20.01.2023 Views

La pregunta y la respuesta - Patrick Ness

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Teniente no es un rango de combate —le explica su padre con

suavidad—. Sargento sí. Si no fueras sargento, no podrías combatir.

—Ah. —Nos mira alternativamente para comprobar si su padre le está

tomando el pelo. Yo no pienso nada al respecto.

—No es necesario que me dé las gracias, teniente —me provoca el

alcalde.

—Gracias —digo, con la vista fija todavía en la pared.

—Así no tendrás que hacer lo que no quieres hacer —me explica—. Así

no tendrás que matar.

—A no ser que alguien trate de matarle a usted —aclaro.

—A no ser que alguien trate de matarme a mí, en efecto. ¿Será eso un

problema para ti, Todd?

—No —respondo—. No, señor.

—Bien.

Vuelvo a mirar a través del espejo. La cabeza del hombre desnudo pende

inerte sobre su pecho, y la saliva cuelga de su mandíbula floja. El señor

Hammar se quita airadamente los guantes y golpea con ellos la mesa.

—Tengo una gran suerte —dice el alcalde con calidez—. He cumplido mi

ambición de poner de nuevo este planeta sobre sus rieles. Dentro de unos

días, tal vez horas, aplastaré a los terroristas. Y cuando lleguen los nuevos

colonos, seré yo quien les tienda una mano orgullosa y pacífica para

recibirlos.

Levanta las manos, como si estuviera ansioso por tenderlas.

—¿Y quién estará a mi lado? —Dirige sus manos hacia nosotros—.

Vosotros dos.

Davy, zumbando sin parar con el ruido rosado, alarga el brazo y toma la

mano de su padre.

—Llegué a esta ciudad con un hijo —dice el alcalde, ofreciéndome

todavía la mano—, pero me ha bendecido con otro.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!