20.01.2023 Views

La pregunta y la respuesta - Patrick Ness

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

las mujeres.

Pero el sargento Hammar no despide ningún ruido.

—Arresten a este hombre —dice por fin, refiriéndose a Wilf.

—Es lo que estábamos haciendo, señor.

—Zorras —repite el sargento, y oímos cómo espolea el caballo

(ríndete, piensa el animal). Hammar y sus hombres se alejan a toda

velocidad.

Suelto la respiración que no sabía que estuviera aguantando.

—Ni siquiera lo castigaron —murmuro, más para mí misma que a

la enfermera Coyle.

—Luego —responde con un susurro.

Oigo que Wilf chasquea las riendas y el carro se pone lentamente

en movimiento.

El alcalde me mintió desde el principio.

Por supuesto que sí, idiota.

El asesino de Maddy campa a sus anchas para poder matar otra

vez, y sigue tomando la cura.

Choco y me sacudo contra la mujer que ha destruido mi única

esperanza de contactar con las naves que podrían salvarnos.

Y Todd sigue ahí fuera. En algún lugar. Se ha quedado atrás.

No me había sentido tan sola en toda mi vida.

El compartimento es infernalmente pequeño. Compartimos en

exceso el aire mutuo, codos y hombros se van hiriendo a medida

que avanzamos, el calor nos empapa la ropa.

No hablamos.

Pasa el tiempo. Y luego pasa más tiempo. Y todavía más. Me

sumerjo en una especie de sueño, el calor en el compartimento me

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!