20.01.2023 Views

La pregunta y la respuesta - Patrick Ness

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Es como si les hubieran cortado la lengua.

Ivan nos espera, con el rifle en la parte interna del codo. Esta mañana está

más callado, y no parece nada contento.

—Tenéis que seguir numerándolos —nos informa, y da una patada a la

bolsa que contiene las tiras metálicas y las herramientas—. Aunque ahora

habrá menos trabajo.

—¿A cuántos nos cargamos? —dice Davy con una sonrisa.

Ivan se encoge de hombros, molesto.

—Trescientos, trescientos cincuenta; no lo sé con seguridad.

Noto otro retortijón grasiento en el estómago; sin embargo, la sonrisa de

Davy es radiante.

—Fue una verdadera pasada.

—Tengo que darte esto —me dice Ivan, y me muestra un rifle.

—¿Le das un arma? —se sorprende Davy, con el ruido al rojo vivo.

—Órdenes del presidente —ladra Ivan. Sigue sosteniendo el rifle—.

Deberás devolverlo a la guardia nocturna cuando te vayas. Es solo para tu

protección mientras estés aquí. —Me mira con el ceño fruncido—. El

presidente me ha encargado decirte que está convencido de que harás lo

correcto.

Me quedo mirando el rifle.

—No me lo puedo creer —se queja Davy en voz baja, negando con la

cabeza.

Sé cómo funciona un rifle. Ben y Cillian me enseñaron a usarlo para que

no me volara la cabeza a mí mismo, me enseñaron a cazar y a utilizarlo solo

en caso de necesidad.

Lo correcto.

Levanto la vista. La mayoría de los zulaques se acumulan en los campos

más alejados, a la máxima distancia posible de la entrada. Los demás

arrastran cadáveres destripados y descoyuntados hasta la pira que arde en

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!