De sapos a príncipes
programación neurolinguística
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pauta que aparece en «Changing Families», lo que se denomina «preguntas
incluidas». Virginia jamás dirá: «¿Qué es lo que quiere?». Dirá algo así: «Puchas, me
pregunto a mí misma por qué una familia viaje siete mil kilómetros para consultarme
a mí, y no sé, tengo curiosidad». Cuando digo: «No sé cuál es la experiencia más
dolorosa y trágica de su vida», estará ahí, en la conciencia.
La gente no procesa el lenguaje conscientemente. Procesan el lenguaje a nivel
inconsciente. Pueden concientizar únicamente una parte muy pequeña de él. Gran
parte de lo que se llama hipnosis es utilizar el lenguaje de maneras muy específicas.
Una cosa es alterar el estado de conciencia de una persona y darle nuevos
programas, nuevos conocimientos, nuevas alternativas. El lograr que sepan que han
estado en un estado alterado es algo enteramente diferente. Personas diferentes,
tendrán estrategias diferentes, mediante las cuales se convencen a sí mismas de
diversas cosas. Lo que constituye el sistema de creencia de alguna gente acerca de la
hipnosis es algo muy diferente a ser capaz de usar la hipnosis como herramienta. Es
mucho más fácil utilizar el trance como herramienta terapéutica con gente que no
sabe que han estado en trance, porque pueden comunicarse en forma mucho más
elocuente con sus procesos inconscientes. Mientras puedan establecer circuitos
inconscientes de retroalimentación con esa persona, van a poder alterar su estado de
conciencia y estarán más propensos a tener amnesia.
Mi caso favorito fue el de este fulano llamado Hal. Concurrió a un seminario que
había organizado una alumna mía que en el último instante decidió que era un ser
humano inadecuado y se fue a vivir a otro estado. Llegada la fecha, todo el mundo
apareció en el seminario y alguien me llamó y dijo: «Están todas esas personas ahí,
¿qué debo hacer?». Estaba bastante cerca, así que fui allá y les dije: «Bueno, voy a
pasar la tarde con ustedes. No quiero enseñar un seminario, pero me gustaría saber
qué es lo que esperaban obtener». Hal dijo: «Yo he ido donde todos los hipnotistas
que he descubierto. He ido a todos los seminarios sobre hipnosis y me he ofrecido
como voluntario todas las veces y no he podido caer en trance».
Pensé que eso serviría como dedicatoria a alguien que había fracasado una y otra
vez. De modo que pensé: «Bueno, esto sí que es interesante. Tal vez este fulano es un
“imposible” de verdad. Tal vez hay algo interesante aquí». Así que decidí que lo
intentaría. Hice una inducción hipnótica y el tipo cayó derecho al suelo. Se metió en
un trance profundo y demostró todos los fenómenos hipnóticos más difíciles. Luego
lo desperté y le pregunté: «¿Caíste en trance?» y él dijo: «No». Pregunté: «¿Qué fue
lo que ocurrió?» y él dijo: «Bueno, estabas hablándome y yo estaba sentado ahí y te
escuchaba hablar y cerré los ojos y abrí los ojos». «¿Hiciste X?» y nombré uno de los
fenómenos del trance que recién había demostrado. Respondió «No», así que pensé:
«Ah, bueno, es únicamente función de su amnesia».
Lo hipnoticé otra vez y le di mandatos hipnóticos implícitos para que recordara
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