De sapos a príncipes
programación neurolinguística
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Otra forma de reencuadre conductual sería decir: «¿A todo el mundo le gritas así?
¿Tienes que gritarle al hombre que reparte los diarios? ¿No le gritas al mecánico?
Bueno, ¿le estás tratando de decir a ella que le interesa lo que ella hace? ¿De eso se
trata la rabia? Es decir, me doy cuenta que no lo haces con la gente que no te importa,
Esto debe ser algún mensaje que te importa. ¿Sabía que éste es el modo que tiene de
expresar que le importa lo que usted hace?».
«Bueno, ¿cómo te sientes ahora de saber eso?». ¿Cuántos de ustedes han
escuchado a Virginia Satir decir eso? Es una frase extraña, en realidad no tiene
ningún sentido, pero funciona. Ese es otro ejemplo de reencuadre conductual. Es el
mismo principio, pero en esta oportunidad involucra contenido. Es la única
diferencia.
Carl Whittaker tiene una pauta de reencuadre muy hermosa y que aparentemente
es propia de él. El marido se queja: «Durante los últimos diez años nadie se ha
ocupado de mí. He tenido que hacer todo por mí solo y he tenido que desarrollar la
capacidad de ocuparme de mí mismo. Nadie jamás me hace las cosas». Entonces Carl
Whittaker le dirá: «Gracias a Dios aprendiste a pararte en tus pies. A mí realmente me
gusta un hombre que puede hacer eso. ¿No estás contento de haber logrado eso?».
Ese es un reencuadre conductual. Si un cliente dice: «Bueno, usted sabe, supongo,
que no soy un marido perfecto», dirá entonces: «¡Gracias a Dios!, qué alivio. Han
venido ya esta semana tres maridos perfectos y son tan aburridos». Lo que hace es
invertir la presuposición subyacente en la comunicación que recibe.
Nosotros desarrollamos el reencuadre originalmente observando a Virginia Satir
en el contexto de terapia familiar. También lo hemos aplicado en la toma de
decisiones en trabajo empresarial. Esto se hizo ya hace unos años en un proceso
denominado «brainstorming». (Temporal de sesos).
Yo entiendo el «brainstorming» como una situación en que las personas
suspenden sus habituales respuestas de juicio de valor. Esto se hace explícitamente
frente a todas las demás personas involucradas. Sencillamente se les permite hacer
asociación libre sin hacer juicios acerca del valor de las ideas que surgen. Cuando se
conduce el brainstorming de una manera efectiva, el resultado típico es que las
personas generan muchas más ideas de las que hacen en otras situaciones de trabajo
en conjunto.
El modo como eso funciona es que se hace una distinción realmente fina entre los
resultados —aquello para lo cual vamos a utilizar el material— y el proceso de
generar ideas con otras personas. El reencuadre es el mismo principio, pero aplicado
en forma más general.
Lo que he visto una y otra vez en trabajos en empresas, en arbitrajes, en terapia de
familia, es que siempre hay un objetivo hacia lo cual todos los miembros del sistema
quieren llegar. Comienzan discutiendo algunas características o dimensiones o
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