20.01.2023 Views

La pregunta y la respuesta - Patrick Ness

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—¡1485! —grita Davy.

La siguiente mujer de la fila da un paso adelante.

Pasamos el día yendo de un dormitorio de mujeres a otro, y en total

ponemos casi trescientas cintas. Vamos mucho más deprisa que con los

zulaques. Regresamos a casa cuando el sol se pone y Nueva Prentiss se

prepara para el toque de queda.

Apenas hablamos.

—Menudo día, ¿eh, meón? —dice Davy, al cabo de un rato.

No respondo, pero él no busca una respuesta.

—Todo irá bien —dice—. Las sanadoras les calmarán el dolor y las

curarán.

Clop, clop, seguimos adelante.

Oigo lo que está pensando.

Está oscureciendo. No le veo el rostro.

Tal vez por eso no se lo ha tapado.

—Pero cuando lloran… —dice.

No digo nada.

—¿No tienes nada que decir? —La voz de Davy se endurece un poco—.

Te quedas en silencio como si ya no quisieras hablar más, como si no fuera

digno de hablar contigo.

Su ruido empieza a crujir.

—Tampoco tengo a nadie más con quien hablar, meón. No tengo elección

alguna en esta situación. Haga lo que haga, no tengo ninguna posibilidad

de ascenso, por muy bien que trabaje, por mucho que me esfuerce. Primero

fue la chorrada aquella de vigilar a los zulaques. Y ahora hacemos lo mismo

con las mujeres. ¿Y para qué? ¿Para qué?

Su voz se vuelve más grave.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!