DESDE MI VITRINA DE CRISTAL, de Jaime Cannobbio, TOMO 6

HISTORIA DE LA PRIMERA COMPAÑÍA DEL CUERPO DE BOMBEROS DE SANTIAGO
Casino
Hay un acápite poco tratado en las Memorias, es el Casino de la Compañía. Pienso es de absoluta necesidad
referirse brevemente a él, ya que es allí donde nace, en sus cachos y juegos, almuerzos y cocktail, comidas,
jueves sociales, etc. la sal de la vida de esta casa. Brotan coplas con la talla liviana y oportuna, ágil, despierta
y con la rima precisa. Una vez cantadas, generalmente se las lleva Juan Enrique Infante Phillippi, para
pasarlas a máquina y devolverlas después con el fin de tener un archivo de ellas. No creo que nadie haya
vuelto a ver, ni copia, ni original, ni archivo, ni nada.
Hay personajes que tienen, igual que sus cachos, sus asientos: Pachicho, nuestro sin igual Alberto Serrano
Valdés, que viene a reposar aquí el almuerzo, especialmente el que se sirvió en el Club de la Unión, pero que
con sus geniales y socarronas intervenciones nos hace gozar a dos con sus historias. El tío Rafa, Rafael
Andrews Sánchez, de gran fuerza física y sonrisa permanente, a las tres de la mañana se distingue por su
manejo y su cálido declive. Andrés Vicuña Montes, de singular expresión, temas inagotables y horarios sin
términos, une la calma de su ser a la noche de su bohemia, ya que le pide horas prestadas al día, para retribuir
las que le robó a la noche. Zorricueta, Patricio Swinburn Rodríguez, que tiene el arte único de pistolearlos y
gozarlos a todos con su fina ironía, digna de todo un zorro. Jaime Fernández Gándara, el excelente Ministro
de Relaciones entre la 4ª de Viña y la Primera, que, con sus fraternales abrazos, transmite el calor de su sana
y noble amistad. Patricio Cannobbio Salas, de las fantásticas historias y las iniciativas de apoyo a los
Oficiales, hace rodar el jolgorio y la alegría. Fernando Bruce Gabler, que con su perenne grito de guerra ¡Se
nos vienen! ¡Se nos vienen! se rasca rubicundo la cabeza, convencido que nos ha pasado cualquier gol.
Quedan tantos, cada uno con su sin igual modo de ser, que sería interminable nombrarlos. Estos jueves
sociales cuentan casi siempre con la grata compañía del Director, del Superintendente, de los Inspectores, de
los Guardianes, en fin, de todos quienes vienen a practicar la amistad, la convivencia, la risa y la alegría, que
hace del Uno algo que abarca todos los ángulos de nuestra existencia.
Hemos sido atendidos por don Tito, la señora Raquel, y la gentil Sonia, que con la concesión hacen más
llevadera y acogedora nuestra vida de Cuartel.
Conclusiones
Debido a la importancia de tan significativo aniversario se ha extendido más de lo prudente, por lo que ruego
me ayuden estos últimos momentos, a oír este grito que se eleva en la emoción de recordar tantos hechos
acaecidos hasta el mismo día de hoy.
Es obligación moral reconocer a los señores voluntarios que la sabiduría que ha inspirado vuestra acción en el
curso de todo este tiempo, ha dejado escrita, como una madeja vibradora y pasional, un algo inesperado en la
dinámica de nuestras existencias y eso se ha tejido en tres ovillos.
Uno ha surgido del revolucionario accionar de las nuevas generaciones Primerinas, que han llegado con
renovados bríos a reemplazar los cansados nuestros, ahora en búsqueda de un justificado descanso. Con
inmensa tranquilidad estamos viendo una juventud segura de lo que quiere y lo que está viviendo,
responsable, estudiosa, respetuosa, activa y sacrificada, que nos asegura la continuidad de nuestras
tradiciones y la permanente grandeza de ese Uno eterno y brillante que nos guiará en el sacrificado camino
del servicio, para lo que mantendrá siempre las luminosas ilusiones bomberiles.
Así como los vientos moviéndose dispersos, como montados en corceles bulliciosos y contentos, así veo
también a estos jóvenes, traernos los goces de la vida en sus vibraciones de constante actuar y que se
desplazan por los horizontes de nuestros Cuarteles para ponerlos a disposición de la ciudad. Esto crea una
sensación dulce que embriaga hasta a la Mapocho, que alerta nos espera para lucirse y lucirlos, y que me
mueve a rendir aquí un homenaje a la juventud de mi Compañía.
Otro ha surgido en plena acción aún, más con lógicos cansancios y preocupaciones mayores, este otro ovillo
es la línea media, formada por los honorarios que están en plena juventud, otros ya no tanto y muchos en la
TOMO 6 - 1987 A 2000 83