De sapos a príncipes

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06.02.2023 Views

dicen: «Voy a levantar tu brazo y tu brazo va a bajar únicamente tan rápido comomires ese programa entero y puedes empezar ahora». Así, el chico mira su programafavorito. Incluso puede detener su brazo durante un momento y decir «Una pausacomercial» e insertar mensajes.Les diré a los extremos que se puede llevar esto. Tuve una vez un cliente quetenía una alucinación muy severa que estaba siempre con él. Nunca pude discernirbien qué era. Tenía una palabra para denominarla que era una palabra que jamáshabía escuchado. Era una figura geométrica viva y que lo seguía a todas partes. Erauna especie de demonio personal, propio, pero él no lo llamaba demonio. Podíaindicar dónde estaba en la sala y se comunicaba con él. Cuando le hacía preguntas sevolvía hacia él y le preguntaba: «¿Qué piensas tú?». Antes de llegar a mí un terapeutalo había convencido que éste era parte de él. Si lo era o no, no lo sé, pero él estabaconvencido que era una parte suya que había alienado. Yo me acerqué a él y le dije:«Voy a levantarte el brazo y quiero que lo vayas bajando únicamente en la medidaque empieces a integrar esto». Entonces rápidamente le empujé el brazo hacia abajo yeso fue todo, ocurrió la integración —whammo, slappo— porque había amarradoambos con palabras.En una oportunidad le pregunté a un terapeuta de AT ¿qué parte de él era la quetenía total control sobre su conducta consciente? Porque no parecía que las personastuvieran una alternativa entre su «padre» y su «niño». De modo que él nombró unaparte; el AT tiene nombres para todo. Le dije: «¿Te meterías adentro y le pedirías aesta parte que desconecte tu mente consciente por un momento?» y él respondió:«Ahhh, bien…» y dije: «Métete y pregúntale y veamos qué pasa». Así que se metió ehizo la pregunta… Su cabeza se inclinó hacia un lado y se desconectó. Es increíblecuán poderoso es el uso del lenguaje. Yo no creo que la gente entienda en absoluto elimpacto del lenguaje verbal y no verbal.Muchas veces, al comienzo de una sesión de terapia, les digo a las personas: «Sialgo empieza a ocurrirle a su mente consciente demasiado doloroso, quiero que ledigan a su mente inconsciente que tiene el derecho y el deber de retener de su menteconsciente cualquier cosa desagradable. Sus recursos inconscientes pueden hacer esoy deberían hacerlo, protegerlos de pensar sobre cosas innecesarias y hacer que suexperiencia consciente sea más agradable. Si empieza a surgir una cosa desagradableen su experiencia consciente, su mente consciente puede permitir que lentamente susojos se vayan cerrando, una de sus manos se levante y su mente consciente podrá irsea un recuerdo agradable, permitiéndome a mí conversar privadamente con su menteinconsciente. Porque no sé cuál es la peor cosa que le haya ocurrido antes…».Lo que estoy diciendo es que cuando ocurra «X», respondan de esta manera yluego yo soy el que suministra X. No estoy diciendo: «Piensen acerca de la peor cosaque les haya ocurrido», estoy diciendo: «No sé cuál o no se qué…». Esta es la mismawww.lectulandia.com - Página 180

pauta que aparece en «Changing Families», lo que se denomina «preguntasincluidas». Virginia jamás dirá: «¿Qué es lo que quiere?». Dirá algo así: «Puchas, mepregunto a mí misma por qué una familia viaje siete mil kilómetros para consultarmea mí, y no sé, tengo curiosidad». Cuando digo: «No sé cuál es la experiencia másdolorosa y trágica de su vida», estará ahí, en la conciencia.La gente no procesa el lenguaje conscientemente. Procesan el lenguaje a nivelinconsciente. Pueden concientizar únicamente una parte muy pequeña de él. Granparte de lo que se llama hipnosis es utilizar el lenguaje de maneras muy específicas.Una cosa es alterar el estado de conciencia de una persona y darle nuevosprogramas, nuevos conocimientos, nuevas alternativas. El lograr que sepan que hanestado en un estado alterado es algo enteramente diferente. Personas diferentes,tendrán estrategias diferentes, mediante las cuales se convencen a sí mismas dediversas cosas. Lo que constituye el sistema de creencia de alguna gente acerca de lahipnosis es algo muy diferente a ser capaz de usar la hipnosis como herramienta. Esmucho más fácil utilizar el trance como herramienta terapéutica con gente que nosabe que han estado en trance, porque pueden comunicarse en forma mucho máselocuente con sus procesos inconscientes. Mientras puedan establecer circuitosinconscientes de retroalimentación con esa persona, van a poder alterar su estado deconciencia y estarán más propensos a tener amnesia.Mi caso favorito fue el de este fulano llamado Hal. Concurrió a un seminario quehabía organizado una alumna mía que en el último instante decidió que era un serhumano inadecuado y se fue a vivir a otro estado. Llegada la fecha, todo el mundoapareció en el seminario y alguien me llamó y dijo: «Están todas esas personas ahí,¿qué debo hacer?». Estaba bastante cerca, así que fui allá y les dije: «Bueno, voy apasar la tarde con ustedes. No quiero enseñar un seminario, pero me gustaría saberqué es lo que esperaban obtener». Hal dijo: «Yo he ido donde todos los hipnotistasque he descubierto. He ido a todos los seminarios sobre hipnosis y me he ofrecidocomo voluntario todas las veces y no he podido caer en trance».Pensé que eso serviría como dedicatoria a alguien que había fracasado una y otravez. De modo que pensé: «Bueno, esto sí que es interesante. Tal vez este fulano es un“imposible” de verdad. Tal vez hay algo interesante aquí». Así que decidí que lointentaría. Hice una inducción hipnótica y el tipo cayó derecho al suelo. Se metió enun trance profundo y demostró todos los fenómenos hipnóticos más difíciles. Luegolo desperté y le pregunté: «¿Caíste en trance?» y él dijo: «No». Pregunté: «¿Qué fuelo que ocurrió?» y él dijo: «Bueno, estabas hablándome y yo estaba sentado ahí y teescuchaba hablar y cerré los ojos y abrí los ojos». «¿Hiciste X?» y nombré uno de losfenómenos del trance que recién había demostrado. Respondió «No», así que pensé:«Ah, bueno, es únicamente función de su amnesia».Lo hipnoticé otra vez y le di mandatos hipnóticos implícitos para que recordarawww.lectulandia.com - Página 181

dicen: «Voy a levantar tu brazo y tu brazo va a bajar únicamente tan rápido como

mires ese programa entero y puedes empezar ahora». Así, el chico mira su programa

favorito. Incluso puede detener su brazo durante un momento y decir «Una pausa

comercial» e insertar mensajes.

Les diré a los extremos que se puede llevar esto. Tuve una vez un cliente que

tenía una alucinación muy severa que estaba siempre con él. Nunca pude discernir

bien qué era. Tenía una palabra para denominarla que era una palabra que jamás

había escuchado. Era una figura geométrica viva y que lo seguía a todas partes. Era

una especie de demonio personal, propio, pero él no lo llamaba demonio. Podía

indicar dónde estaba en la sala y se comunicaba con él. Cuando le hacía preguntas se

volvía hacia él y le preguntaba: «¿Qué piensas tú?». Antes de llegar a mí un terapeuta

lo había convencido que éste era parte de él. Si lo era o no, no lo sé, pero él estaba

convencido que era una parte suya que había alienado. Yo me acerqué a él y le dije:

«Voy a levantarte el brazo y quiero que lo vayas bajando únicamente en la medida

que empieces a integrar esto». Entonces rápidamente le empujé el brazo hacia abajo y

eso fue todo, ocurrió la integración —whammo, slappo— porque había amarrado

ambos con palabras.

En una oportunidad le pregunté a un terapeuta de AT ¿qué parte de él era la que

tenía total control sobre su conducta consciente? Porque no parecía que las personas

tuvieran una alternativa entre su «padre» y su «niño». De modo que él nombró una

parte; el AT tiene nombres para todo. Le dije: «¿Te meterías adentro y le pedirías a

esta parte que desconecte tu mente consciente por un momento?» y él respondió:

«Ahhh, bien…» y dije: «Métete y pregúntale y veamos qué pasa». Así que se metió e

hizo la pregunta… Su cabeza se inclinó hacia un lado y se desconectó. Es increíble

cuán poderoso es el uso del lenguaje. Yo no creo que la gente entienda en absoluto el

impacto del lenguaje verbal y no verbal.

Muchas veces, al comienzo de una sesión de terapia, les digo a las personas: «Si

algo empieza a ocurrirle a su mente consciente demasiado doloroso, quiero que le

digan a su mente inconsciente que tiene el derecho y el deber de retener de su mente

consciente cualquier cosa desagradable. Sus recursos inconscientes pueden hacer eso

y deberían hacerlo, protegerlos de pensar sobre cosas innecesarias y hacer que su

experiencia consciente sea más agradable. Si empieza a surgir una cosa desagradable

en su experiencia consciente, su mente consciente puede permitir que lentamente sus

ojos se vayan cerrando, una de sus manos se levante y su mente consciente podrá irse

a un recuerdo agradable, permitiéndome a mí conversar privadamente con su mente

inconsciente. Porque no sé cuál es la peor cosa que le haya ocurrido antes…».

Lo que estoy diciendo es que cuando ocurra «X», respondan de esta manera y

luego yo soy el que suministra X. No estoy diciendo: «Piensen acerca de la peor cosa

que les haya ocurrido», estoy diciendo: «No sé cuál o no se qué…». Esta es la misma

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