20.01.2023 Views

La pregunta y la respuesta - Patrick Ness

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

El caos se ha apoderado de la ciudad. Durante el trayecto a caballo vemos

soldados por todas partes que escoltan a ciudadanos que caminan por

delante de ellos, a los que obligan a formar cadenas de cubos para intentar

apagar los incendios menores causados por las tres primeras bombas de

anoche, las que destrozaron la central eléctrica, el depósito de agua y una

tienda de comestibles, que siguen ardiendo porque las mangueras de los

bomberos de Nueva Prentiss están ocupadas intentando apagar el fuego de

las cárceles.

—No saben la que se les viene encima —dice Davy.

Cabalgamos a toda velocidad.

—¿A quién te refieres?

—A las mujeres de la Respuesta y a cualquier hombre que las ayude.

—Ya no quedará nadie.

—Estaremos nosotros —dice Davy, mirándome—. Y eso ya es un

principio.

La carretera se vuelve más silenciosa a medida que nos alejamos de la

ciudad, y llega un punto en que parece que todo es normal, a no ser que te

gires y veas las columnas de humo que se elevan hacia el cielo. A esta

distancia ya no hay nadie en la carretera, y el silencio es tan absoluto que

parece que el mundo se haya terminado.

Dejamos atrás la colina donde yacen los escombros de la torre, sin ver a

ningún soldado. Doblamos el último recodo del camino y seguimos hasta el

monasterio.

Y agarramos con fuerza las riendas.

—Oh, mierda… —dice Davy.

Toda la parte frontal del edificio ha explotado. No hay ningún guardia en los

muros, solo un enorme agujero entre los ladrillos que antiguamente

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!