06.02.2023 Views

De sapos a príncipes

programación neurolinguística

programación neurolinguística

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

se convierte en otro modo de limitarse. Piensen un poco acerca de «profesionalismo».

Si profesionalismo es el nombre para un conjunto de cosas que no pueden hacer,

entonces están restringiendo su conducta.

En cibernética hay una ley que se llama la Ley de la Variedad Requerida. Dice

que en cualquier sistema de seres humanos o de máquinas, el elemento del sistema

con el mayor rango de variabilidad será el elemento controlador. Si restringen su

conducta, pierden la variedad requerida.

Los ejemplos más notables de éstos están en los hospitales siquiátricos. Yo no

conozco los hospitales siquiátricos acá, pero en California tenemos unos bastante

curiosos y también con muchos pacientes. Es muy fácil distinguir al personal, porque

el personal tiene ética profesional. Tienen un tipo de alucinaciones y este tipo de

alucinaciones les es más peligroso a ellos que a ninguna otra persona, porque creen

que tienen que restringir sus conductas de cierta forma. Y esas modalidades los hacen

comportarse consistentemente, los pacientes, en cambio, no tienen que atenerse a esas

reglas. El rango mayor de flexibilidad les va a permitir sacar respuestas y controlar la

situación. ¿Quién va a ser capaz de sacar mayor número de respuestas, el siquiatra

que está actuando de «normal» o el paciente que actúa en forma rara? Les voy a

relatar un ejemplo.

Íbamos por uno de los corredores del Hospital Siquiátrico del Napa State Mental

en California, con un grupo de siquiatras residentes. Nos acercamos a una sala grande

y estábamos hablando en tono normal. A medida que nos acercábamos a la puerta, la

abrimos y entramos, y súbitamente todos los siquiatras empiezan a susurrar y a hablar

en voz baja, así que nosotros también empezamos a susurrar. Cuando finalmente nos

miramos el uno al otro, nos dijimos «¿Y por qué estamos susurrando?». Y uno de los

siquiatras se dio vuelta hacia nosotros y murmuró «Es que hay un catatónico en la

sala. No lo queremos perturbar». Ahora bien, cuando un catatónico tiene requisito de

variedad sobre un profesional, entonces yo me uno a los catatónicos.

En California, la mayoría de los terapeutas tiene una ética profesional diferente.

Por ejemplo, para ser un buen comunicador hay que vestirse como si fueran

campesinos. Esa es la primera regla. La segunda regla es que tienen que abrazar a

todo el mundo demasiado fuerte. Y esa gente siempre se ríe de los siquiatras porque

tienen que usar corbata. Para mí, su conducta es igualmente restringida y tan

unidimensional y limitada. El problema con muchos códigos éticos profesionales,

sean humanísticos, analíticos o de cualquier otro tipo, es que limitan la conducta. Y

cada vez que aceptan una de estas conductas, habrá gente que no podrá trabajar con

ustedes. En esa oportunidad, nos dirigimos directamente al catatónico y le di un

pisotón tan fuerte como pude, y obtuve una respuesta inmediata. Salió de su

«catatonia» dando un salto y exclamando «¡Puchas!, no me hagan eso».

Frank Farrelly, quien escribió «Terapia Provocativa», es un excelente ejemplo en

www.lectulandia.com - Página 74

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!