20.01.2023 Views

La pregunta y la respuesta - Patrick Ness

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Ya puedes salir —digo.

Por un instante no hay sonido, luego se oye un ligero crujido y 1017

emerge, con el brazo en cabestrillo, hecho con una de mis escasas camisas.

Está más delgado que nunca, todavía tiene el brazo enrojecido por la

fractura, pero parece que se está curando por fin.

—He conseguido rapiñar algunos calmantes —digo, sacándomelos del

bolsillo.

Me los quita de la mano de un bofetón y me araña la palma.

—Ten cuidado —le amonesto, apretando los dientes—. ¿Quieres que te

hagan lo que hacen con los zulaques lisiados?

Emite un fogonazo de ruido, como yo ya esperaba, y veo lo de siempre, el

zulaque que me apunta con un rifle, me pega y me pega, yo le suplico que

pare, él me rompe el brazo.

—Sí —digo—. Lo que tú digas.

—¿Juegas con tu mascota? —Davy también se ha acercado, y se apoya

contra el edificio con los brazos cruzados—. ¿Sabes qué? Cuando los

caballos se rompen una pata, les pegan un tiro.

—No es un caballo.

—No. Es una oveja.

Suelto un bufido.

—Gracias por no decírselo a tu padre.

Se encoge de hombros.

—Haz lo que quieras, meón, mientras no me fastidies la recompensa.

1017 nos dedica su chasqueo grosero a ambos, pero principalmente a mí.

—No parece demasiado agradecido —comenta Davy.

—Bueno, ya es la segunda vez que le salvo. —Miro a 1017, a unos ojos

que no apartan la mirada de los míos—. Y no voy a hacerlo más.

—Puedes decir lo que quieras, pero todos sabemos que lo harás —dice

Davy, haciendo un gesto de asentimiento hacia 1017—. Incluso él lo sabe.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!