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DESDE MI VITRINA DE CRISTAL, de Jaime Cannobbio, TOMO 6

Libro editado con por la Corporación Patrimonio Cultural de Chile con el apoyo de GTD y la Ley de Donaciones Culturales. Son seis tomos que narran la historia de la Primera Compañía de Bomberos de Santiago, la cual se basa en relatos desde los Libros Diario de Oficiales, las Actas de Sesiones de Compañía, las Memorias y algunos libros del Cuerpo y principalmente de aquellos escritos por destacados Primerinos.

Libro editado con por la Corporación Patrimonio Cultural de Chile con el apoyo de GTD y la Ley de Donaciones Culturales. Son seis tomos que narran la historia de la Primera Compañía de Bomberos de Santiago, la cual se basa en relatos desde los Libros Diario de Oficiales, las Actas de Sesiones de Compañía, las Memorias y algunos libros del Cuerpo y principalmente de aquellos escritos por destacados Primerinos.

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HISTORIA DE LA PRIMERA COMPAÑÍA DEL CUERPO DE BOMBEROS DE SANTIAGO

Anteriormente en el año 1984 ya se habían reemplazado las de la 9ª y 11ª Compañías por los mismos

motivos.

El entonces 3º Comandante, don Alejandro Artigas junto con una comisión técnica definieron las bases de las

futuras máquinas y por otra parte la comisión financiera compuesta por el Superintendente don Arturo Grez

M.

El Comandante de acuerdo a las alternativas que se le ofrecieron optó por la ofrecida por la marca Magirus,

quien técnicamente respondía con todas las bases exigidas por los requerimientos de las tres Compañías.

Económicamente, las presiones de la Junta Nacional, quien financiaba una de las tres Bombas, inducían a que

la elección fuese la marca Camiva, la cual era la masivamente comprada por esa entidad a todos los Cuerpos

del país, pero que no respondían a los requerimientos de Santiago. Costó mucho revertir esta postura, mas, se

siguió adelante y se cursó la orden de compra y emitió la carta de crédito bancaria correspondiente a favor de

Magirus.

Transcurrido el plazo de entrega planteado por el fabricante, se solicitó una prórroga por la entrega de las

Bombas. Tres meses después se repite la solicitud y la comisión económica no aceptó los términos y

condiciones dado el costo que esto representaba para el Cuerpo, con los bancos emisores de la carta de

crédito.

Llegan al país desde Alemania representantes de la marca solicitando mayores prorrogas, términos y

condiciones que iban mucho más allá de lo planteado originalmente, y nuestro Superintendente, cuyo genio

conocimos y su respeto por los compromisos contraídos y la rectitud en todo su accionar dejó las

negociaciones en foja cero. Había que iniciar el proceso técnico de selección nuevamente.

Esto fue como un caramelo para la Junta Nacional quien hizo ver el error incurrido al elegir a un proveedor

no confiable, y dejando de lado la opción Camiva.

Coincidió en esas instancias la visita de nuestro ya, en este caso 2º Comandante, don Alejandro Artigas en

visita en Nueva York por asuntos profesionales, aceptar la invitación de los representantes en Chile de los

fabricantes de Bombas, camiones y otros, marca Grumman, quienes presentaron sus Bombas, características

de construcción y especiaciones técnicas.

Traída esta información a Chile y presentada a la comisión técnica, se llegó a consenso y optó por esta

alternativa, la cual, incluso económicamente era mejor que la anterior.

Se cursaron las órdenes de compra, y las características que solicitaron las diferentes Compañías para sus

propias Bombas, enviándolas prontamente a fabrica.

Transcurría ya el año 1987 y nuestro voluntario don Alejandro Artigas ocupaba el cargo de Comandante del

Cuerpo y concurre a la fábrica Grumman para conocer en terreno los avances de producción de las Bombas,

llevando los pintones de colores, ubicaciones de la distribución interior de cada bomba y otros aspectos

técnicos menores.

En Santiago, las negociaciones de nuestro Superintendente don Arturo Grez no podían ser mejores. Se

convenció a la Junta Nacional la conveniencia que tenían estas tres Bombas americanas, respecto de la

alternativa por ellos planteada y se logra que financien un tercio de los costos de las Bombas.

El compromiso de entrega era en el mes de Mayo de 1988 y todo hacia presumir que así sería.

TOMO 6 - 1987 A 2000 79

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