y detenido
examen de Mac-Iver, que añade «se nota un
malestar que no es de cierta clase de personas ni de
ciertas regiones del país, sino de todo el país y de
la generalidad de los que lo habitan […] El presente
no es satisfactorio y el porvenir aparece entre
sombras que producen la intranquilidad».11 A pesar
de todo, concluía con un «tengo fe en los destinos
de mi país y confío en que las virtudes públicas
que lo engrandecieron volverán a brillar con su
antiguo esplendor».12 Así, entre contradicciones,
se inició el camino al Centenario, con sus debates
y polémicas sobre los programas de celebración y
la ineludible dimensión de balance que se asoció
a esa fecha.13 Desde ese discurso de Mac-Iver se
presentaron numerosas reflexiones sobre Chile
y los chilenos que incluían textos como Raza
chilena, de Nicolas Palacios, o el más tardío Nuestra
inferioridad económica, de Francisco Antonio
Encina, incluyéndose en la producción intelectual
de esos años en que Jéquier ganaba concursos y
trabajaba en las obras para celebrar los cien años
de la República, publicaciones de Alberto Cabero,
Tancredo Pinochet o Guillermo Subercaseaux.
Destacan entre las obras que se escribieron con
ocasión del Centenario, el conjunto de cartas
dirigidas al presidente Montt por el profesor
Alejandro Venegas que, con el seudónimo de Doctor.
J. Valdés Canje, publicó con el título de Sinceridad.
Chile íntimo en 1910. Se trata de un intenso alegato
sobre las desigualdades y males de la orgullosa
República de Chile, cuestionando las celebraciones
del Centenario. En 1910, el dirigente socialista Luis
Emilio Recabarren pronunció su discurso Ricos y
pobres a través de un siglo de vida republicana, en el
que planteaba que los pobres no tenían nada que
celebrar a los cien años de la Independencia.
Los cuestionamientos llegaron incluso a los
programas oficiales de celebración que por
momentos parecieron peligrar. Finalmente, el
great will shine again with their ancient splendour”.12
Thus, between lights and shades, the road to the
centenary began with its debates and controversies
about the programs of celebration and the unavoidable
dimension of examination associated with that
date.13 After Mac-Iver’s speech numerous reflections
on Chile and Chileans arose which included texts
as Raza Chilena (Chilean Race) by Nicolás Palacios
and Nuestra inferioridad económica (Our economic
inferiority) by Francisco Antonio Encina, including
also in the intellectual production of those years in
which Jéquier gained contests and was employed at the
works to celebrate the centenary of the Republic, essays
of Alberto Cabero, Tancredo Pinochet or Guillermo
Subercaseaux. Noteworthy among them, is the set
of letters written to President Montt by Alejandro
Venegas who, under the pseudonym Dr. J. Valdés Canje,
published as Sincerity. Chile íntimo en 1910 (Intimate
Chile in 1910) an intense allegation on the inequities
and evils of the proud Republic of Chile questioning
the Centenary Celebrations. In 1910, the socialist leader
Luis Emilio Recabarren gave a speech entitled Ricos
y pobres a través de un siglo de vida republicana (Rich
and Poor across a century of republican life) wherein
he affirmed that the poor did not have anything to
celebrate after a hundred years of the Independence.
Such questions were raised even at the official
celebration programs which at moments seemed
endangered. Finally, the anniversary would remain
marked by the development of the monumental
initiatives that involve Jéquier directly. It was not an
easy road, but by September 1910, the results of some
of these projects were already seen.14 Undoubtedly, the
Museum of Fine Arts – work that won the competition
in 1902 –, is Jéquier’s most important contribution to
Chilean architecture. But his other significant buildings
also join in the climate of celebration of the Centenary,
as the Courts of Justice – where he collaborated with
Emilio Doyère – and the Mapocho Station which
12 Ibid. Pp. 48-49
11 Ibid. pp. 39-40.
12 Ibid. pp. 48-49.
13 Véase Gazmuri, C. (2001). El Chile del Centenario, los ensayistas
de la crisis. Instituto de Historia de la Pontificia Universidad
Católica de Chile.
13 Cf. Gazmuri, C. (2001). El Chile del centenario, los ensayistas de la
crisis. Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica
de Chile.
14 For a detailed presentation of the controversies and the
Centenary Celebrations’ displays, see Reyes, S. (2004). Chile en
1010. Una mirada cultural en su Centenario. Ed. Sudamericana
Claudio Rolle Cruz
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