DESDE MI VITRINA DE CRISTAL, de Jaime Cannobbio, TOMO 6

HISTORIA DE LA PRIMERA COMPAÑÍA DEL CUERPO DE BOMBEROS DE SANTIAGO
Por ejemplo, puedo decir que me tocó, como Instructor, asistir a un curso Técnico del Cuerpo que realizó en
esta Compañía y en esta misma sala que estamos hoy, y en aquella oportunidad vi a muchos Primerinos
participando del curso y finalmente aprobaron solo 2 voluntarios.
También cuando en el Día del Bombero se realiza una romería y solo asisten 11 voluntarios incluidos los
Oficiales, que por cierto deben asistir, y tantos otros ejemplos que ahora no recuerdo, son demostraciones
claras que no hemos recuperado lo que perdimos.
El tema no pasa por mejorar las dependencias del Cuartel, con una piscina o no tenerla o por la ubicación
geográfica que tenemos o no, que ingresen voluntarios o no ingresen. Si nos comparamos con otras
Compañías, como la Quinta, ellos tienen piscina, tienen muchísimos más voluntarios que nosotros, está
ubicada en el centro de Santiago igual que nosotros y quizás peor. Yo me pregunto ¿Cuál es la diferencia?
Lo que yo pienso es que tenemos a la Primera como una cuestión auxiliar, un hobby de segunda, le
dedicamos a la Compañía el tiempo que nos sobra y muchas veces el dinero a regaña dientes. Cuando el
Director o Capitán necesitan formar una comisión, cuando el Cuerpo organiza una campaña, cuando es
necesario elegir un Oficial, no estamos dispuestos a colaborar con ellos pues nuestro tiempo de sobra lo
limitamos.
El mejor Director de una Compañía no es capaz de echarla andar, el líder es quien puede hacerlo y ese es el
Capitán, y cuando necesitamos buscar un Capitán le exigimos ese liderazgo, un carisma, simpatía, situación
económica, etc, etc… ¿y qué aportamos nosotros?
El punto está en que estamos a años luz de lo que éramos antes y lo peor es que nos estamos acostumbrando a
estar del medio hacia abajo, nos conformamos con la mediocridad.
No queremos estar dispuestos a entregarle a la Compañía todo lo que ella nos entrega, hombres dispuestos a
servirla y que traspasen los muros de nuestro Cuartel, ya sea como Ayudantes o Inspectores Generales.
Tenemos 1 solo en circunstancias que antiguamente contábamos con no menos de 4 0 5 Oficiales de
Comandancia. Tenemos un solo Oficial General, como lo es el Tesorero General, en circunstancias que en
otras épocas llegamos a tener 3 o 4. La Quinta, nuestra Compañía que la miramos como rival en las
Competencias y que muchos nos comparamos con ella, tiene 3 Oficiales Generales como son el Secretario
General, el Intendente General y el 3º Comandante.
Necesitamos Capitanes que se proyecten y traspasen las barreras y puedan lucir cascos blancos. Tenemos que
reemplazar a nuestros viejos para transmitir lo que ellos nos han transmitido.
Lamentablemente estamos siendo lo que tienen muchas Compañías "que somos un muy buen edificio con
ventanas, puertas, pero vacías en el interior".
Termina el Director Honorario disculpándose por lo extenso, pero que considera muy importante lo que ha
dicho y que creyó que era la mejor oportunidad para decirlo, y que no sea tocar a los jóvenes, pues ellos
tienen el reglamento que los obliga a cumplir. Somos los viejos los que debemos ponernos al día y colaborar
con la Compañía y que no nos suceda que cuando tengamos que elegir un Capitán, no tenemos a quien elegir
porque la gente no está dispuesta a sacrificarse. Antiguamente cuando nos enfrentábamos a elecciones
teníamos una gama de 3 o 4 voluntarios dispuestos a asumir esta responsabilidad.
Me pregunto, ¿dónde están los lideres motivadores para estar en la pelea?
Invito muy de corazón a los de mi generación a que tomemos el compromiso de una vez por todas de estar
presente en esta escuela de civismo en donde se enseña a ser hombres leales, honestos, serviciales y de esta
forma traspasar a los jóvenes voluntarios estos valores que han sustentado a nuestra Compañía desde siempre.
TOMO 6 - 1987 A 2000 233