Emilio Jéquier, la construcción de un patrimonio
En el marco de las celebraciones de su 140° aniversario, el Museo Nacional de Bellas Artes, con el auspicio de LarrainVial y el patrocinio de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, se impulsó la edición del libro Emilio Jéquier: la construcción de un patrimonio, que rescata por primera vez la obra, la figura y el pensamiento del autor del edificio en el cual se emplaza este Museo, el Palacio de Bellas Artes, inaugurado en 1880.
En el marco de las celebraciones de su 140° aniversario, el Museo Nacional de Bellas Artes, con el auspicio de LarrainVial y el patrocinio de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, se impulsó la edición del libro Emilio Jéquier: la construcción de un patrimonio, que rescata por primera vez la obra, la figura y el pensamiento del autor del edificio en el cual se emplaza este Museo, el Palacio de Bellas Artes, inaugurado en 1880.
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Ministerio de Industria y Obras Públicas. Este edificio
es uno de los primeros realizados por Jéquier como
funcionario del Ministerio de Industria y Obras Públicas.
Esta construcción consolidó la forma de la manzana
aportándole mayor altura. El edificio fue demolido para
dar paso a uno de lenguaje más moderno, destinado a
albergar al mismo ministerio. Fotografía de Enrique Mora.
Archivo Cenfoto-UDP.
Ministry of Industry and Public Works. This building is one
of the first built by Jéquier as a clerk of the Ministry of
Industry and Public Works. This building consolidated
the form of the block, giving it a new and greater height.
The building was demolished to make way for a modern
building intended to house the same ministry. Photo by
Enrique Mora. Cenfoto-UDP Archive.
En ese lapso, se perfeccionó como arquitecto
colaborando con Emilio Doyère, quien lo aventajaba
en edad y en experiencia. En segundo lugar, el periodo
definido por su paso por el Ministerio de Industria y
Obras Públicas, cuando ya imperaba un nuevo régimen
político en el país, que sería decisivo para consolidar
su carrera profesional. En esa repartición, Jéquier
asumió el desafío de construir el edificio institucional,
además del edificio para el Instituto de Higiene. Estas
obras fueron resueltas con gran solvencia profesional,
lo que le permitió ganar en reconocimiento y le abrió
las puertas a nuevos y más significativos encargos. Esta
segunda etapa se vería coronada por su triunfo en el
concurso de arquitectura, auspiciado por el mismo
ministerio, para el Museo de Bellas Artes, que sería
símbolo de las celebraciones del Centenario. A partir de
entonces, y en torno a estos festejos, Jéquier desarrollará
grandes e importantes proyectos, como las estaciones
Mapocho y Pirque, por nombrar solo dos de sus obras
más significativas de este periodo. Finalmente, el tercero,
lo podríamos fijar entre las conmemoraciones del
Centenario y su regreso a Francia, en 1920. Retorno
motivado, probablemente, tanto por las esperanzadoras
expectativas surgidas en Europa al finalizar la Gran
Guerra, como por la declinación de la economía chilena
producto de la sustitución del salitre. Este último
lapso estaría marcado por los encargos privados, tanto
residenciales como institucionales, en el que destacan el
edificio de la Bolsa de Comercio, el Palacio Universitario
o Casa Central de la Universidad Católica, el Hospital de
niños Manuel Arriarán y su participación, junto a Emilio
Doyère, en el proyecto de los Tribunales de Justicia. A
todo lo anterior, se deben agregar diversos proyectos
realizados fuera de Santiago, algunos solo atribuidos,
como el Mercado del Cardonal y el nuevo Teatro Victoria
to and of which we do not know much, which spans
from his arrival to the country up to the end of the
century. In this period he perfected himself as an
architect, collaborating with Emilio Doyère, who
was his senior both in age and experience. Secondly,
when a new political regime was already in place, the
period in which he worked at the Ministry of Industry
and Public Works, one which would be crucial in
consolidating his career. During this period Jéquier
took on the challenge of constructing the institutional
building in addition to that of the Institute of Hygiene.
These works were carried out with great professional
competence which allowed him to gain recognition
and new significant commissions. This second stage
was crowned by his victory in the architecture
competition, organized by the same Ministry, for the
Museum of Fine Arts, which would become a symbol
of the centenary celebrations. From then on, and in
the context of these celebrations, Jéquier developed
large and important projects such as the Mapocho
and Pirque railway stations, to mention just two of
his most significant works during this period. Finally,
the third period, which we could place between the
centenary celebrations and his return to France in
1919 – a departure that was probably driven by the
encouraging expectations which had arisen in Europe
after the end of the Great War as well as by the decline
of Chilean economy owing to the obsolescence
of saltpetre. This final period is marked by private
commissions, both residential and institutional: the
Stock Exchange building, the Catholic University’s
Palace, the Manuel Arriarán Children’s Hospital and
Jéquier’s participation along with Emilio Doyère in the
project of the Courts of Justice. In addition, diverse
projects in the provinces, some merely attributed to
LOS JÉQUIER DE JÉQUIER ∙ THE JÉQUIERS OF JÉQUIER
143