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ARCANOS MAYORES
C
uando aparece La Papisa en nuestras vidas, indica que estamos pasando un periodo de
muchos sueños, andamos más cansados de lo normal y en cierta manera nos apetece
estar solos y comprender las cosas más despacio y profundamente. La Papisa es la Gran
Guardiana del Misterio. Conoce todas las historias, todos los símbolos, reconoce los ecos del
Misterio y nos acerca a él a través del único lenguaje con que éste se manifiesta: el lenguaje
simbólico de los mitos, los cuentos, la poesía y los conjuros.
La Papisa se asemeja a un mar tranquilo, antiguo como el Mediterráneo por ejemplo,
lleno de los barcos, las historias y la memoria de todos los marineros que se embarcaron hacia
una nueva aventura, así como las mujeres que durante siglos se quedaron esperando en la orilla.
La Papisa nos sonríe serena y consciente de sí misma.
La Papisa consigue quedarse lo suficientemente quieta para escuchar a los pájaros y los
árboles, al viento y las personas. Ella pide que nos escuchemos, que prestemos atención a
nuestra alma. Para llamarla basta imitar el ejemplo que da este Arcano: escuchar (la música,
el viento o los árboles), escribir, rezar, contemplar, dejarse fascinar por las cosas o ideas que
te interesan.
Mírala. Guardiana del Gran Templo, conocedora de los Grandes Tratados. Siempre está
allí, esperando para encantarte con hermosas historias. Sus palabras son conjuros mágicos. Es
la única manera de abrir la puerta hacia el Misterio y dejarse envolver por su música, la melodía
celeste de la eternidad. La Papisa nos habla en una tarde de otoño con voz suave y queda.
A veces sonríe y no la entendemos. Otras sonríe y entendemos lo que queremos. Tiempo después
contará otras historias y volverá a sonreír. Quizás entonces comprendamos aquello que
reveló la primera vez.
La Papisa también suele adoptar el arquetipo del hada madrina anciana que nos viste
para el gran baile. Es la mujer que nos acoge con calidez y sabiduría cuando nos sentimos
pequeños y solos. En definitiva, la imagen que en el Tarot asume la forma de La Papisa está
(como todos los Arcanos) muy arraigada en nuestra cultura y en la forma en que imaginamos
la sabiduría femenina. Es una imagen interna que cada uno de nosotros compartimos simplemente
por vivir en la cultura occidental. Pero ésta no es su única apariencia, porque La Papisa
es lunar y como la luna tiene diferentes fases, es cambiante, no se puede atrapar. Su esencia
es la paradoja y suyo es el reino de la profunda experiencia interior. Para el esoterismo, La
Papisa simboliza un impulso interno. Si nos relacionamos con esa fuerza podremos utilizarla
a nuestro favor.
Vuelve a mirarla. La Papisa sostiene un libro. ¿Están escritas allí todas sus historias? Pero
no está leyendo, parece que no lo necesita. Tal vez estaba leyendo y se ha quedado en un cierto
punto, lo señala con el dedo. Cada palabra la conduce a otras mil. ¿Estará entonces pensando
sobre lo que acaba de leer, o se le ha ido el santo al cielo? Al fin y al cabo, ¿cuál es la
relación de esta Papisa con lo que está escrito? Ella apenas se mueve, parece que espera algo.
¿Será otro libro, otra cadena de mil palabras mágicas? Su rango es superior y así lo demuestra
su tiara. La Papisa custodia el origen y el fin, pero no los controla. ¿Estará la respuesta en el
libro, o tras los velos y los cortinajes?
La Papisa te protege y
ayuda con su serena
experiencia.
Cuando aparece este
Arcano, indica reflexión
y espera.
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CURSO PRÁCTICO DE TAROT