De sapos a príncipes
programación neurolinguística
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mismo tiempo que los que trabajan con nosotros, generalmente sienten confianza en
nosotros, saben que sabemos lo que estamos haciendo. También puede ocurrir que se
enfaden con nosotros, pero de todas maneras están obteniendo los cambios que
quieren. Además, la mayoría de nuestros trabajos son muy rápidos y eso reduce la
posibilidad de dependencia.
En nuestra práctica privada, que en este momento está muy reducida porque
estamos yéndonos a otras áreas del modelaje, contamos cuentos. Entra una persona y
no quiero que me cuente nada, entonces yo le cuento un cuento. El uso de las
metáforas es todo un conjunto de pautas avanzadas asociadas con lo que hasta aquí
hemos estado haciendo. Pueden aprender bastante sobre esto en el libro de David
Gordon, «Therapeutic Metaphors». Yo prefiero la metáfora desde el punto de vista
artístico. Así no tengo que escuchar las penas del cliente y llego a contar historias
realmente entretenidas. Los clientes por lo general o se espantan o se enfurecen de
tener que pagarme por escuchar mis historias. Pero de todos modos los cambios
deseados ocurren —y desde luego no gracias a mí, de lo cual estoy plenamente de
acuerdo—. Ese es otro modo de asegurarse de que no hay dependencia. Uno hace las
cosas tan disimuladamente que los clientes no tienen la más remota idea de lo que
estoy haciendo. Y los cambios que quieren ocurren de todas maneras.
¿Alguien aquí ha visto a Milton Erickson? ¿Les contó historias, verdad? ¿Tal vez
comprobaron que a los seis meses o incluso al año estaban empezando a hacer los
cambios que de alguna manera estaban asociados con estas historias que él les había
relatado?
Hombre: Sí.
Eso es lo típico. A los seis meses la gente súbitamente se da cuenta que ha
cambiado y no tienen la más remota idea de cómo ocurrió. Y luego tienen un
recuerdo de Milton hablándoles acerca de un campo en Wisconsin o algo así. Cuando
estuvieron con Erickson ¿tuvieron la experiencia de estar un tanto desorientados,
fascinados y como en una especie de trance con el lenguaje del hombre?
Hombre: Yo me aburrí.
Milton usa el aburrimiento como una de sus armas principales. Si Milton
estuviera aquí una de las cosas que haría es aburrirlos hasta llorar, de modo que todos
recurrieran a sus sueños diurnos y ahí entonces que los tiene agarrados. Yo mismo me
aburro demasiado rápido como para usar eso como táctica. A Milton, sentado en su
silla de ruedas y con sus setenta y seis años a cuestas, no le importa perder tiempo en
eso y lo hace exquisitamente bien.
Durante estos últimos días compartidos hemos conseguido brillantemente saturar
sus recursos conscientes. Esto fue una movida deliberada de parte nuestra, ya que
entendemos gran parte de vuestro aprendizaje y el cambio ocurre a un nivel
inconsciente. Hemos atraído explícitamente a ambos que sus mentes inconscientes
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