20.01.2023 Views

La pregunta y la respuesta - Patrick Ness

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Y eso es todo lo que hay en Nueva Prentiss.

Hogar de tres mil trescientas personas, todas ellas escondidas en sus

casas, tan silenciosas que podrían estar muertas.

Ninguna de esas personas levanta la mano para salvarse de lo que les

espera; tienen la esperanza de que, si son lo bastante mansas, lo bastante

débiles, el monstruo no las devorará.

Este es el lugar al que, para llegar, dedicamos todo nuestro tiempo.

Veo movimiento en la plaza, una sombra que centellea, pero no es más

que un perro. A casa, a casa, a casa, casi puedo oír que piensa. A casa, a

casa, a casa.

Los perros no tienen los problemas de las personas.

Los perros pueden ser felices en cualquier momento.

Me tomo un minuto para ahuyentar la rigidez que me invade el pecho, la

humedad de los ojos.

Me tomo un minuto para dejar de pensar en mi propio perro.

Cuando vuelvo a mirar, veo a alguien que no es un perro.

Tiene la cabeza echada hacia delante y cruza despacio la plaza a lomos de su

caballo, cuyos cascos repican contra las baldosas. A medida que se va

acercando, y a pesar de que el zumbido del alcalde Ledger se ha convertido ya

en una molestia tan grande que no sé cómo voy a poder dormir, lo oigo en la

distancia.

Ruido.

Por encima del silencio de una ciudad en espera, puedo oír el ruido de un

hombre.

Y él puede oír el mío.

¿Todd Hewitt?, piensa.

Oigo también la sonrisa que se dibuja en su rostro.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!