SILENCIOS REVELADOS

PRIMEROS RECUERDOS
Detrás de
las telarañas
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Cuando tenía 6 años de edad me subí a un montón de
sillas apiladas y me impulsé como si fuera el Hombre
Araña. En la cima de las sillas, lancé una telaraña de
lado a lado y me impulsé como si fuera inmune a las
caídas y fracasos.
Desde muy pequeña, amaba sentarme con mi papá y
comenzar a ver pelis de “superhéroes” y aventuras. Pero
un día y tras la resaca de una fuerte discusión me dijo:
“No puedo creer que seas mi hija”. Sus palabras me
acorralaron y me rompieron en mil pedazos. De pronto
el que representaba una especie de superhéroe para
mí, se convirtió en un villano.
Después de una década entera, en Navidad, apareció
un regalo. Llevaba mi nombre y lo abrí. Era una playera
con el logo de Spider-man No Way Home.
Miré a mi padre y este me preguntó: ¿Si te gustó la
playera?, se me quebró la voz y le sonreí con un
abrazo. Mi padre solía pedir perdón de esa forma, no
con palabras; pero, sí con actos que demostraban
interés en las personas independientemente de lo que
costaban.
Por ello, pienso que, no soy un héroe, no soy “Spidey”.
Pero, sí, soy como Peter Parker, alguien que se
equivoca, se arrepiente, y sobre todo, sale adelante.
“Todos merecemos una segunda oportunidad”, ¿verdad,
papá?
-Cytlali Guerrero Duron
Tenía cinco
Cuando tenía cinco años, los problemas de mis
padres eran cada vez más grandes, y no podía ser
menos, pues mi papá había tenido una hija fuera
de su matrimonio. Un tiempo después decidieron
que la mejor opción era el divorcio; esto no fue
del todo malo, después de todo seguía viendo a
ambos y disfrutando del tiempo con ellos. Dejé de
sentir que todo estaba bien unos meses después,
cuando llegó a mi vida José, el nuevo novio de mi
mamá.
-Anónimo.
Llegué