SILENCIOS REVELADOS

MICROCUENTO
PÁGINA 06
¡Era mío y me
lo robaron!
A U T O R : J O S É J U A N J U Á R E Z N A R V Á E Z
El sentir en mi corazón al hablar del tema cada día era mayor, las miradas y los murmullos
suponiendo una realidad imaginada y basada en prejuicios de simple vista se hacían presentes, al
lugar al que fuera continuaban, bajaba la mirada y al paso de los largos días, de llevar la mirada
siempre dirigida al piso ya me había aprendido los diferentes caminos por donde no me cruzaría
con ellos, con los “normales”.
La presión social en muchas ocasiones me hizo hacer cosas, de las que hasta el día de hoy, me
avergüenzo y con todo el dolor de mi existir, me arrepiento no haber cuestionado.
“Habla bien”, “no escuches esa música”, “camina bien”, “no uses esa ropa”, “LOS HOMBRES NO
HACEN ESO”, fueron frases que día a día, mañana y tarde me acompañaron.
Al mismo tiempo, también emergían preguntas morbosas con el afán de saber, ¿y la novia pa’
cuando?, ¿qué dice la novia? y muchas más, eran parte de mi realidad, una realidad a la que me
adaptaba con la intención de estar dentro de lo “normal”, pero ¿qué era realmente lo normal?
porque si tan solo pudiesen ver a través de mis ojos, verían un mundo lleno de color. Un mundo,
donde para tener paz y tranquilidad, bastaba con pasar largas jornadas con música en sus oídos
con la intención de viajar a través de las notas.
Huí, me alejé cuán lejos pude, no entendía por qué
ensañarse con un joven de 16 años al que solo le
interesaba ser feliz, no estaba preparado para dar ese
paso, prefería permanecer con ese secreto y así vivir
como lo hace la gente “normal”.
Y es que ahí estaba yo, sentado frente al pizarrón y
frente a mí un cartel con letras grandes que decía:
“JOSÉ JUAN ES GAY”, el derecho siempre fue mío y me
lo robaron.