SILENCIOS REVELADOS

ESCRITURA COLECTIVA
PÁGINA 35
II
“El verdadero valor de la
vida, es la familia”
Me pregunto en qué momento mi vida cambió y fue aquel deporte que comenzó como un pasatiempo, el basquetbol;
conocí al amor de mi vida, me enamoré perdidamente de aquella mujer con cabello rizado y ojos color miel. Fugaz
como nunca lo hubiera imaginado, ahí estaba yo, teniendo la familia que siempre desee. Aquel día, lo recuerdo
como el más afortunado, a la luz del día nuestro amor tendría formalidad, su padre Don Pedro, el hombre más sabio
que he conocido que me acogió a su familia, se encontraba tan dichoso de poder compartir este momento con
nosotras, a diferencia de mis padres, que estaban inseguros de la decisión que habíamos tomado. Entramos a
aquella casa fría, comencé hablando sobre nuestro plan de vida y ese hombre logró apantallar a mis padres, los dejó
tranquilos y dichosos de que su hija estuviera cumpliendo sus metas.
Al día siguiente, aquel 17 de enero del 2022, me levanté temprano para ordenar mis cosas e ir al trabajo, pero antes,
recuerdo haber platicado un poco con Don Pedro, lo acompañé a recostarse en su cama y comencé la rutina, al salir
sin recibir una respuesta, mi novia y yo nos fuimos al trabajo.
11:00 a.m recibí la llamada que me rompió… Don Pedro había sufrido un paro cardiaco, tomé mis cosas y sin decir una
sola palabra, salí corriendo, llegué tan rápido que olvidé cómo es que lo hice; estaba ahí recostado en donde lo
había dejado, completamente frío, pero su cara te mostraba una sensación de paz. Él me enseñó tanto, me acogió y
me hizo parte de su familia, me enseñó el verdadero valor de la vida.
III
“El amor no reclama posesiones
sino que proporciona libertad”
Y estaba ahí, en la sala de mi casa, observando el gigante vestido blanco. Soñé con esto desde que era una niña. En
el mismo lugar se encontraban ellos, mi familia, me veían detenidamente, como si fuera algo extraño. Días antes del
supuesto día especial, las mujeres de mi familia no se cansaban de darme las mismas palabras una y otra vez, “ya no
podrás hacer todo lo que quieras”. Me hicieron reflexionar y dudar del paso que iba a dar.
Debo de aclarar que aquí lo difícil, no es encontrar a quién amar, pues las mujeres tenemos fama de caer
fácilmente. Pero en realidad lo complicado es encontrar quien te ame, te acepte y vea en ti lo que tú no puedes ver.
Me encontraba situada en el altar frente a la persona con la que estaría conmigo el resto de mi vida. ¿Cuánto dura
la vida?, me cuestionaba. Por fin respondí y dije “acepto” y mi vida fue otra desde esa palabra. Esa noche después
de la fiesta, no regresé más a mi nido familiar, ahora era mi deber crear uno propio. Con el paso del tiempo tuve que
adaptarme a un mundo totalmente diferente y nuevo. Y me gustó, porque pude romper la típica regla que rodea la
palabra “matrimonio”.
Cuando me uní a ese hombre, fui libre, conocí la libertad y lo mejor de todo, tuve por primera vez a mi propia familia
que se convirtió en un ser extraordinario, único, maravilloso. Él me ama y lo mejor de todo esto, es que yo llegué a
amarme.
El día de hoy, soy libre de expresarme, de tomar decisiones. Al día de hoy, soy una mujer que evolucionó, al día de
hoy, somos ese hombre y esa mujer; una familia excepcional. Le amo y puedo decir que él me ama. Nos amamos.