-El cerebro y la inteligencia emocional - Daniel Goleman-1-1
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Cuanto menos haya avanzado el ciclo más fácil
será cortocircuitarlo. Lo mejor es atajarlo cuando
está a punto de empezar.
¿Qué podemos hacer si nos vemos atrapados
por un «secuestro amigdalar»? Lo primero es
darnos cuenta de lo que sucede. Los secuestros
pueden durar segundos, minutos, horas, días o
semanas. A algunos, si se han acostumbrado a
vivir de mal humor o con miedo, puede parecerles
su estado «normal». De ahí surgen problemas
clínicos como trastornos de ansiedad o depresión,
o el trastorno de estrés postraumático, una penosa
enfermedad de la amígdala provocada por una
experiencia traumática que supone que ese centro
nervioso entre en un estado explosivo de secuestro
instantáneo y profundo.
Hay muchas formas de salir de un secuestro
amigdalar si logramos darnos cuenta de que lo
sufrimos y tenemos intención de calmarnos. Una es