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Libro de Arte - Amapolas Vol. 1-3

Libro de Arte para adaptación espacio-temporal del guión cinematográfico "Rosas" de Vito Mantegna

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La pasión, la ambición y los deseos reprimidos se van

desarrollando en capas caóticas que estallan en medio de

un contexto hostil. Teniendo esto en mente, proponemos

una dirección de arte que muestre espacios que juegan a

ocultar y revelar. La Irlanda del Norte de inicios de los

70 pasa por un intenso conflicto civil de identidad, en

donde la violencia hace que la naturaleza de las personas

y sus deseos se vea rezagada a sus entornos privados. Lo

público entonces se reduce a ambientes precarios en donde

quedan grandes vacíos mediados por ambientes hostiles.

Las divisiones entre patriotas y unionistas, católicos y

protestantes, irlandeses y descendientes británicos, hace

que sea un entorno alto en contrastes chocantes que potencian

roles dentro de las jerarquías de cada personaje.

Esto se evidencia a nivel cultural, pues están aquellos

en hogares más clásicos y aquellos que adoptaron las tendencias

contraculturales de los años 70. Estas tendencias

contraculturales con íconos y fanatismos colocan a los

ladrones en el lado protestante, conservando el coleccionismo

típico inglés, a la vez permeado por el eclecticismo

cultural con símbolos punk, rock y de ocultismo, lo

cual implica una mayor teatralidad e irreverencia por

parte de estos personajes. Del lado católico-irlandés,

tenemos a aquellos quienes son la mafia señorial de los

invernaderos de amapolas, donde se cultivan las flores

rojas que funcionan como fachada para el cultivo de las

moradas, cuyo veneno es lo suficientemente fuerte para la

elaboración ilegal de opioides para calmar los miedos que

genera el conflicto, siendo esto el verdadero negocio del

invernadero. Esta división entre el rojo y el morado resulta

crucial para nuestra propuesta, y así partimos del

exterior como algo rígido e impersonal, pero que en lo

privado se intensifica con la intimidad que desvela los

símbolos y caras ocultas de lo que se ve a simple vista.



Donde se la soledad y la pasión están a flor de piel. Es donde vemos

a los personajes un estado vulnerable, desnudos ante sus realidades y

sus debilidades.

Dentro de la arquitectura, decidimos hacer énfasis especial en el ver

a través de una barrera. Por esta razón, hay un juego de transparencias

y opacidades vidriosas en ventanales que permiten ver, aunque no

por completo, un poco a través de ellos interiores y exteriores desde

lados opuestos. Estas arquitecturas dialogan con tonos verdes oscuros

y saturados, acompañados del cielo irlandés grisáceo.

En el interior de estos espacios, para las escenografías se utilizan

ampliamente elementos reflectivos. Son espacios donde los personajes

se quitan sus máscaras y revelan sus naturalezas. Así que para resaltar

lo privado, es importante considerar en estas escenas que las

luces siempre vienen de un punto externo a través de ventanas o, en

los espacios más precarios, de un agujero. Así también se insinúa que

el mundo externo permea el interno.

Decidimos diferenciar los invernaderos por el color de las amapolas

sembradas: existe uno ilegal con las moradas (las más tóxicas) y otro

legal con las rojas. Allí aparece también el arma homicida de Hugo,

por lo que decidimos pintar el mango de las tijeras asesinas con una

madera rojiza que conectará con el rojo de su muerte, al igual que la

amapola roja que Lía le regalará, marcándolo sin saberlo como su

víctima.


En el interior de la casa de

los invernaderos, definimos en

la sala un mobiliario circular

color rojo, aludiendo al

dilema de Lía que parece no

tener fin y debe ser roto de

una sola manera. La muerte

será lo único que puede romper

el círculo de locura.

Adicionalmente, al interior de

la casa aún hay ciertas apariencias

por mantener. Los

techos altos, los marcos de

ventanas y puertas en madera

rojiza y los detalles dorados

remiten a un espacio adinerado

y tradicional para esta familia

católica.

Ahora bien, los espacios privados

de Lía, su habitación y

el baño revelan su verdadero

color: el morado de la toxicidad

máxima y la entrega a su

locura e impulsividad. Es por

esto que dentro de su habitación

involucramos juguetes sexuales de dominación, como lo es el

strap-on junto a un brasier disruptivo negro con estampado de leopardo

que se asoma por un cajón del tocador. Elementos de utilería que

juntos revelan la situación que desnuda y desequilibra a Lía. Un amor

obsesivo y el deseo latente de entregarse a sus impulsos.

Integramos también otro nuevo elemento para Lía: el pastillero. Consideramos

que, al tratarse de un personaje tan inestable e impulsivo,

podría estar involucrado con el consumo de opioides fabricados en su

propio invernadero como calmantes. Para su diseño integramos un patrón

de rombos grabado en la tapa, el mismo de la licorera de bolsillo de

Hugo, simbolizando su relación de dependencia con las sustancias, de

parentesco y similitud dentro de su hilo de amor-odio precedido por la

condición de Lía y el rechazo de la misma por su padre.

Paralelos a Lía, en los espacios de Martín recobramos lo vidrioso en

un espejo que lo enmarca y lo confronta con su realidad. La utilería

es excesiva y caótica, representando el agobio frente a su enfermedad

que retorna y vuelve a cobrar vida. Las pelucas, los accesorios de

plumas y maquillajes a un lado aluden a su desnudez y vulnerabilidad

dentro de un espacio cálido (lo que lo divide del frío catolicismo),

industrial y un poco apocalíptico, pero donde lo acoge el calor de una

familia por la que se considera mártir.


EXT. - INVERNADERO LEGAL

INT. - INVERNADERO LEGAL


EXT. - INVERNADERO ILEGAL

INT. - INVERNADERO ILEGAL


INT. - SALA EN CASA DE LOS INVERNADEROS

INT. - COCINA EN CASA DE LOS INVERNADEROS


EXT. - BAÑO DE LÍA EN CASA DE LOS INVERNADEROS

INT. - CUARTO DE LÍA EN CASA DE LOS INVERNADEROS


INT. - APARTAMENTO DE EMILIO EN FÁBRICA ABANDONADA

INT. - HABITACIÓN DE MARTÍN EN COMUNA DE LOS LADRONES


INT. - CUARTO DE LÍA EN CASA DE LOS INVERNADEROS



Espacios públicos y desolados, donde el

vacío es el único entorno que permite a

los polos opuestos juntarse.

Aquí priman los espacios públicos

amplios, desolados y vacíos en donde se

crea la sensación de abandono y descuido.

No hay rastros de lo personal, sino

del deterioro de lo público. La desolación

y hostilidad de estos ambientes

produce un espacio ideal para la frialdad

de los eventos que ocurren allí,

meras negociaciones y transacciones.

Aquí es donde más refleja la guerra

civil y el conflicto social, con grafitis

de ambos bandos marcando sus territorios.

Tomamos la decisión de quemar

un poco los verdes de la naturaleza con

amarillos pálidos, mientras que en cada

polo los verdes resultan saturados de

vida y empatía, al encontrarse se ponen

sus máscaras más hostiles.

Incluimos también cabinas de teléfono públicas con detalles rojos

frente a los graffitis de las paredes, y una invasión de grises en la

ciudad y el cielo. Dentro de los graffitis decidimos mencionar el IRA

para referenciar al grupo terrorista que, en este contexto, media el

tráfico de armas y ayuda en el comercio ilegal de los opioides.


EXT. - CABINA DE TELÉFONO EN EL LADO PROTESTANTE DE UNA PEACE WALL

EXT. - CARRETERA ENTRE DERRY Y BELFAST BAJO UN PUENTE








Donde se manifiesta la muerte como verdugo de los personajes en

ambientes impersonales.

En estas arquitecturas se busca formalmente mostrar que hay un elemento

superior que atormenta a los personajes. Este elemento se

traduce en una jerarquía de arquitectura que encoge a los personajes.

Las ventanas pequeñas, por ejemplo, enmarcan un ambiente claustrofóbico

al crear espacios donde los personajes quedan atrapados.

Adicionalmente, se crea la sensación voyerista de mirar a través de,

sea una ventana, una puerta u otras barreras arquitectónicas.

Son espacios institucionales donde se refleja la carencia de cuidado

dentro de las mismas. Utilizamos exceso de líneas y materiales

degradados y envejecidos, manteniendo una utilería mínima y austera.

Sin embargo, para el caso específico de la sala de visitas de la

cárcel, decidimos utilizar geometrías modernas que se alejaran de la

época con el fin de asociar la conversación entre Federico y Emilio

a la modernidad de Lía, ya que en el caso de Emilio, será ella quien

le traerá la muerte, un destino al que se dirige cuando es llamado

por medio del mensajero Federico.

En cuanto a las utilerías dentro del galpón, apreciamos la cruz

católica de la familia de Hugo ubicada en lo alto de una pared para

indicar su creencia. El arma asesina cerca a la ventana y su whiskera

de cristal grueso siempre cerca. Por el otro lado, en el hospital

ubicamos el detalle de una amapola roja vinotinto en la mesa y pintamos

la silla de ruedas de vinotinto muerte también, color que en

este punto asociamos como marca de las víctimas de Lía.

INT. - SALA DE VISITAS DE LA CÁRCEL


INT. - HABITACIÓN DE MARTÍN EN EL HOSPITAL

INT. - CONSULTORIO MÉDICO DEL HOSPITAL


EXT. - GALPÓN DE OFICINAS DEL INVERNADERO

INT. - GALPÓN DE OFICINAS DEL INVERNADERO





Donde el sincretismo esotérico se manifiesta en diversos amuletos y

rituales que construyen hogar.

Las dinámicas ocurren en espacios industriales previamente abandonados

y disfuncionales. Pero ahora han sido adaptados para referencias la

supervivencia a la hostilidad y precariedad de la época. Vemos diversos

intentos de familiarización de lo residencial dentro de estos

ámbitos industriales. Los espacios inhabitables se domestican para ser

habitables, como en el bar o la terraza donde se improvisa un jardín.

Vemos la lucha por crear un refugio en el gesto de habitar estos espacios

clandestinamente, y en el atrevimiento de contaminarlos con lo

propio a nivel individual y tribal.

Todo esto son acciones que también nos muestran otras capas de los

personajes. Nos refuerzan a Emilio como salvador y a Matilde como

madre. Por un lado, tenemos un lugar que es reclamado por Emilio como

propio basándose en la historia emocional que liga el edificio con su

pasado y su madre. No está dispuesto a perderlo bajo ninguna circunstancia

y quiere enriquecerlo con una familia. Y, por otro lado, la

comuna de los ladrones que han ocupado otra fábrica abandonada está

abarrotada del esoterismo y el pensamiento mágico de Matilde, esta

madre simbólica vuelve hogar este edificio abandonado llenándolo de

rituales y amuletos que protegen a su familia y a su tribu.


A nivel estructural, en estos

espacios se mantiene la estética

industrial precaria,

donde todo es amplio y

corroído. Sin embargo, al ser

el espacio de los personajes

que más se identifican como

familia, o creen y buscan

vivir bajo este concepto, se

conservan detalles de plantas

que traen vida y las creencias

de una madre que protege

el hogar.

Los espacios eclécticos nacen

de una mezcla de ocultismo y

corrientes contraculturales

en auge como el punk y el

glam rock, ideologías manifestadas

por medio de grafitis

y posters que son intervenidos

con amuletos de protección.

Toda esta utilería

junta da la apariencia sobrecargada

y disfuncional que

insinúa también el fetiche

inglés de coleccionar objetos

para enriquecer el hogar.

Son también espacios de poca

ventanearía, pues muestran

una vida íntima mucho más

acogedora en medio de ambientes

que tienden a ser más

oscuros y donde las paredes

funcionan a modo de cueva de

seguridad y paz, iluminada

por primera vez con luces

cálidas.


EXT. - AZOTEA DE LOS LADRONES

EXT. - AZOTEA DE EMILIO


EXT. - COMUNA DE LOS LADRONES

EXT. - CASA DE EMILIO EN FÁBRICA ABANDONADA


INT. - SALA EN COMUNA DE LOS LADRONES

INT. - COCINA EN COMUNA DE LOS LADRONES









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