20.01.2023 Views

La pregunta y la respuesta - Patrick Ness

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—¿Vas a volver a hablar?

—Ya hablo —respondo.

—No, gritas a tus trabajadores y me gruñes a mí. Eso no es hablar.

Escupe otra cáscara, con un lanzamiento largo y elevado que acierta en

toda la cabeza al zulaque más cercano. Este se la quita de encima y sigue

cavando la parte final de la zanja.

—Te ha dejado —dice—. Supéralo.

Mi ruido aumenta.

—Cállate.

—No lo digo para fastidiarte.

Me giro para mirarlo, con los ojos abiertos como platos.

—¿Qué pasa? —continúa—. No es para tanto, ¿sabes? Que se haya ido

no quiere decir que esté muerta. —Escupe—. Por lo que puedo recordar, esa

potrilla sabe cuidar sobradamente de sí misma.

Su ruido recuerda el momento en que fue electrocutado en la carretera del

río. Eso debería de hacerme sonreír, pero no lo hace, porque ella también

está en el ruido, abatiéndolo.

Está ahí, pero no está aquí.

(¿adónde se fue?)

(¿adónde se fue, maldita sea?)

El alcalde Ledger me dijo justo después del bombardeo de la torre que el

ejército se había dirigido de inmediato hacia la costa porque habían recibido

el chivatazo de que allí podía esconderse la Respuesta…

(¿fui yo? ¿lo oyó en mí? Me sulfuro solo de pensarlo…)

Pero cuando el señor Hammar y sus hombres llegaron a la costa, no

encontraron nada más que unos edificios abandonados mucho tiempo atrás

y unos cuantos barcos medio hundidos.

Porque la información resultó ser falsa.

Y ante eso también me sulfuro.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!