De sapos a príncipes
programación neurolinguística
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que había hecho las cosas que hacía. Aún no tenía absolutamente ningún recuerdo. La
gente en la sala desde luego se estaban volviendo locos porque lo habían visto hacer
todas estas cosas. Ensayé cosas como éstas: «Cuéntenle a Hal lo que vieron» y todos
le contaron a lo que él respondió: «Eso no va a funcionar conmigo. Yo no hice eso.
Lo sabría si lo hubiera hecho». Lo interesante de Hal es que había más de uno de él y
no estaban conectados entre sí. No había ningún modo de comunicarlos el uno con el
otro. Pensé, bueno voy a tener que revolver un poco las cosas. Dije: «Mientras tú
estás en estado consciente me gustaría pedirle a tu mente inconsciente que te
demuestre que puede hacer cosas levantando tu mano, de modo que únicamente tu
brazo derecho esté en trance». Su brazo empezó a levantarse involuntariamente.
Pensé: «Ahora esto sí que tiene que convencer a este tipo», porque únicamente su
brazo estaba en trance. Y me miró directo a los ojos y me dijo: «Bueno, mi brazo está
en trance, pero el resto no puede meterse».
Incidentalmente yo tengo una regla que dice que tengo que tener éxito. De modo
que lo grabé con una máquina de video y le mostré la grabación. ¡No veía! Cada vez
que encendíamos el aparato caía en trance y ahí se quedaba. No podía mirar la
grabación. Le dije que si no hubiera estado en trance habría podido observar la
grabación de video. Así que estuvo sentado ahí con la máquina de video y cada vez
que la encendía caía en trance. La apagábamos y volvía en sí. El la prendía otra vez y
otra vez se iba. Y estuvo ahí toda la tarde tratando de observarse a sí mismo caer en
trance y no podía hacerlo. Hasta que finalmente se convenció que había estado en
trance, pero no lo podía entender.
Esto me enseñó algo importante. Dejé de preocuparme acerca de si sabían o no
que habían estado en trance y empecé a fijarme únicamente en los resultados que
podía obtener, utilizándolo como un fenómeno de cambio. Los hipnotistas se hacen a
sí mismos algo terrible. Los hipnotistas están siempre preocupados de convencer a la
gente de que han estado en trance y en realidad no es en absoluto importante. No es
esencial para el cambio y en realidad, no es esencial para nada. Sea que sepan o no
que han estado en trance, se van a dar cuenta de que hay cambios.
Lo mismo ocurre con el anclaje y el reencuadre. Mientras usen su experiencia
sensorial para constatar su trabajo, es irrelevante si acaso sus clientes creen o no que
han cambiado. Eso lo descubrirán en la experiencia, si es que se dan la molestia de
constatarlo.
La información y las pautas que les hemos estado presentando son pautas
formales de comunicación libres de contenido. Pueden ser utilizadas en cualquier
contexto de comunicación y conducta humana.
Aún no hemos agotado todas las posibilidades de cómo vamos a utilizar este
material y esto lo decimos muy en serio. Lo que estamos haciendo ahora no es más
que una investigación de cómo usar esta información. No hemos podido agotar la
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