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La pregunta y la respuesta - Patrick Ness

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sacar de todo esto?

—¡Libertad ante la tiranía! —exclama Ivan.

El cabo pone los ojos en blanco. No es el único.

Ivan lo vuelve a intentar.

—Y cuando lo hayamos derrocado, nosotros tomaremos el mando.

Esta vez hay menos ojos en blanco, pero Piel Cetrina contraataca:

—¿Alguien quiere ser gobernado por el presidente Ivan Farrow?

Lo dice para provocar unas risas, pero no lo consigue.

—¿Y por qué no por el presidente Hewitt? —dice Ivan, mirándome con un

extraño destello en los ojos.

El cabo Barrigón suelta un bufido y repite:

—Es un niño.

—No lo soy —digo—. Ya no.

—Solo él está dispuesto a enfrentarse al presidente —dice Ivan—. Eso

demuestra algo.

Los guardias se miran entre sí. Oigo todas las preguntas de su ruido,

todas las dudas que repiquetean, todos los miedos que se confirman, y en

ese ruido escucho la idea de ser derrotados.

Pero en su ruido oigo también cuál podría ser la solución.

—Si me ayudáis —digo—, os conseguiré la cura.

Todos callan de inmediato.

—¿Puedes hacerlo? —pregunta Pelo Zanahoria.

—No —dice el cabo—. Se está marcando un farol.

—Se encuentra almacenada en los sótanos de la catedral —digo—. Vi

con mis propios ojos cómo el alcalde la guardaba allí.

—¿Por qué sigues llamándolo «el alcalde»? —pregunta Piel Cetrina.

—Venid conmigo —digo—. Ayudadme a hacerlo prisionero y cada uno

de vosotros saldrá con toda la cura que pueda acarrear. —Ahora me

escuchan con atención—. Ya es hora de que Puerto vuelva a ser Puerto.

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