20.01.2023 Views

La pregunta y la respuesta - Patrick Ness

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Usted era el enemigo de las mujeres de Prentisstown —digo—.

Era el enemigo de la ciudad de Farbranch.

Se pone algo rígido, aunque intenta que yo no me dé cuenta.

—Esta mañana han encontrado un cadáver en el río —me hace

saber—. Un cadáver con un cuchillo clavado en el cuello.

Hago un esfuerzo por no abrir los ojos como platos, a pesar de los

efectos del Jeffers. Ahora me mira con atención.

—Tal vez la muerte de ese hombre estaba justificada —continúa

—. Tal vez ese hombre tenía enemigos.

Me veo a mí misma haciéndolo…

Me veo a mí misma clavando el cuchillo…

Cierro los ojos.

—Por lo que a mí respecta —dice—, la guerra ha terminado. Mis

días como soldado son cosa del pasado. Ha llegado el momento de

asumir el liderazgo, de unir a las personas.

«Separándolas», pienso, pero cada vez respiro con mayor lentitud.

El blanco de la habitación se vuelve más y más brillante, pero de un

modo tan suave que me entran ganas de sumergirme en él y dormir

y dormir y dormir. Me hundo más en la almohada.

—Ahora te dejo —me anuncia—. Nos volveremos a ver.

Respiro acompasadamente por la boca. Es imposible evitar el

sueño.

Él observa cómo empiezo a adormecerme.

Y entonces hace algo muy sorprendente.

Se acerca y me pone la sábana encima, casi como si me estuviera

arropando.

—Antes de irme, quiero pedirte una cosa.

—¿Qué? —digo, luchando por mantenerme despierta.

—Me gustaría que me llamaras David.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!