DESDE MI VITRINA DE CRISTAL, de Jaime Cannobbio, TOMO 6

HISTORIA DE LA PRIMERA COMPAÑÍA DEL CUERPO DE BOMBEROS DE SANTIAGO
Presentación película “Adiós Berliet”
Luego la Compañía se dirigió al segundo piso para comer algunas empanadas acompañadas por una copa de
vino. En un momento el Capitán agrupó a la Compañía en el comedor para ver una muy buena y emotiva
película de despedida de la Bomba Berliet. Esta película había sido realizada por el Inspector de
Telecomunicaciones don Jaime Cannobbio en conjunto con nuestro Capitán don Francisco Crespo. La
película fue muy emotiva pues recordó hechos de gran importancia en que participó o estuvo presente la
Berliet, nuestra bomba que se va. Todos los presentes se emocionaron mucho y al terminar de verla gritamos
un hondo y emocionado P.R.I. (Esta película se puede ver en la Carpeta de Archivos Complementarios con
el nombre "1988 Adiós Berliet").
16 de Agosto
Incendio Av. La Paz y Artesanos
A las 6.24 hrs. se declara un incendio de proporciones en una serie de locales comerciales que ardían
violentamente en una antigua edificación de dos pisos. Al momento de llegar la Bomba Santiago tripulada
por la Guardia Nocturna se procedió a armar, como ya está siendo peculiar en la Primera, por la parte
posterior del edificio, ingresamos por un patio de la edificación contigua perteneciente al Servicio Nacional
de Salud donde se controlan las damas de algunas enfermedades non santas.
Se armaron tres pitones en el primer momento, los que fueron ubicados estratégicamente, logrando impedir el
avance del fuego.
Cada pitón al mando de un Guardián con su respectivo Ayudante de Pitonero, los que fueron avanzando poco
a poco. La armada inicial fue por el techo de la construcción del lado, para llegar así al segundo piso del
edificio en llamas. Todo esto ayudado por voluntarios de la 8ª Compañía, quienes tapizaron el camino con
diferentes escalas a fin de que pudieran pasar nuestras líneas de agua. Al cabo de dos horas de intenso trabajo
fue necesario bajar al primer piso, lo que se hizo armando dos pitones más y procediendo a deslizar el
material desde el techo al piso, para posteriormente deslizarse el personal por la tira. El trabajo realizado fue
agotador ya que, debido a la antigüedad de la construcción, debieron derrumbarse muros de adobes, los que al
caer producían estruendos pavorosos y un espectáculo dantesco de ruido y polvo, que los "chupes" no habían
tenido oportunidad de ver. Con este marco de visiones fantásticas, se aprovechó de hacer una clase práctica y
magistral, sobre los riesgos que presentan estas edificaciones, clase que los mencionados "chupes" siguieron
con atención, al mismo tiempo que trabajaban en la extinción del fuego.
Como viene siendo ya una costumbre en los incendios a los que asiste la Primera, debido a sus excelentes
armadas, el Comandante determinó que se retirara el Cuerpo alrededor de las 12.00 hrs. del día, quedando de
guardia la 1ª, 2ª y 8ª al mando de nuestro Capitán.
Como dato curioso y que no es común que se dé, el hecho de que durante las labores de remoción de
escombros comenzó a salir un humo negro y bastante violento de un edificio colindante, con el que
trabajábamos. Rápidamente el Oficial a cargo corrió a investigar constatando que ardía con gran furia la
cocina de un Departamento y que no tenía nada que ver con el incendio en cuestión. Se armaron 2 pitones
desde la 2ª Cía. que se encontraba más cerca, pero con el personal de la Primera logrando rápidamente
controlar el fuego e informar a la Central lo sucedido.
Una vez más, de no haber estado alerta nuestro personal y de no haber actuado con prontitud, tranquilidad y
eficacia, se habría producido otro incendio de grandes proporciones.
El Oficial a cargo dejó constancia a la Compañía, en los momentos de retirarse, los agradecimientos muy
sinceros y de la satisfacción que sentía por el trabajo realizado, el que se prolongó por más de 10 horas,
además de las innumerables atenciones que se recibieron por parte de pequeños locatarios que hicieron llegar
hasta donde se encontraba la máquina, sendos cajones de naranjas. Por supuesto que no faltó más de un
voluntario que lanzara por casualidad su naranjazo caído, a otro que se encontraba pintoneando, pero esto
nadie lo vio, y lo que no se ve, no se cuenta.
62 TOMO 6 - 1987 A 2000