Tierra del Fuego, Retratos y Paisajes
La Corporación Patrimonio Cultural de Chile en conjunto con la empresa Larraín Vial presentan el libro “Tierra del fuego, retratos y paisajes”, un ensayo fotográfico que retrata a descendientes de los pueblos ancestrales que habitan actualmente Tierra del fuego, a través del lente del destacado fotógrafo Max Donoso.
La Corporación Patrimonio Cultural de Chile en conjunto con la empresa Larraín Vial presentan el libro “Tierra del fuego, retratos y paisajes”, un ensayo fotográfico que retrata a descendientes de los pueblos ancestrales que habitan actualmente Tierra del fuego, a través del lente del destacado fotógrafo Max Donoso.
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TIERRA DEL FUEGO REPRESENTADA
LA HUMANIDAD «FUERA DE LOS
LÍMITES DE ESTE MUNDO»
RAFAEL SAGREDO BAEZA
Historiador.
Académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile
Margen, confín, paisaje extremo, sur del sur, territorio de frontera.
Antípodas, aventura, aislamiento. Infinitud, territorio inexpugnable.
Epopeya y fin de mundo, belleza del vacío, soledad absoluta…
Estos son algunos de los adjetivos y conceptos que se repiten
cuando cronistas y autores aluden a Tierra del Fuego, una isla
también considerada como «territorio fuera del mundo», el que
permaneció ajeno a la ecúmene y al mundo conocido por los europeos
durante la mayor parte de la historia de la humanidad, situación
que también fue estimulada por los sucesos épicos verificados
en su entorno. Hoy, el mismo territorio resulta muy atractivo
en un mundo en el que la capacidad de sorprender resulta cada
vez más escasa.
Según relata Robert Fitz-Roy en el diario en que narra el viaje
del Beagle, que el marino e hidrógrafo inglés comandó hasta su
arribo a Tierra del Fuego en diciembre de 1832, ese territorio
permanecía «aun inexplorado»; testimonio que es un elocuente
reflejo de la situación y condiciones de Tierra del Fuego y del
archipiélago del que forma parte que, entre 1520 y 1832, sólo fue
recorrido por los selknam, yaganes y kawésqar, pueblos originarios
que lo habitan desde hace miles de años.
Tal vez sólo los hermanos Gonzalo y Bartolomé Nodal tuvieron
la oportunidad de conocer algo más que las costas de Tierra
del Fuego cuando, en 1618 debieron guarecerse en la Bahía del
Buen Suceso en su afán por alcanzar el Cabo de Hornos, territorio
que en 1616 había descubierto la expedición de Jacob Le
Maire y Willen Schouten. Pero lo cierto es que no se adentraron
en la isla que los exploradores neerlandeses habían demostrado
que no era un continente o Terra Australis, como hasta entonces
se imaginaba y representaba en los mapas, lo que deja de manifiesto
una vez más el carácter inédito que alguna vez tuvo Tierra
del Fuego.
Por la situación y condición geográfica de Tierra del Fuego
y el conjunto del que forma parte, y por el misterio que durante
tanto tiempo la cubrió, hablamos de un territorio que representa
lo extremo, hecho también ratificado por un paisaje telúrico
modelado por los movimientos de la corteza terrestre y por
agentes como el viento, el hielo, el agua y el mar, que le dan su
carácter e imponen una impronta implacable y sin contemplaciones.
Este carácter también está marcado por las aventuras
que la humanidad ha protagonizado en esta geografía rigurosa,
azotada por condiciones ambientales que para muchos parecen
insoportables, pero a las que los pueblos originarios de la región,
como los selknam, supieron adaptarse, convivir y sobrevivir,
situación que impactó a los exploradores y viajeros que desde
el siglo XVI han surcado los mares del sur, y que ha contribuido
también a alimentar la sensación de fragilidad y desamparo
que tanto la lejanía como las duras condiciones naturales de la
región impusieron por largo tiempo. Actualmente, estos escenarios
representan un activo que atrae la atención hacia la zona,
acrecentada por la impresión de vacío, soledad y melancolía
de un paisaje en el que la humanidad está presente a través de
objetos materiales, restos y construcciones, pero rara vez por
su permanencia, dando forma así a un paisaje sublime por su
belleza, pero también por su capacidad de evocar un potencial
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