20.01.2023 Views

La pregunta y la respuesta - Patrick Ness

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Por eso no hay ningún guardia —dice Barrigón—. Se ha ido con

el ejército.

—No —insiste Todd, mirando a su alrededor con el ceño fruncido.

—¿Todd? —pregunto, notando algo…

—El presidente nos dijo que trajéramos a Todd —dice Ivan.

—Entonces, ¿dónde está? —pregunta Barrigón.

—Estoy aquí —dice el alcalde, surgiendo de una sombra que en

principio no podría haberlo ocultado, casi como si saliera

directamente del ladrillo, de un fogonazo invisible.

—¿Qué demonios…? —dice Barrigón, echándose atrás.

—No soy el demonio —contesta el alcalde, dando los primeros

pasos entre los escombros hacia nosotros, con las manos abiertas en

los costados. Todos los guardias le apuntan con los rifles. Ni

siquiera parece que vaya armado.

Pero ahí viene.

—No, no soy el demonio —dice sonriendo—. Soy algo mucho

peor.

—No se mueva —le advierte Todd—. Estos hombres le

dispararían con sumo gusto.

—Lo sé —dice el alcalde, deteniéndose en el peldaño inferior de

la escalinata de la catedral y descansando el pie sobre una gran

piedra que ha ido a parar ahí—. El soldado Farrow, por ejemplo. —

Hace un gesto hacia Ivan—. Sigue furioso por haber sido castigado

por su propia incompetencia.

—Cierre el pico —le espeta Ivan, mirando por la mirilla del rifle.

—No le mires a los ojos —le advierte Todd rápidamente—. Que

nadie le mire a los ojos.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!