Aislados
AISLADOS¿antes o después dela cuarentena?Historias de contacto humano
- Page 4 and 5: “Todo ser humano necesita de otro
- Page 6: Así se manifiestan los componentes
- Page 9 and 10: “...Quiero que se sientan querido
- Page 11 and 12: “...Toda la gente del conjunto sa
- Page 13 and 14: “... Pude reflexionar lo importan
- Page 15 and 16: “... Haré lo que este en mis man
- Page 17 and 18: “... Entonces como que nos ha dad
- Page 19: “Me hace sentir tranquila, pues c
AISLADOS
¿antes o después de
la cuarentena?
Historias de contacto humano
“Todo ser humano necesita de otro, desea ser amado,
ansía la necesidad del otro y que esa necesidad esté dirigida
a él. No se trata de un egoísmo, dado que cada
persona va elaborando sujeciones a diferentes personas.
Lo que deseamos es un lugar al cual acudir, unas condiciones
particulares de diálogo, una disposición de otro
para acoger-se con él, para renovarse y seguir andando
los propios trayectos”. - J - J. Rousseau
AUTORES
Laura Ximena Aria Urrea
Santiago Gómez Mesa
Juan Esteban Loaiza Niño
María Camila Pinto
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Departamentos de Diseño e Historia
¿Cómo nos
alejamos
Bien cierto es que las relaciones humanas constituyen
uno de los principales pilares de nuestra vida, pues las
personas buscamos las unas en las otras conexiones
que nos permitan acompañarnos durante el camino.
Naturalmente, estas inician a partir del contacto humano,
el cual permite conocer al otro a través de la
experiencia que nos brindan los sentidos (saber cómo
se ve, cómo habla y cómo lo puedo identificar) y luego
se construyen a través de la comunicación, que revela
aquello que los sentidos no pueden percibir (quién es).
inicialmente?
Requerimos de un constante intercambio, retroalimentación
y/o conversación que nos permita establecer relaciones tanto
para mantener una relación tranquila con nosotros mismos,
como construir comunidad, en las cual surge una identidad
colectiva en respuesta a un acuerdo entre las identidades respectivas
de cada uno de nosotros.
Así se manifiestan los componentes de una relación.
El yo: quién soy, cómo me identifico
El tú: quién eres, cómo te diferencias conmigo
El nosotros: quiénes somos después del encuentro
En estas comunidades toman lugar interacciones de valor en
las que surge el espacio afectivo, un espacio en el cual podemos
ser vulnerables, descubrirnos, descubrir al otro y afianzar
lazos de confianza. Los efectos de estos espacios se traducen
en bienestar personal y en el fortalecimiento de las relaciones
que mantenemos con los demás.
En la actualidad las cosas son muy diferentes. La humanidad
ha evolucionado ampliamente en lo que refiere a la constitución
de sociedades políticas en las cuales se establecen normas
que formalmente garantizan una convivencia entre los
individuos, resguardando el orden y paz. Sin embargo, las
guerras y los nuevos sistemas de ideas que direccionan a las
personas a una visión individualista de la vida, han reducido
drásticamente el contacto que permite esos espacios afectivos.
Con una nueva forma de relacionarnos, apareció la era digital
y los medios virtuales, que en las últimas décadas, nos han demostrado
su capacidad de reproducir nuestras dinámicas más
humanas al permitirnos mantener el contacto con quienes conocemos
e incluso establecerlo con desconocidos en espacios
intangibles. De igual forma, estos medios nos dan la posibilidad
de re-interpretar las experiencias sensoriales propias del
contacto humano mediante registro audiovisual y re-formular
la manera en que desarrollamos nuestra identidad personal y
colectiva. Hace falta simplemente observar las redes sociales
y su vigencia en la cultura popular contemporánea para evidenciar
lo anterior.
En el presente, encontramos una sociedad fragmentada, que
acompañada del refugio que permiten los aparatos que nos
conectan a una mundo virtual elegido por nosotros, ha reducido
el contacto humano de antaño.
Adicionalmente la pandemia del COVID-19 ha exterminado no
solo a una gran parte de la población mundial, sino también
los espacios sociales tangibles que daban lugar al contacto
humano. El Estado y los medios de comunicación han hablado
bastante sobre la necesidad de un aislamiento que nos resguarda
del contagio. Parece que ahora el otro no es alguien
al que necesitamos (de lo cual no se habla), sino alguien que
debemos resguardar y del cual resguardarnos. Las reacciones
por parte de humanos que sienten esta ausencia son variadas,
pues cada persona enfrenta de una manera distinta el aislamiento,
un aislamiento que trasciende del COVID-19. Esta
bitácora recoge dichas reacciones.
Yo guardo de
mi guardián
Mi nombre es María. Soy contadora pública y tengo 42
años de edad. Me ha dado duro estar sola, pues no vivo
con nadie en mi apartamento. Antes todo el tiempo estaba
ocupada afuera, me la pasaba en la oficina o en la casa de
mi hermana con mis sobrinos... Realmente me hacen mucha
falta, nunca había sentido la soledad tan de cerca.
Este tiempo me ha servido para aprender a apreciar los trabajos
que son la base, los trabajos importantes. Por ejemplo:
sin mi portero o las trabajadoras de aseo, realmente yo no estaría
tranquila si ellos no cuidaran del conjunto. Fue así como
me acostumbré a que cada vez que hago mercado, compro
algo demás para dárselo a ellos, pues quiero que se sientan
queridos y que de verdad valoramos su trabajo. Igualmente,
a la hora del almuerzo cocino un poco de más y les bajo un
plato de comida o si pido domicilio de postre les dejo uno
también. Cuando salgo, trato de hablar un poco con ellos, de
preguntarles cómo se sienten, como está su familia. Les digo
que si necesitan algo que no duden en llamarme, que estoy
muy pendiente de ellos.
Hace poco me enteré que uno de mis porteros, Don Nestor,
tenía un niño pequeño como de 5 años al que veía mucho
ahorita por el trabajo y porque le daba miedo contagiarlo por
lo que él tenía que salir a trabajar. Así que le pedí a mi hermana
juguetes de mi sobrino y le hice un paquetico con cosas
para que el niño no estuviera tan triste.
Cuando le di el paquete al portero, se puso muy feliz y me lo
agradeció mucho, incluso aún es el momento que me agradece
y ya pasó casi un mes desde eso. A lo que me refiero es
que hay trabajos que no pueden parar, la sociedad necesita
mantenerlos para tener un orden. Entonces lo veo más que sin
su esfuerzo muchas personas no podrían sentirse tranquilas de
que no les va a pasar nada o nadie se les va a entrar a robar,
más bien creo que es como algo de desconfianza al otro y
claro como esta idea de cuidar lo que es mío.
“...Quiero que se sientan queridos y que de verdad
valoramos su trabajo”.
A una torre
de distancia
Mi nombre es Pablo, soy profesor de Química en el Colegio
Cristiano Emmanuel ubicado en Engativá. Un día, yo tenía que
dar la clase virtual de la tarde y me quedé sin internet. Ese
mismo día tenía que bajar a ayudar con el problema de unas
matas que se estaban muriendo y con mis vecinos íbamos a
cuadrar cómo sembrarlas. Cuando me encontré con la gente
del conjunto, yo dije ahí por el ladito que me había quedado
sin internet y que tenía que subir a posponer mis clases.
Creo que ahora la gente se siente más tranquila de contar sus
preocupaciones. Por lo general, todo el mundo andaba como
en su propia vaina y no tenía tiempo ni de compartir sus problemas
ni de ayudar a otros. Ahora como que toda la gente
del conjunto sabe que de puertas para adentro hay muchos
problemas y la gente trata de ayudar como puede porque
sabe que después puede necesitar que le ayuden también.
Entonces la señora Leidy de la Torre 7, me dijo que por qué no
iba a dar la clase a su casa, que ella me prestaba el internet.
Entonces fui y ella se portó súper bien conmigo, y yo apenitas
la conocía. Me dieron comida, conocí a su dos hijos y terminé
quedándome hasta las 12 de la noche porque nos pusimos a
ver la Casa de las Flores. Ahora yo le estoy ayudando a la hija
con refuerzos de química y ella me ayuda a promocionar las
tortas que estoy haciendo, también me ha comprado varias.
“...Toda la gente del conjunto sabe que de puertas
para adentro hay muchos problemas y la gente
trata de ayudar como puede..”
Riesgo mutuo para
establecer un lazo
Mi nombre es Felipe, tengo 22 años y soy piloto comercial, también estudio lenguas
modernas. Antes de la cuarentena empecé a ir a un gimnasio al frente de mi casa y con
el tiempo me di cuenta de que dos personas más de mi conjunto también iban a ese
mismo gimnasio. A veces nos saludábamos, sin embargo no hablábamos más allá de
eso. Cuando cerraron el gimnasio, una de ellos se me acercó, su nombre era Natalia y
empezamos a hablar porque me dio follow en Instagram. Hacíamos chistes sobre que
ahora sin el gimnasio íbamos a engorda muchísimo.
Después de dos semanas de chat, decidimos salir al tiempo por las mañanas a la hora
que dejaban a hacer ejercicio en el parque del conjunto. Entrenar juntos nos parecía
más cool porque uno solo no es lo mismo. Luego de hacerlo por unos días, bajó otro
man que también iba al mismo gimnasio, su nombre era Nicolás y se nos unió también
todos los días. Antes de todo esto, no creo que él se nos habría acercado.
Sin darme cuenta, se volvió para mi muy importante hacer ejercicio con ellos. En esos
momentos que tenemos juntos al día, como que no pienso tanto en todo esto y como
que me gusta estar con ellos porque nos llevamos muy bien. Desde que empezamos a
salir juntos todas las mañanas, pude reflexionar lo importante que era para mi conocer
gente, porque siento que ahorita mis amigos se han aislado mucho. Nunca imaginé que
personas desconocidas se pudieran volver tan importantes para mí en tan poco tiempo
y menos en estas condiciones...
“... Pude reflexionar lo importante que era para mi
conocer gente, porque siento que ahorita mis amigos
se han aislado mucho”.
Prometo nunca
dejarte solo
Mi nombre es Laura, soy pintora y tengo 22 años. Hace cinco
o seis años conocí a Isabella y se convirtió una de mis mejores
amigas, pero con el tiempo nos alejamos un poco, estudiamos
carreras diferentes y yo me cambié de universidad. Pero
siempre a final de semestre nos veíamos para almorzar o simplemente
para charlar y no perdernos tanto, ya que ella se
devolvía para su casa en Cúcuta.
Este semestre no hable mucho con ella, pero apenas nos aislaron
pensé en ella de una, estaba preocupada porque ella
aquí en Bogotá estaba sola... No sabía cómo estaba, qué iba
a hacer o si necesitaba algo; así que le escribí por whatssapp.
Primero hablamos de la universidad y ella estaba muy preocupada
porque allá no se habían puesto al día con las clases
virtuales y simplemente les dijeron que tomaran este tiempo
como adelanto de las vacaciones mientras se normalizaba la
situación. Por otro lado, ella estaba aún más preocupada porque
sus papás se quedaron sin trabajo por toda esta situación,
entonces ella no tenía plata ni para devolverse a Cúcuta ni
para mantenerse mucho tiempo aquí en Bogotá.
Al contarme todo por lo que estaba pasado me preocupe mucho,
así que hable con mis papás y llegamos a la idea de querer
ayudarle con lo que pudiéramos para que ella tampoco se
sintiera completamente sola acá. Decidimos cada dos semanas
llevarle un mini mercadito, con cosas que tenemos de más
aquí en mi casa. Mis papás tienen una empresa de enlatados,
así que aprovechamos también eso y le mandamos muchas
cosas. Al tiempo ella me contó que con todo lo que le mandamos
empezó a hacer postres y venderlos ahí en su conjunto o
a amigos que viven cerca de ella y de ahí estaba recolectando
dinero para sus necesidades. Incluso nos mandó una vez un
postre delicioso de arroz con leche y uvas pasas.
Quiero que sepa que yo estoy aquí para ella y que me preocupo
por como esté y que haré lo que este en mis manos para
que así sea un poco poder liberarla de sus preocupaciones y
problemas. Porque si no soy yo, entonces ¿quién?
“... Haré lo que este en mis manos para que así sea un poco
poder liberarla de sus preocupaciones y problemas”.
Encuentro
con el pasado
Mi nombre es Wendy, tengo 29 años y soy ingeniera ambiental.
Ahora la única forma que tengo de comunicarme con mis
seres queridos es whatssapp y a veces hacemos con mi familia
reuniones por zoom. Para nosotros ha sido una oportunidad
chévere porque hemos hecho reuniones con personas que no
están en el país o en la ciudad desde hace mucho tiempo,
entonces como que nos ha dado la oportunidad de reencontrarnos
con ellos, cosa que antes no hacíamos como familia.
No sé, siento que de repente todos estamos, así como más
disponibles y el hecho del encierro nos hace sentir más esa distancia.
Antes la sentíamos, pero como que no era tan evidente,
ahorita si, y pues el hecho de que estemos en estos espacios
también hace que tengamos más tiempo libre para poder
coordinar una reunión así más grande juntos. Entonces pues
en la primera reunión había personas en México, en Alemania,
una prima en el Guaviare, otra en Cali... Y estuvo muy chévere.
Esa llamada de zoom fue muy especial de verdad.
Hace mucho tiempo no nos reuníamos todos, entonces se
abrió la oportunidad de conectarnos todos. Antes, a veces venía
a la ciudad uno, pero no estaba por ejemplo mi hermano,
que está en Alemania, o no estaba la chica que ahorita en
México que es mi prima. Había personas que no se veían hacía
más de 4 años, 5 años... Entonces fue muy bonito también ver
a mis primos que estaban más grandes de lo que recordaba.
Fue muy lindo ver a mi primo Andrés que estuvo enfrentando
un tema fuerte así de que no salía de la cama para nada...
Él ya tenía una idea en la cabeza muy fija así de suicidarse, y
pues, un médico lo incentivó a temas de psiquiatría y a medicarse
y todo eso. Ver el antes y el ver el ahora... Es increíble.
La verdad nada más verlo salir de su cuarto y que se dejara
ver en pantalla... Fue muy bonito. Y mi familia estaba, como
siempre, molestando. Entonces es bonito porque se tiene más
o menos esa cotidianidad presente.
“... Entonces como que nos ha dado la oportunidad de
reencontrarnos con ellos, cosa que antes no hacíamos
como familia”.
Un poquito de fe
Mi nombre es Sofía tengo 21 años y estudio comunicación social, me encanta
conocer gente nueva soy fiel creyente de que cada uno tiene algo que ofrecer a
mi vida, me mantengo en contacto con todos mis amigos por whatssapp o facetime,
sin embargo entiendo que cada uno se comunica a su manera durante este
tiempo. Ahorita mis amigos en general se distanciaron un montón y como que he
percibido mucho como su ausencia, por eso decidí dejar el tabú a un lado y descargar
bumble y tinder, donde después conocí a “mi novio” jajaja.
Todo comenzó con un like mutuo y pues seguimos hablando, la verdad muy poco
respondo por estas aplicaciones por lo que fue extraño solo entrar a contestarle
a él, después de unos días hablando se establece una cierta confianza y así pues
seguimos hablando por WA, luego por insta, es como dar un pasos en la relación,
hasta que me pidió hablar por facetime. Cuando te piden esto es como si la cosa
ya se pusiera más seria. Tenía muchos nervios, no sabía que persona estaría tras
la pantalla, pero afortunadamente todo salió bien.
Desde casi el inicio de la cuarentena hablamos, nunca lo he visto pero es impresionante
como puedes conocer tanto a una persona por cámara y audio, el conoce
mi familia y yo la de él, hablamos hasta muy tarde nos llamamos todos los días. Me
hace sentir tranquila, pues cuando necesito como un respiro del ambiente en mi
casa o solo me siento sola, él está ahí. Todavía tengo miedo porque soy consciente
de la importancia vernos en vida real, más aún con todo lo que está pasando, no
estoy 100% segura de si vaya a funcionar, pero tampoco me siento dispuesta a
renunciar a un futuro posible con él.
“Me hace sentir tranquila, pues cuando necesito como un respiro
del ambiente en mi casa o solo me siento sola, él está ahí.