De sapos a príncipes
programación neurolinguística
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escuchado hablar. Rosen hace dos cosas constantemente, las hace muy bien y obtiene
muy buenos resultados. Una de las cosas que Rosen hace muy bien es que se une a la
realidad del esquizofrénico, tan bien, que la arruina. Es la misma cosa que Frank
enseñó a hacer a su asistente social.
Los siquiatras en Texas jamás antes habían intentado algo así, y cuando se lo
sugerí, todos pusieron caras distintas, porque estaba fuera de su ética profesional.
Habían sido entrenados en el sistema de creencias que dice: «Limite su conducta. No
se una al mundo de su cliente; insista en que ellos vengan al suyo». Es mucho más
difícil para alguien que está loco, poder llegar a entender el modelo del mundo que
tiene un profesional, de lo que es para un profesional de la comunicación adentrarse
en el mundo de ellos. Al menos, es menos probable que ocurra.
Hombre: ¡Ustedes están estereotipando a mucha gente aquí!
Desde luego que sí, para eso son las palabras. Las palabras generalizan la
experiencia. Pero usted tiene que sentirse ofendido únicamente si se aplican a usted
directamente.
Una de las categorías fundamentales, donde los comunicadores invariablemente
se quedan pegados es en una configuración lingüística que denominamos «operador
modal». Un cliente les dice «No puedo hablar nuevamente de eso hoy. Y menos aún
en este grupo. Sencillamente no puedo. Y tampoco creo que sean capaces de entender
eso». Cuando escuchan el contenido, se sienten arrasados, y probablemente se dirán
«¿Qué habrá sido lo que ocurrió?».
La configuración de lo que dice el cliente es «No puedo X» o «No debiera X». Si
alguien les dice «No me debiera enojar», lo que hacen en terapia guestáltica es «Di
no quiero enojarme». Fritz Perls era alemán y tal vez estas palabras tienen cierta
diferencia en alemán. Pero no son distintas en inglés. El «no quiero» y el «no
debiera» y el «no puedo» son iguales. No hay diferencia entre si ustedes no deben, no
pueden o no lo quieren hacer. Simplemente es que de todas maneras no lo han hecho.
No tiene ninguna importancia. Así que la persona dice «No me voy a enojar».
Luego si les preguntan «¿Por qué no?», les van a dar las razones, y ese es un
excelente modo de quedarse atascado. Si le preguntan «¿Qué ocurriría si lo
hicieran?» o «¿Qué les impide hacerlo?», posiblemente van a obtener algo más útil.
Todo esto lo publicamos hace unos años en la Estructura de la Magia. Y a muchas
personas les hemos preguntado «¿Han leído la Magia I?». Y dicen «Bueno, sí, con
bastante dificultad». Y enseguida preguntamos «¿Aprendieron lo que había ahí?».
«¿Aprendieron lo del Capítulo Cuatro?». Esa es la única parte significativa del libro,
en mi opinión. Y dicen «Sí, si sabíamos todo eso». Entonces les digo «Muy bien, yo
voy a hacer de diente y ustedes respóndanme con preguntas». Y les digo «No me
puedo enojar». Y dicen entonces, «Ah, bien, ¿cuál es el problema?» en lugar de
preguntarme «¿Qué te lo impide?» o «¿Qué ocurriría si lo hicieras?». Pero al no tener
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