SILENCIOS REVELADOS

COLUMNAS
PÁGINA 11
¿POR QUÉ SÍ LEER AL
QUIJOTE EN
SECUNDARIA?
POR: MODESTO DANIEL
LÓPEZ FLORES
Acerca del Quijote se pueden decir mil cosas, que es un
texto aburrido, un texto complicado o difícil de leer, su
contenido es obsoleto o que simplemente aquellas palabras
que utiliza son arcaicas y de un tiempo que no corresponde
a lo que compete, a la actualidad, claro, no existe
argumento inválido, cada quien puede tener su propia
perspectiva acerca de esta obra literaria; pero este texto
tiene un enorme potencial para aprovechar en la educación
pertinente a los hispanohablantes; quienes son todos
aquellos usuarios de la lengua española.
El Quijote de la mancha es una obra literaria que ha
prevalecido a través del tiempo por toda esa riqueza que
contiene, desde una data cultural de aquellas épocas en
España como esa narrativa tan característica de su autor
Miguel de Cervantes Saavedra, aquella narrativa que
puede ser antecesora del realismo mágico, siglos antes de
que este estallara en éxito.
Si bien se comenta mucho acerca de lo complicado que
puede llegar a ser, leer y, sobre todo, comprender esta
obra, podemos tomarlo más allá, principalmente como una
guía de conocimientos previos en palabras como arcaísmos
que tenga el estudiantado, además de poder aportar al
valor cultural de palabras existentes en la lengua materna
español.
Recuperando esta última idea, si tomamos en cuenta que
esta narración marca un antes y un después en lo referido al
lenguaje español, puede fungir también como mediador
entre la historia y los estudiantes, cuestión importante, ya
que sin la historia no podemos guiarnos en cómo seguir un
futuro.
Puede que esta lectura llegue a ser pesada para los y las
estudiantes de nivel básico, como por ejemplo para
secundaria, pero si se les guía y conduce como una guía
para aumentar el léxico de los estudiantes; además de abrir
su panorama a la hermenéutica de la literatura, se puede
llegar a cultivar excelentes lectores y lectoras tanto por
placer como por curiosidad por descubrir mundos
ficcionales que ofrece el libro.
El inculcar este tipo de obras en adolescentes, poco a poco
comienza a sedimentar en mayor medida, y de manera
progresiva, el querer leer más allá de lo literal del texto,
dejando de lado el placer de leer cómo el Quijote peleó
contra un molino de viento pensando que era un ogro. En
este sentido, apreciar esa ambigüedad de que su amada
Dulcinea era una roca, una señora gorda o una mujer de la
vida galante, o simplemente poder ser parte de esa
búsqueda incesante por un escudero de confianza,
consiguiendo como compañero a un gordo bonachón cuyo
corcel era un asno, y llegando más bien a gozar ese
resguardo de él tan rico, extenso, curioso y perdido español
antiguo, sin fijarse en el trasfondo de cómo un viejo loco
quiere volverse caballero.
Claro, la lectura de esta obra puede tener muchísimas
interpretaciones, partiendo desde un análisis y comprensión
explícito o implícito, claro, sin perder la oportunidad de
apreciar el trasfondo de cómo, sin importar nada, quien
seas o dónde estés, puedes ir por un sueño, mientras que a
su vez, muestra al estudiantado un vistazo a su idioma
predilecto, el español, visto claro, desde un momento en la
historia el cual trasciende a su uso actual de la lengua
materna.