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Emilio Jéquier, la construcción de un patrimonio

En el marco de las celebraciones de su 140° aniversario, el Museo Nacional de Bellas Artes, con el auspicio de LarrainVial y el patrocinio de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, se impulsó la edición del libro Emilio Jéquier: la construcción de un patrimonio, que rescata por primera vez la obra, la figura y el pensamiento del autor del edificio en el cual se emplaza este Museo, el Palacio de Bellas Artes, inaugurado en 1880.

En el marco de las celebraciones de su 140° aniversario, el Museo Nacional de Bellas Artes, con el auspicio de LarrainVial y el patrocinio de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, se impulsó la edición del libro Emilio Jéquier: la construcción de un patrimonio, que rescata por primera vez la obra, la figura y el pensamiento del autor del edificio en el cual se emplaza este Museo, el Palacio de Bellas Artes, inaugurado en 1880.

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Recordemos desde ya la profecía con que Auguste

Choisy concluye su gran historia de la arquitectura,

publicada por primera vez en 1899, uno de los libros

franceses de arquitectura más influyentes del siglo XX.

Para Choisy, la sala de lectura de la Biblioteca Nacional

diseñada por Henri Labrouste y terminada en 1875, y que

es sin duda uno de los mayores logros monumentales

parisinos de la época, corresponde a un anuncio de los

nuevos tiempos:

En una envoltura de mampostería, que protege el interior

de los vaivenes de la temperatura, se aloja un anclaje

cuyos enlaces con la envoltura le permiten al metal una

libre dilatación y sobre este anclaje se apoya un esqueleto

de hierro que soporta tres hileras de tres cúpulas con

revestimiento adornado. No solo las formas: los efectos de

color también son apropiados. A partir de ahora el nuevo

sistema de proporción ha salido a la luz; uno en que las

leyes armónicas solo serán las de la estabilidad. El camino

está abierto…1

A los ojos del ingeniero-historiador, los cuerpos

edificados que rodean la sala principal y albergan en

diferentes pisos los depósitos de libros y las oficinas, son

solo una simple «envoltura», por mucho que sean reales

y sólidos. Para Choisy, su masa no se justificaría ni por

el uso ni por razones estructurales ni por la apariencia

de sus fachadas clásicas en el espacio público, sino que

por una hipotética protección de la biblioteca contra

los cambios de temperatura. Sin querer ahondar en esta

curiosa cualidad climática, recordemos que para este

autor, la historia de la arquitectura está dominada por la

historia de las estructuras y, en particular, por la de las

bóvedas y las grandes etapas de su evolución. Durante

este proceso aumenta progresivamente el rendimiento

de las estructuras y disminuye la cantidad de materia

utilizada, de la pesantez extrema en el Egipto antiguo a la

esbeltez del periodo gótico.

Desde su punto de vista, el desarrollo del metal

permitió el inicio de una nueva etapa, un nuevo orden

de finas columnas de hierro fundido, clásicas en los

detalles, pero muy esbeltas, como las estructuras

filiformes de las pinturas murales que Labrouste y sus

condiscípulos reprodujeron de jóvenes en Pompeya.

Let us now remember the prophecy with which

Auguste Choisy concludes his great history of

architecture, first published in 1899, one of the most

influential French architecture books of the 20th

century. For Choisy, the reading room of the National

Library designed by Henri Labrouste and completed

in 1875, which is undoubtedly one of the greatest

Parisian monumental achievements of the time, is a

proclamation of the new times:

In a masonry envelope, which protects the interior from

the fluctuations of temperature, rests an anchor whose

bonds with the envelope allow the metal a free expansion

and this anchor supports an iron skeleton that supports

three rows of three domes with a plaster ceiling. Not just

the forms, the colour effects are also appropriate. From

now on the new ratio system has come to light; one in

which the harmonic laws will only be those of stability.

The way is open...1

In the eyes of the historian-engineer the built bodies

that surround the main hall and house the book

depository and offices on different floors are just a

simple “envelope”, no matter how real and solid they

are. For Choisy, its mass was not justified neither by

use nor by structural reasons nor by the appearance

of its classical façades in the public space, but rather

by a hypothetical protection of the library against

temperature changes. Without wanting to delve into

this curious climatic quality, let us remember that for

this author the history of architecture is dominated

by the history of structures and, in particular, by

that of vaults and the great stages of their evolution.

During this process, the performance of the structures

progressively increases and the amount of material

used decreases, from the extreme heaviness in ancient

Egypt to the slenderness of the Gothic period.

From his point of view the development of metal

allowed the beginning of a new stage, a new order

of fine cast iron columns, classical in detail but very

slender, like the filiform structures of the wall paintings

that Labrouste and his classmates reproduced as

youngsters in Pompeii. At the time, the contrast

between this new lightness of the roof and the

1 Auguste Choisy. Histoire de l’architecture. Gauthiers-Villars,

t. 2, p. 764.

1 Auguste Choisy. Histoire de l’architecture. Paris, Gauthiers-Villars,

t. 2, p. 764.

Jean-Philippe Garric

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