20.01.2023 Views

La pregunta y la respuesta - Patrick Ness

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

contra los zulaques que huyen.

1017 permanece firme en su lugar. Me mira a los ojos y vuelve a

chasquear.

Desafiante, sin duda alguna.

Retrocede, se aleja, pero sigue mirándonos, se frota con la otra mano la

cinta metálica. Me giro hacia Davy, que apunta a 1017 mientras este camina.

—No lo hagas —digo.

—¿Por qué no? —pregunta—. ¿Quién nos lo va a impedir?

No tengo respuesta, porque no parece que haya nadie.

Las bombas estallan cada tres o cuatro días. Nadie sabe dónde lo van a

hacer ni cómo las colocan, pero ¡BUM! ¡BUM! ¡BUM! La tarde de la sexta

bomba, esta vez en un pequeño reactor de fisión, el alcalde Ledger llega con

un ojo morado y la nariz hinchada.

—¿Qué ha pasado? —pregunto.

—Los soldados —escupe. Coge el plato de la cena, otra vez estofado, y

hace una mueca de dolor al dar el primer bocado.

—¿Qué ha hecho?

Le aumenta un poco el ruido y me mira enfadado.

—Yo no he hecho nada.

—Ya me entiende.

Gruñe un poco, come unas cucharadas más y entonces dice:

—Alguien ha tenido la brillante idea de que yo era la Respuesta. Yo.

—¿Usted? —digo, tal vez un poco demasiado sorprendido.

Se levanta y deja el estofado casi intacto, por lo que entiendo que el

dolor debe de ser intenso.

—No encuentran a las mujeres responsables y los soldados buscan a

alguien a quien cargar la culpa. —Mira por una de las aberturas, contempla

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!