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MI_PRIMER_OTOÑO_JOSE_ANDRES_GUTIERREZ_GARCIA_2023

El diario de Jimena está cargado de sentimientos y vivencias. Sus escritos se convirtieron en una montaña rusa de emociones, que la catapultaron hacia una vida a todo color.

El diario de Jimena está cargado de sentimientos y vivencias. Sus escritos se convirtieron en una montaña rusa de emociones, que la catapultaron hacia una vida a todo color.

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“Vamos a empezar de

nuevo, en orden”

Del diario de Jimena.

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17 de octubre,

martes.

Por la tarde, en el

parque.

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Hoy es 17 de octubre, precisamente un martes, mi

día favorito de la semana; hace pocos días inició el

otoño; por primera vez tengo la oportunidad de

vivir esta imponente transición de colores, en el

verde de la naturaleza, tonos cálidos matizados

hacia el naranja, son un espectáculo. Ver las hojas

secas caer durante todo el día, sentir su crujido a mi

paso, y en este momento, el atardecer; me dejan

fascinada, a todo eso súmale la paleta de colores

que adornan mi escenario de paz, el parque donde

estoy sentada, viendo los árboles, y el hermoso lago

que hay en su interior.

Empieza a caer el ocaso, momento de retratar con

mi cámara algunas postales para mi blog, donde

expreso mis experiencias, la luz del sol desaparece

entre los árboles, mientras no dejan de caer las

hojas, la temperatura baja. Tengo frío. Me levanto y

siento un pequeño calambre en el cuerpo; estiro

mis piernas y brazos durante algunos segundos,

antes de poner en marcha el regreso a casa.

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De regreso a casa…

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Voy de regreso, pensando, recordando mi vida antes

de este viaje, precisamente la última charla con mi

mejor amigo, Mike. A quién acudí en reiteradas

ocasiones, sucumbida en el dolor y la desidia,

renegando mi vida, por las situaciones que me

agobiaban en ese entonces. Me escuchó,

dedicándome su tiempo, es una persona vitamina, sé

que está muy feliz y orgulloso de mí.

Llegué a casa, abro la puerta, todo está frío, empieza

a caer un poco de lluvia. Cierro todo y mientras se

calienta mi pequeño apartamento, me invade la

melancolía al ver un mensaje de Mike, a quién venía

recordando en mi trayecto de regreso. “Acuérdate de lo

que te dije, ya es hora” ese fue el mensaje que me llegó

hace 3 horas, a penas lo recibo, desactivé la conexión

a internet, para evitar distracciones en el parque.

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En casa. Pensando y escribiendo…

en-casa

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—Lejos de casa, el otoño te servirá para encontrarte

a ti misma, es la estación perfecta, un ejemplo de lo

que quieres en tu vida, ya lo sabes, es momento de

precisar cómo actuar y buscar la inspiración

necesaria y así, empezar de nuevo, en orden. —Me

dijo Mike, una noche antes de viajar.

EN LA CABEZA DE JIMENA, Pensando…

Esa noche me desahogué con Mike, lloré

desconsoladamente contándole mis experiencias

amorosas, que ya él sabía, y los patrones de

comportamiento que se repetían. Quería cambiar y

una de las razones para tomar decisiones cruciales,

era la incomodidad de seguir viviendo una vida que

me estaba llevando a un abismo, sin posibilidades de

retorno, llena de lágrimas que ahogaban mi alma.

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Me acostumbré a sufrir con quienes quizás no tienen

la culpa, yo lo permití, no lo reconocía en su

momento, y cada persona con la que intentaba una

relación presentaba las mismas características, tenía un

problema, me gustaba la adrenalina del sufrimiento,

no era feliz sin confrontaciones y peleas. Mi

recompensa, la reconciliación. Anhelaba en tener una

relación basada en el respeto, imaginaba a la persona

de mis sueños, sin romantizar nada, consciente de que

todos tenemos errores y el amor se basa en conocerse

bien, aceptándonos como somos, pero cuando el

irrespeto se apodera de la convivencia, no se puede

permitir, y, yo si lo hacía, volviendo al inicio, me creía

el cuento de tener que aceptar a esa persona tal cual, y

como es, incluso si me hacía daño su forma de ser.

Seguía repitiendo ese patrón en mi conducta, hasta el

punto que me acostumbré a sufrir, con apegos

emocionales absurdos. La excusa para quedarme:

debo aceptar a las personas como son, seguir

escribiendo una historia en un papel que se arrugaba

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cada vez más, esa era mi zona de confort.


En mi mente una cosa, y a la hora de la práctica era

otro el resultado, no había congruencia en lo que

decía y hacía. Llegó la persona correcta en el

momento equivocado…

Conocí a Mateo, su forma de ser me atrapó, un

sueño para mí, muy responsable afectivamente.

Venía de sufrir mucho y también, muchas sesiones

de terapia que le ayudaron, la verdad, no creía que

todo lo que él me ofrecía, en cuanto a su tiempo,

muy perfecto a lo que estaba acostumbrada, todo

iba súper bien, hasta nuestro quinto mes de

relación, sentía que no había adrenalina, en cada

discusión o diferencia, él, intentaba al máximo que

arregláramos las cosas, jamás lo pude dominar con

mis actitudes y berrinches, pues, él, me daba mis

espacios, volvía a las pocas horas, no se dejaba

contagiar. Es de admirar, yo seguía sin sentir

adrenalina, me gustaba sufrir, jamás me dio una

razón para sufrir. Muy atento y comprometido en

que, la relación funcionara.

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Nunca hubo maldad, solo ingenuidad, en él. Quiero

pedirle perdón desde el fondo de mi corazón, me

regaló una libreta personalizada, una especie de

cuaderno creativo. Llegó con mucho por decir, no lo

dejé, le rompí el corazón diciéndole que no lo quería;

que me aburría su forma de ser; que no perdiera el

tiempo conmigo, así, sin más. Recuerdo su cara; sus

ojos llenos de lágrimas, en cuestión de segundos se

arrodilló, abatido por la tristeza. Empezó a llorar

desconsoladamente. Agotó un ultimo recurso, me pidió

que habláramos. —Todo tiene solución, no dejemos

que se acabe. —Me dijo tras calmarse un poco.

Seguía en mi postura, terminar la relación, sabiendo

que él, es todo lo que sueño, la persona correcta llegó a

mi vida en el momento equivocado; no estaba

preparada. Ya traía otras costumbres. En ese momento

no me sentí tan mal por su tristeza, suponía que me

rogaría, y en cuestión de días regresaría, y así actuar

como siempre, nunca me buscó, como un fantasma

desapareció de mi vida, solo un mensaje en mi celular:

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“Solo tengo palabras de agradecimiento por lo

sincera que fuiste y el tiempo que me dedicaste, te

deseo lo mejor. Acepto y respeto tu decisión. Con

cariño, Mate”

Llegué a un punto donde mi accionar era

cuestionado por mi círculo cercano de personas, no

prestaba mayor atención. Luego de esa relación

todo se revolvió en mí, un vacío emocional

profundo y varias crisis existenciales se apoderaban

de mis días, para colmo de males mi tristeza pasaba

desapercibida porque volví a esa relación que tanto

daño me hizo, en ese vaivén de emociones. Llegué a

la adrenalina a la cual me acostumbré, un día bien y

otros tantos, no. Mateo parecía haber sido borrado

de mi mente. Seguía en esa relación, donde no vale

la pena mencionar a nadie, ni elegir culpables. Volví

a sufrir, esta vez con mucha tristeza y vacío. No

paraba de llorar, Mike y Natalia son testigos.

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Los celos se apoderaron de los dos, las agresiones

físicas y verbales se convirtieron en el pan de cada

día, luego nos reconciliábamos, el apego en su

máximo punto.

En las noches no podía dormir, empecé a usar

medicamentos fuertes para conciliar el sueño,

calmantes y uno que otro antidepresivo. Apareció la

gastritis como compañera de vida. Toqué fondo.

Empecé a entender todo, nada fue un error, no fallé,

aprendí que el amor atado al sufrimiento no trae nada

bueno.

Detalle a detalle, me desprendí de las certezas y aquí

estoy. Lejos de casa; lejos de mi zona de confort, con

muchos miedos, me acompaña la valentía que tengo,

al tomar decisiones cruciales. Aquel detalle que Mateo

me dio, se ha convertido en mi diario; testigo de mis

vivencias. Convirtiéndose en el compás de mi camino,

inseparable, y otra vez, vuelvo, quiero pedirle

disculpas, desde el fondo de mi corazón. Llegará el

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momento. Hasta mañana.


Conversaciones con mi diario.

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Conversaciones con mi diario…

Nuevo día; nuevo inicio. Hoy es el día, empezaré a

escribir la carta para cerrar ciclos.

Querida Jimena, te admiro por lo valiente que eres al

enfrentar la realidad y buscar una salida, creando

nuevos caminos que te servirán para lograr todo lo

que quieres, adaptándose a tu prometedor futuro.

Sabes que sin un pasado no podrías decir, que has

vivido, todo sirvió para encontrarte a ti misma, te

felicito.

En mi diario están mis secretos escondidos, y algunas

tristezas que se han ido, atrás dejo todo lo que no

aporta bienestar a mi vida, con autodeterminación y

muchas horas de trabajo voy en busca de mis sueños,

a partir de hoy inicia un nuevo capitulo en mi vida, en

mi primer otoño; vamos a crecer, de nuevo, en orden.

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Una vida a todo color con destellos rimbombantes

de felicidad, siendo líder de mis decisiones; el bien

por encima de todo y sin miedo a fallar. Eso es lo

que de ahora en adelante me dedicaré a perseguir.

Persistir en la idea de buscar mi mejor versión,

siempre, reinventándome las veces que sean

necesarias. Permaneceré firme en mi deseo y en el

presente. Perdurar agradeciendo lo vivido, valorar

el tiempo.

Gracias, de mí, para mí.

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En mi primer otoño, reflexiones.

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Reflexiones en mi primer otoño… mis primeros días

lejos de casa.

Estoy en Interlaken, un hermoso lugar, en Suiza, mi

nuevo hogar, a miles de kilómetros lejos de casa, hace

pocos días aterricé en este hermoso país, lleno de

belleza natural, progreso y mucho bienestar, me he

sumergido poco a poco en la cultura, las personas son

un poco frías en sus expresiones, pero con una calidez

humana, de admirar, muy solidarios. La vida es

costosa, en cuanto a dinero, todo está limpio, puedes

tomar agua gratis en cualquier fuente cercana,

proviene de las montañas; perfecta pureza.

Los paisajes me sorprenden, y el otoño brinda un

espectáculo que jamás había visto en mi vida. En

Suramérica de dónde vengo yo, no hay las estaciones,

el otoño lo conocía de las películas y las fotos en

internet. Increíble todo. Empiezo a entender las

conversaciones con Miguel Antonio “Mike” cuando

me decía que este era el momento perfecto para

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empezar de nuevo.


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En otoño, la naturaleza practica el desapego y se

desprende de lo que no es esencial, me he

sentido tan identificada, Me corresponde soltar

lo que ya no necesito, reinventando mi forma de

ser, dejando atrás lo que ya no da frutos;

encontré el lugar perfecto, me brinda calma

mientras me prepara para los tiempos de

esfuerzos.

Enfrento la primera prueba: la fobia a los perros

creció conmigo, a mis doce años, me mordió

Kays, en la parte baja de mi pierna derecha,

estuve traumada, al ver un perro por más

indefenso que fuese, entraba en pánico y me

bloqueaba por completo, corría como loca; y en

muchas ocasiones, ellos creían que estaba

jugando, y, no, yo huía. Era horrible cuando de

esos animales me hablaban, hasta que conocí a

Rob, quién es el guía de Laurent, la anciana no

vidente a la cual cuido, en mi primer trabajo acá

en Interlaken.

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Mi cita diaria con Rob...

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Estoy muy agradecida con la familia de Laurent,

me brindaron la oportunidad de empezar con

pie derecho en esta nueva aventura, y Rob,

paciencia para conmigo, es un maestro. Ha sido

entrenado para guiar a Laurent y protegerla, yo

pienso que su labor va más allá, el guía y le

enseña de manera genuina el mundo y sus

colores, me quedo sorprendida.

Yo, todos los días tengo una cita con él, en el

parque, mientras Laurent nos espera sentada en

las bancas; alimentando pájaros y peces,

mientras tanto, le doy un paseo a Rob y

compartimos experiencias, sé que, él, nota mi

miedo, al mirarme. Le trato de explicar lo que

me pasó, y le pido un poco de paciencia. Sé

muestra muy calmado conmigo, yo sujeto su

collar para caminar, pero es él quién me guía,

para Laurent, es un ángel, un hijo, su todo. Para

mí un nuevo amigo, un maestro.

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2 meses después: Empieza el invierno, atrás

quedó mi primer otoño, una experiencia

inolvidable. Se han renovado mis fuerzas, tengo

muchas metas y sueños por cumplir, en lo

profesional, personal y sobre todo en lo

sentimental, creo en el amor. Tengo muchas

razones para seguir creyendo, estoy creciendo en

orden, y eso me mantiene constante, sobre todo

cuando la angustia y el desespero se apoderan de

mí: mi querido diario donde plasmo estas letras,

Laurent y Rob, son sin duda alguna, las

vitaminas para mi alma; los bellos paisajes que

me acompañan en mi día a día, son el escenario

perfecto de paz y tranquilidad. No me puedo

quejar, fue una decisión muy difícil, llegar hasta

acá. Me siento orgullosa de mí.

Una vida a todo color, recordando que las nubes

grises también forman parte del paisaje.

Continuará. 23


Todavía es un sueño, fin…

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MI PRIMER OTOÑO

Una historia de José Andrés Gutiérrez García

@josegutierrezg

Ilustraciones: FreePik Premium, Synergy

Creativos.

Diseño: José Andrés Gutiérrez García,

Synergy Creativos.

Todos los derechos reservados 2023

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MI PRIMER OTOÑO

El diario de Jimena está cargado de

sentimientos y vivencias. Sus escritos

se convirtieron en una montaña rusa

de emociones, que la catapultaron

hacia una vida a todo color.

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